Mastodon Málaga y sus historias: Medicina
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viernes, 13 de octubre de 2023

‘El agua dela vida’ de Luis Alderete

 

Luis Alderete y Soto nació en Málaga en el primer tercio del siglo XVII fue regidor perpetuo de su ciudad natal y alguacil mayor de la Inquisición. Viajó por diversos países europeos, donde se relacionó con alquimistas. Formuló un sistema consistente en una combinación de las ideas alquímicas con interpretaciones especulativas del Apocalipsis basadas en la astrología.


Estudio de dos ilustres malagueños sobre la obra de Alderete.


La aparición de los cometas de 1680 y de 1682 la tomó como complemento de las proféticas revelaciones de san Juan, presumiendo haber descubierto con sus composiciones la medicina universal, a la que llamó Agua de la Vida.

Nunca dejó escrita la fórmula o receta de la composición de este medicamento, que empezó a usar en su hija Margarita en la epidemia malagueña de 1673. Ni aun cuando el 5 de diciembre de 1681 el Real Tribunal del Protomedicato prohibiera su medicina y le conminara a declarar cómo y con qué la hacía.

En 1678 se instaló en Madrid al ser nombrado procurador mayor en los Reales Consejos para defender los pleitos que la ciudad de Málaga tenía en la Corte.

Tal fue la fama que alcanzó el autor del Agua de Vida que, por expreso mandato de Carlos II, hizo que su confesor fray Andrés de Villacastín se entrevistara con él en varias ocasiones durante el año 1687, con el fin de que le expusiera tanto sus ideas como su práctica.

jueves, 12 de enero de 2023

El amigo de Cervantes

Luis Barahona de Soto fue un ilustre escritor del siglo XVI. Su gran amistad con el inmortal Miguel Cervantes Saavedra motivó que diera celebridad a su nombre. Nacido en Lucena en 1548 también se dedicó al ejercicio de la Medicina, que desarrolló en Archidona, y fue el protegido del duque de Osuna, a quien dedicó alguna de sus obras.


Luis Barahona de Soto.


Barahona de Soto, nacido noble, pero pobre, pertenece por su edad a la misma generación histórica de Miguel de Cervantes. Su corta vida, ya que falleció en 1595, se desarrolla en la segunda mitad del siglo XVI, en el reinado de Felipe II. Barahona une al ejercicio de su profesión médica el cultivo de las letras, plasmado en géneros literarios muy diversos, que le granjearon el reconocimiento público y la amistad de los grandes ingenios de entonces. Entre ellos se cuenta Miguel de Cervantes, que siempre profesó una gran estimación por el lucentino, reflejada en obras tan diversas como La Galatea, el Viaje del Parnaso o el Quijote. En este último libro lo califica como "uno de los famosos poetas del mundo, no sólo de España".

Siendo muy joven marchó a Antequera para estudiar humanidades con el docto Juan de Vílchez. Se traslada a Granada para estudiar Medicina en 1569, y de allí se desplaza a Osuna, que contaba entonces con una famosa universidad, para continuar sus estudios, pero no sin antes participar en la lucha contra los moriscos en Las Alpujarras.

En 1571, y una vez aprobado el cuarto curso, marchó a Sevilla para graduarse de Bachiller de Medicina. Tras su estancia en Sevilla, motivos profesionales y amorosos le hacen permanecer algún tiempo en Granada, fijando luego ya, definitivamente, su residencia en Archidona, lugar elegido exclusivamente por motivos de salud. Ya que Archidona era una villa poco castigada por las terribles plagas de la época la gripe, la viruela, el tabardillo y la de las landres.

En Archidona se casa dos veces, es padre de dos niñas, los vecinos le nombran regidor de la villa y atiende a los enfermos de una epidemia de peste que se coló desde Málaga, demostrando grandes dotes de galeno.

Allí escribe la única obra en prosa que se conoce, Diálogos de monterías, publicada como de autor desconocido en 1890. Parte de su amplia obra poética está recogida por Juan Antonio Calderón en Flores de Poetas. Sobre su producción destaca Las lágrimas de la Angélica publicada en Granada en 1586. Un instituto y una calle de Málaga llevan el nombre de Luis Barahona de Soto.