Mastodon Málaga y sus historias: críticas
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lunes, 3 de noviembre de 2025

La escritora Frances Elliot y sus criticas a Málaga

 

Las escritoras de viajes del XIX dedicaron muchos pasajes de su creación literaria a glosar la capital de la Costa del Sol aunque no faltaron autoras que realizaron fuertes críticas a la ciudad. Es el caso de Frances Elliot que llegaría hasta recomendar en sus escritos dar un rodeo y evitar el contacto con la ciudad. Un juicio muy severo que más allá de su visión victoriana particular refleja a una Costa del Sol distinta y deformada a su modo en una sensibilidad inseparable de la estética victoriana.


Frances Elliot.


Frances Minto Elliot (1820-1898) fue una escritora británica muy conocida por sus relatos de viajes, historia social, retratos de las costumbres en Italia, España y Francia. Elliot comenta que Málaga tiene un clima cálido, pero le molesta que haya mucha suciedad, polvo o malos olores, y que el ambiente en general sea desagradable para un viajero acostumbrado a condiciones más cuidadas. Se queja de que las reglas sanitarias no se respetan; describe la ciudad como “verdaderamente sucia”.

Elliot también señala que hay problemas de delincuencia, que la población local tiene, según ella, expresiones desagradables, mirada “malévola”, que según otras viajeras “es gente corriente… mitad gitanos y mitad bandidos”.

 También plantea que no ve Málaga como un lugar recomendable para una residencia prolongada, en parte por esas condiciones de higiene, y en parte por esas impresiones sociales. Una crítica central es que no entiende por qué “el clima malagueño goza de tanto predicamento fuera de España” dados los inconvenientes que ella experimenta.

En general, sus expectativas parecen contrastar con la realidad: esperaba más belleza, más limpieza, más orden. Málaga le parece “una ciudad aburrida y carente de interés” aparte de su clima. Hay pasajes bastante duros: frases como “¡Un lugar horroroso! Vosotros, miles de viajeros ingleses, eludirla! ¡No penséis en tal lugar!” aparecen citadas en relación con sus escritos sobre Málaga.

Un lugar sucio, descrito también constantemente por la escritora y viajera Matilda Edwards, amiga de Dickens, con olor a pescado en todas sus variedades, infatigablemente pobre y descuidado. La furia de las escritoras, que se paseaban casi siempre por la ciudad protegidas por compatriotas consulares, no deja en pie ni siquiera a los lugareños, a los que mencionan con una crueldad no exenta de los prejuicios de clase. Para Matilda Edwards, por ejemplo, la chulería local iba entonces mucho más allá de la pasión inflamada. La caricatura, como recuerda un artículo científico de la investigadora de la Universidad de Málaga, Blanca Krauel, se acera en sus manos, que describe «a la gente corriente» como «sucia, desagradable, malévola, medio gitanos y medio bandidos».

En resumen, no dejaba en buen lugar a una sociedad, la malagueña, que empezaba a poblarse de empresarios extranjeros. Los cónsules escribían continuamente misivas advirtiendo de robos en las diligencias y en los trenes, que a menudo se hundían en el barro y obligaban a alternativas rocambolescas.


Fuente documental: Frances Elliot, Málaga y la crítica victoriana. La Opinión de Málaga, febrero de 2014


martes, 1 de febrero de 2022

Un desembarco accidentado

 

El 16 de julio de 1845 cuando eran desembarcados en Málaga 8 presos que un buque guardacostas había detenido en un barco contrabandista en aguas de Estepona (Málaga), al saltar al muelle se dan a la fuga, siendo tiroteados por la tropa que los custodiaba, que hirió a uno de ellos, fugándose el resto y dándose la circunstancia de que un paisano, barquero de profesión, resultó alcanzado por los disparos y muerto en el acto.


Puerto de Málaga.


La noticia la recogía en su edición del jueves 24 de julio el periódico madrileño El Clamor Público que señalaba que apenas saltaron a tierra en la misma explanada del muelle, dieron los presos a huir y la tropa de abordo que los custodiaba hizo fuego, resultando uno herido y todos los demás fugados, y corno esto sitio está siempre muy concurrido, fue muerto un paisano barquero de los muchos que aguardaban viaje para los buques y vapores. La información añadía que ”las paredes de las casas inmediatas habían quedado clavoteadas de balazos, habiendo sido muy grande casualidad de que no sucedieran mil desgracias mas por la mucha concurrencia que de continuo hay siempre en este sitio”.


El corresponsal del citado periódico daba cuenta en su crónica del estado de inseguridad que al parecer se daba entonces en Málaga, de las críticas de los ciudadanos a las autoridades, así como de la escasa formación de los componentes de la tropa. Tampoco salía bien parado en la información el señor Ordóñez, jefe político de la ciudad.