Mastodon Málaga y sus historias: poeta
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martes, 26 de marzo de 2024

El dramaturgo Francisco Leiva

 

Francisco Leiva Ramírez de Arellano nació en Málaga en junio de 1630, ciudad donde desarrolló su actividad teatral y fue bautizado el 14 de junio de 1630. Pudo iniciar estudios eclesiásticos gracias a que su familia disfrutaba de cierto desahogo económico, pero la muerte de su padre, acaecida en 1649, le obligó a suspenderlos cuando tan sólo se había ordenado de menores.


Libreto de una de las obras de Leiva.


No hay muchas noticias sobre Leiva. Parece que no contrajo matrimonio y que se dedicó en cuerpo y alma a su actividad teatral -llegando a convertirse en un apreciable dramaturgo-, pero se mantuvo también lejos del mundo literario y cultural, sin participar en academias literarias o justas poéticas, movido por un deseo de vivir ajeno al medio mundano, que quizá explique también el hecho de que publicara su comedia El socorro de los mantos bajo el nombre de Carlos de Arellano. A finales de su vida, sin embargo, era ya un poeta bastante reconocido y, según señala Elena Garcés, editora de varias obras suyas, «una figura puntal en el entramado que urdía la vida teatral malagueña en el tercer cuarto del siglo XVII». Entre otras cosas, hizo de intermediario entre los directores de las compañías y los gerentes de los corrales en la contratación de representaciones en Málaga.

Leiva, epígono de Calderón de la Barca, se dedicó casi en exclusiva al género dramático; aunque su producción no es muy grande, dado lo prematuro de su muerte, parece que varias de sus obras fueron representadas con éxito.

Escribió obras de calidad, con un lenguaje de influencia culterana, aunque sin artificiosidad excesiva, y de un acertado sentido de la funcionalidad escénica, preparando sus piezas teatrales con gran cuidado y conciencia creadora. Destacan en ellas el trazado psicológico de los personajes, la ironía y el sentido del humor. Murió en Málaga, con tan sólo cuarenta y seis años y fue sepultado el 18 de febrero de 1676.


viernes, 24 de marzo de 2023

José Antonio Párraga, el poeta del pueblo

 

José Antonio Párraga Rivas, quien sin duda en vida no recibió el reconocimiento que se merecía, nació en mayo de 1938 en Haza de la Alcazaba, en La Coracha, y fue un apasionado maestro de Primera Enseñanza. Desde pequeño sintió inquietudes literarias, que afloran en su madurez en su obra 'Cosas de mi Málaga', colección de poemas sobre cosas típicas de la Málaga de su infancia, así como su colección de pregones antiguos como 'El de las moras', 'El sillero', 'El latero', 'El afilaor', 'El de los chumbos', 'El trapero', 'El aguaor' o 'El cenachero'. Es muy conocido su poema 'A la mujer malagueña'.


José Antonio Párraga.


De su espíritu crítico y un tanto irónico, nació una 'colección de ripios', como él la llamaba, en los que con fino humor tocaba temas de la actualidad malagueña. También dedicó gran atención a la Semana Santa malagueña, escribiendo con el título de 'Málaga Semana Santa', una colección de más de 40 poemas dedicados a sus cristos y a sus vírgenes.

Gran aficionado al teatro, ante la escasez de obras apropiadas para ser representadas por niños, decidió escribirlas él mismo, de ahí nacieron 'Los abuelos', 'Así es mi Andalucía', 'Cuentos al Niño Jesús' o 'La Rosa de Zamarrilla', todas ellas y muchas más representadas por sus alumnos en el C.P. Luis Braille donde dejó una gran impronta.

Vicepresidente de la Asociación Malagueña de Escritores, consiguió numerosos premios en distintos certámenes de poesía y de rapsodas. Vecino de Rincón de la Victoria desde su jubilación, siempre fue un fiel colaborador de las peñas. José Antonio Párraga falleció hace ahora 6 meses.


jueves, 1 de septiembre de 2022

Luis Cernuda y Málaga

 

Para el poeta Luis Cernuda, nacido en Sevilla el 21 de septiembre de 1902, la ciudad y la provincia de Málaga fueron lugares muy especiales donde conoció la felicidad y la amistad.

