Mastodon Málaga y sus historias: Cruz Verde
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jueves, 27 de febrero de 2025

El hospital de la Cruz Verde

 

Los hospitales de contagio eran centros sanitarios donde se albergaba a los individuos contagiados con el propósito de una posible cura, o al menos de paliar el dolor y el sufrimiento, y sobre todo para mantenerlos alejados del resto de los ciudadanos; en pocas palabras, eran hospitales de convalecencia y cuarentena, como es el caso del hospital de San Juan de Dios en la Cruz Verde. Su historia se remonta al siglo XVII, cuando la orden estableció diversos hospitales y centros de caridad en la ciudad.


La Cruz Verde en el siglo pasado.


El hospital de San Juan de Dios en la Cruz Verde era un lugar privilegiado, ya que se situaba a las afueras de la ciudad, lo que trajo consigo un incremento de ingresos de enfermos El hospital presentaba una gran extensión, la componían cuarenta casas, cerrándose por la parte alta y abriéndose al campo, por su parte trasera, lo que permitía a los enfermos disfrutar de la naturaleza. Una de las primeras casas funcionaba como establo y hacia la mitad de la calle se situó el oratorio y el alojamiento de los sacerdotes. Los médicos y cirujanos tenían sus aposentos en una misma casa, y el resto del personal residía en las casas de enfrente. En las casas medianeras se dispusieron las despensas y las cocinas.

Hombres y mujeres enfermos eran encamados en zonas separadas. El hospital presentaba espacios diferenciados como eran las salas de contagio, de convalecencia y de cuarentena. El camposanto y los quemaderos de ropas se situaban más allá del río Guadalmedina, pues según los médicos, las ropas eran un importante foco de contagio .

Hay que tener en cuenta también las mejoras e innovaciones que se pusieron a prueba, como la curación de los contagiados por medio de sudores, es decir curación como las provocadas por el agua de escorcionera y piedra de Beozar, tal y como figura en la relación de medicinas del centro . Se inicia también una sustitución del método tradicional de purgantes por el de remedios químicos.

La movilidad anual de enfermos oscilaba entre unos cuatrocientos y quinientos que eran atendidos en dos temporadas, primavera y otoño, subdivididos en dos camadas de curación de veinte días de duración cada una de ellas; una para sifílicos o enfermos del “mal gálico”, y otra para los llagados.

Respecto a los enseres sanitarios y quirúrgicos solían ser mínimos e insalubres, algunos de ellos con un aspecto terrorífico y escalofriante. Un ejemplo de ellos son los sangradores.


Fuente bibliográfica: Instituciones benéfico-sanitarias en la Málaga de fines del siglo XVII: el Hospital de Santa Ana. Antonio Jesús Jiménez Sánchez. Universidad de Málaga

jueves, 24 de junio de 2021

Paula García Fernández, La Paula

 

En el corralón de la Higuera,en el número 16 de la calle de Los Negros, nació en enero de 1902, la bailaora Paula García Fernández, conocida artísticamente como La Paula. Hija de Matías García, tocaor de guitarra y de la también bailaora Antonia Fernández, La Paula fue un personaje muy popular de Málaga.


La Paula.


Iniciada en el baile desde pequeña, su vida hubiera tomado otros derroteros si no hubiera estado tan encariñada con su madre. Como ella misma afirmaba, “Siempre he sido muy madrera, y por no dejar a la mía no he llegado a ninguna parte”. Pese a lo que trabajó en Madrid en distintas ocasiones consiguiendo siempre grandes éxitos.


La mayor parte de su vida transcurrió en el citado corralón de la calle de Los Negros, en cuyo patio común a todos los vecinos, se celebraron frecuentes juergas. La Paula trabajó en diversas ocasiones en el desaparecido tablao flamenco La Gran Taberna Gitana del que era propietario Antonio Rojas. Otros escenarios de La Paula fueron el Pasaje de Chinitas y la Peña Juan Breva.


Su baile era refinado y tradicional; levantando los brazos y torciendo las muñecas en un movimiento fluido y bailando elegantemente desde la cintura hacia arriba, se movía de la manera más simple pero efectiva. Trabajó también en fiestas particulares, e incluso en las ventas y nunca faltó en las noches de la Feria de Agosto en la caseta de Los Lunares desde que se instaló en Martiricos.


Apergaminada, menuda, renegría, con unas zapatillas en chanclas y un pañolón azul cubriéndole cuello y espalda, en su juventud también fue una excelente cantante, especialmente en los estilos de fiestero.


Sus últimos años los pasaría sentada en su patio, rodeada de macetas de geranios y damas de noche, pero en 1973 fue ingresada en el hospital San Juan de Dios, ya que sufría demencia senil, donde pasaría los últimos cinco años de su vida falleciendo de un ataque cardíaco el 13 de octubre de 1978. El Ayuntamiento de Málaga rotuló con el nombre de La Paula una plaza a espaldas de la Cruz Verde, vecina a la calle de Los Negros.