Con más de 100 años de vida, el Centro Cívico fue en sus
inicios la Casa de la Misericordia de Málaga, siendo
una de las primeras que se fundaron en España y que nació
como fusión de las casas de socorro, expósitos y mendicidad. A
partir de 1870 la Diputación asumió su gestión directa
mediante una labor protectora y educativa de los jóvenes y ancianos
desamparados.
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Fachada del Centro Cívico. |
Tras diversos
vaivenes políticos, en 1938 pasa a llamarse Hogar de Nuestra
Señora de la Victoria. Es en 1988 cuando se deja a un lado su
labor como internado para dar paso al Centro Cívico, un
espacio sociocultural que se abría a la participación ciudadana de
los nuevos tiempos. Es decir, el edificio se ha caracterizado por
haberse adaptado a la perfección a los cambios sociales del siglo XX
y XXI. Desde 2013 es la sede de La Térmica, un espacio de
creación cultural.
El nombre de Casa
de Misericordia, corresponde a la antigua denominación
hospiciana del siglo XVIII que desde antaño dependía de la
Beneficencia Provincial, por ello al centro se le conoció con
las denominaciones de Casa de la Misericordia, Asilo
Provincial y Hospicio. El 27 de marzo de 1888 el gobierno
concede a la Diputación Provincial permiso para enajenar el
edificio, y con ello a construir uno nuevo que finalmente se pudo
iniciar a principios del siglo XX con un presupuesto de 986.905
escudos, y estructurado arquitectónicamente a través de tres patios
cuadrados y dos pisos de altura.
Aún sin inaugurar,
ni terminar del todo su construcción, la guerra de Marruecos
lo convierten en Hospital de Sangre o campaña,
continuando así durante 1908 y 1909. Cuando el edificio es
recuperado de nuevo por la Diputación, y administrado por la
Junta Provincial de Beneficencia, el centro acoge a niños
necesitados de la ciudad y provincia, creándose posteriormente
unidades escolares y los primeros talleres para su instrucción
profesional, entre los que destacaría la imprenta que se encargaría
desde entonces del Boletín Oficial de la Provincia, y que permitió
a numerosos muchachos formarse en las artes gráficas. Las hijas de
la Caridad de San Vicente de Paúl se hicieron cargo de
su gobierno, al frente del cual sor Teresa Prat estuvo durante
más de 30 años, dedicación por la que es recordada con el nombre
de una avenida. Posteriormente en 1987, y sin perder su sentido de
acogida, la Diputación decide convertirlo en Centro Cívico
orientado hacia multiusos.
El inmueble ha
sufrido profundas transformaciones desde su origen, entre ellas es de
resaltar la de 1907, y muy posteriormente en 1981 cuando se realizan
fuertes obras de consolidación y conservación. El edificio se
articula actualmente por medio de pabellones y patios que entroncan
con la crujía principal formando, todo el espacio, una planta muy
quebrada pero simétrica con respecto a un eje central que, a su vez,
presenta numerosos entrantes y salientes para formar patios abiertos
y cerrados que junto a los grandes ventanales, le dan ventilación y
luminosidad a todo el edificio. Finalmente, cada una de las crujías
se organiza alrededor de un pasillo central con dormitorios y salones
a ambos lados.
Por otra parte, la
decoración, que se inicia en el jardín con la fuente en mármol de
mediados del siglo XIX procedente del Hospital Civil, no es
muy profusa en el edificio, aunque se puede encontrar en los zócalos
de azulejos de los pasillos, en las arquerías de ladrillos de
algunos patios, en el coro de madera labrada de la extinta capilla y
en la fachada. Aquí aparecen unos remates a manera de almenas o
cresterías transformadas en cruces y que recuerdan flores
geometrizadas a modo de los elementos con los que se dotaban a los
edificios modernistas, relacionándose también con otros diseños
del arquitecto Rivera Vera que al intervenir en una de las
remodelaciones de la edificación dejó clara impronta de su estilo.