Al morir la madre de Cernuda en el verano de 1928, el poeta se sintió libre de abandonar Sevilla. Camino de Madrid, pasó unos días en Málaga con los responsables de la imprenta Sur, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, quienes un año antes habían publicado el libro del poeta Perfil del aire, como un suplemento de la revista Litoral. Ésta fue la primera vez que Cernuda vio el mar y el espectáculo le impresionó tantoque incluyó una recreación de la costa malagueña en el relato El indolente, escrito en 1929, en donde el poeta recreó nítidamente la costa malagueña aunque sin citarla por su nombre, pero el paisaje, las costumbres, la flora, la presencia borrosa de las montañas africanas en el horizonte remiten, sin duda, al litoral malacitano.


Luis Cernuda en una playa de Torre del Mar.


Conoce también en esta corta estancia a José María Hinojosa, quien le mostrará distintos puntos de la provincia, como Ronda, el pantano de El Chorro y Campillos, pueblo natal de Hinojosa. Este primer encuentro con el grupo malagueño de poetas y con el mar se dejaría sentir en su obra.

Después de Madrid viajó a París y a Tolouse para ocupar el puesto de lector de español. En cuanto experimento con el automatismo propuesto por los surrealistas durante su estancia en París, sus poemas recogidos en el libro Un río, un amor representaron un paso decisivo en la carrera del poeta.

Unos años más tarde, Cernuda estuvo en Málaga de agosto a septiembre del 33, en compañía de Emilio Prados, Bernabé Fernández-Canivell, impresor con el que desde entonces le uniría una gran amistad, hasta el punto de dedicarle el poema titulado Los fantasmas del deseo, de su libro Donde habite el olvido, y con los hermanos Carmona, el pintor Darío y Gerardo, con quien mantendría una relación amorosa muy feliz.

Son días nuevamente de gozosas excursiones al mar, ya sea en las playas de la capital o en las de Torremolinos. En poemas como El joven marino, A un muchacho andaluz o Soliloquio del farero el mar y el paisaje andaluz aparecen mitificados. Pero será en el poema Elegía anticipada, incluido en Como quien espera el alba, de 1947, donde Cernuda evocará aquellos días dichosos en la costa malagueña, que califica como cima de su vida. En este texto se adivinan, como recordaría Vicente Aleixandre en el homenaje que el Grupo del 27 y la revista Cántico dedicarán al poeta sevillano, el primero que se le haría en España, rincones de la ciudad malagueña, como el Cementerio Inglés y las orillas del mar. Y se alude asimismo a esa breve pero intensa relación con Gerardo Carmona en versos bañados por una luz paradisíaca.

Volverá Cernuda a la provincia y a la capital malagueña un año después, en 1934, en esta ocasión gracias a su trabajo en las misiones pedagógicas de la II República española. Se conservan algunas fotografías de su paso por Marbella, Torre del Mar, Vélez y Málaga, en compañía de nuevo de Prados y Bernabé. A raíz de esas estancias, confesará en noviembre de ese año su “sensación de insistir en algo que ya nos dio todo lo que tenía que darnos. Y Málaga me dio tanto... Parecía como si, muerto, visitase los lugares donde viví”.

Mucho más tarde, ya en el exilio, Cernuda seguiría pensando de forma emocionada en Málaga, como puede comprobarse en el texto El estío del libro Ocnos. En febrero de 1938 sale de España para nunca más regresar. En el domicilio de la también escritora y exiliada Concha Méndez, en el amanecer del 5 de noviembre de 1963, fallece repentinamente de un ataque al corazón. Fue enterrado en el Panteón Jardín de la ciudad de México. Una plaza de Málaga lleva el nombre del poeta.

lunes, 13 de junio de 2022

El poeta bohemio que fue fusilado

 

Pedro Luis de Gálvez, poeta, narrador, ensayista, periodista, pintor, anarquista y agitador político, nacido en Málaga el 3 de mayo de 1882 y fusilado en Madrid el 20 de abril de 1940, era hijo de un general carlista muy religioso quien decidió ingresar a su hijo a la fuerza en el seminario de Málaga, dirigido entonces por los jesuitas, pero se fugó del mismo. Capturado por la Guardia Civil regresó a casa. Tras una corta estancia familiar en Albacete, la familia recaló en Madrid en 1898.


