Mastodon Málaga y sus historias: Miguel de Cervantes Saavedra
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jueves, 12 de enero de 2023

El amigo de Cervantes

Luis Barahona de Soto fue un ilustre escritor del siglo XVI. Su gran amistad con el inmortal Miguel Cervantes Saavedra motivó que diera celebridad a su nombre. Nacido en Lucena en 1548 también se dedicó al ejercicio de la Medicina, que desarrolló en Archidona, y fue el protegido del duque de Osuna, a quien dedicó alguna de sus obras.


Luis Barahona de Soto.


Barahona de Soto, nacido noble, pero pobre, pertenece por su edad a la misma generación histórica de Miguel de Cervantes. Su corta vida, ya que falleció en 1595, se desarrolla en la segunda mitad del siglo XVI, en el reinado de Felipe II. Barahona une al ejercicio de su profesión médica el cultivo de las letras, plasmado en géneros literarios muy diversos, que le granjearon el reconocimiento público y la amistad de los grandes ingenios de entonces. Entre ellos se cuenta Miguel de Cervantes, que siempre profesó una gran estimación por el lucentino, reflejada en obras tan diversas como La Galatea, el Viaje del Parnaso o el Quijote. En este último libro lo califica como "uno de los famosos poetas del mundo, no sólo de España".

Siendo muy joven marchó a Antequera para estudiar humanidades con el docto Juan de Vílchez. Se traslada a Granada para estudiar Medicina en 1569, y de allí se desplaza a Osuna, que contaba entonces con una famosa universidad, para continuar sus estudios, pero no sin antes participar en la lucha contra los moriscos en Las Alpujarras.

En 1571, y una vez aprobado el cuarto curso, marchó a Sevilla para graduarse de Bachiller de Medicina. Tras su estancia en Sevilla, motivos profesionales y amorosos le hacen permanecer algún tiempo en Granada, fijando luego ya, definitivamente, su residencia en Archidona, lugar elegido exclusivamente por motivos de salud. Ya que Archidona era una villa poco castigada por las terribles plagas de la época la gripe, la viruela, el tabardillo y la de las landres.

En Archidona se casa dos veces, es padre de dos niñas, los vecinos le nombran regidor de la villa y atiende a los enfermos de una epidemia de peste que se coló desde Málaga, demostrando grandes dotes de galeno.

Allí escribe la única obra en prosa que se conoce, Diálogos de monterías, publicada como de autor desconocido en 1890. Parte de su amplia obra poética está recogida por Juan Antonio Calderón en Flores de Poetas. Sobre su producción destaca Las lágrimas de la Angélica publicada en Granada en 1586. Un instituto y una calle de Málaga llevan el nombre de Luis Barahona de Soto.


lunes, 28 de junio de 2021

La estancia de Cervantes en Vélez-Málaga

 

Miguel de Cervantes Saavedra empezó a escribir El Quijote en una cárcel de Sevilla, donde ingresó en 1597 a causa de no haber podido justificar la desaparición de 141.000 maravedíes que el escritor tenía que haber cobrado en la localidad malagueña de Vélez-Málaga donde desempeñaba en 1594 la labor de recaudador de impuestos para el rey Felipe II.


Patio interior de la Casa de Cervantes.


No se sabe muy bien qué pasó con la citada cantidad, pero lo que sí está contrastado es que fue ese el motivo que llevó a Cervantes a cumplir condena en una prisión sevillana, lo que dio pie a que empezara escribir Don Quijote de La Mancha, aprovechando la tranquilidad y el tiempo que le proporcionaba ese cautiverio.


Los expertos en la obra cervantina aseguran que de alguna manera Vélez-Málaga inspiró al autor del Quijote sobre todo en el capítulo 41, aunque la influencia en esta obra universal se podría considerar mayor. Son conocidas las alusiones que Cervantes hace a la capital de la Axarquía malagueña en la famosa novela. Hasta en tres ocasiones se menciona a Vélez-Málaga.


De esas tres citas, la más conocida es la que pone en boca de uno de los caballeros que acompañan al capitán cautivo, Ruy Pérez de Viedma las palabras: “¡Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido! Porque, si yo no me engaño la tierra que pisamos es la de Vélez Málaga”. Además de las alusiones en esta obra, Vélez-Málaga también es citada en otra de sus novelas, Los trabajos de Pérsiles y Sigismunda, en la que se refiere a la ciudad como una “tierra de libertad”.


El recuerdo de Miguel de Cervantes está muy presente en Vélez-Málaga. Además de una escultura de él junto a la entrada del Palacio de Beniel, actual sede de la Fundación María Zambrano, también se conserva un edificio que probablemente fuera su hospedaje en su paso por la ciudad. Conocido como la Casa de Cervantes, éste fue un edificio levantado probablemente a principios del siglo XVI, con un evidente estilo mudéjar, del que se conserva parte en la estructura externa y el patio interior.


Dentro de este inmueble, dedicado ahora a uso cultural, se encuentra a su vez, la Sala Cervantes, donde hay documentación que aborda la relación del escritor y la ciudad. Hay incluso una biblioteca temática que lleva el nombre de Antonio Jiménez, un investigador veleño que hizo grandes aportaciones en torno a estos vínculos, fallecido recientemente.