Pedro Luis de Gálvez con sus hijos.


Opositó para ingresar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, sacando el número 2 e ingresó en la prestigiosa institución, pero sus relaciones con las modelos, a las que pretendía seducir, motivaron su expulsión. Su padre le ingresó entonces, con 16 años, en el correccional de Santa Rita, donde, hostigado por la crueldad de la disciplina, empezó a escribir poesía y abrazó los ideales anarquistas. Fue también expulsado, después de destrozar la capilla y amenazar al capellán con un martillo. Al salir del correccional, empezó a trabajar como actor en el Teatro de la Comedia, pero su padre subió al escenario y le sacudió una paliza, por lo cual le expulsaron también del teatro madrileño. Entonces huye de su padre a París, donde mendiga, y vuelve luego otra vez a España en 1905 donde inicia una serie de conferencias sobre anarquismo en Andalucía.

En 1920, en Sevilla, conoce a Jorge Luis Borges encandilando al escritor argentino y llegar a ser el protagonista del poema "Pedro-Luis en Martigny", incluido en la obra Textos recobrados de Borges.

A su paso por la actual Peñarroya-Pueblonuevo, localidad minera al norte de Córdoba, es detenido por la Guardia Civil por ser un “peligroso revolucionario”. juzgado en Cádiz por un consejo de guerra, que le declara “reo de lesa majestad y culpable de injurias al Ejército” y es encerrado en el penal de Ocaña. Allí escribe un librito de narraciones, que envía al concurso nacional de cuentos del periódico El Liberal, y lo gana. Posteriormente, cuando el jurado descubre la condición de presidiario del autor, sus miembros , entre ellos Ramón Gómez de la Serna, airean el asunto y consiguen el perdón del Gobierno. Estos hechos le proporcionan popularidad y se le abren muchas puertas. El periódico El Liberal le ofrece su corresponsalía en Melilla, pero los escándalos que protagoniza le obligan a dejarlo y vuelve a Madrid.

Su primer amor formal fue una madrileña, Carmen Sanz, con la que tuvo un hijo que nació muerto y del cual escribió Pío Baroja en La caverna del humorismo señalando que iba por los cafés con el niño muerto en una caja pidiendo dinero para enterrarlo. Sin embargo, el propio Gálvez atribuyó esa mentira a Emilio Carrere y aseguró que fue el aragonés Benigno Varela quien pagó el enterramiento, una cajita de madera y algunas flores. Según su versión lo único que le pidió a Carrere fue algo de dinero para alquilar un coche en el que llevar a su madre hasta el cementerio de la Almudena. Después se casó con la malagueña Teresa Espíldora Codes, con quien tuvo dos hijos. Los mantuvo dando sablazos a diestro y siniestro, lo que le proporcionó fama de sablista consumado, llegando a escribir hasta un tratado sobre el tema, El sable. Arte y modos de sablear y una gran ristra de anécdotas.

En el Madrid de la Guerra Civil, y pese a su militancia anarquista, albergó en su casa al escritor reaccionario Ricardo León y salvó la vida a Ricardo Zamora, guardameta internacional español, alertando además a varios escritores, entre ellos Emilio Carrere, Pedro Mata Domínguez y Cristóbal de Castro, con lo que evitaron su detención.

Al finalizar la guerra, el escritor y periodista Enrique Larreta quiso llevarse a Gálvez a su país, Argentina, y Rufino Blanco Fombona insistió en que se exiliase a Venezuela. Gálvez se negó a salir de España, pues decía que no tenía nada que temer si no había cometido ningún delito. Aunque tras la contienda civil se le abrió un proceso que le condenó a la pena capital víctima de una delación anónima. Olvidado por muchos de los que ayudó en momentos difíciles de la Guerra Civil, que no fueron a testificar en su favor, fue condenado a muerte por un Consejo de Guerra el 5 de diciembre de 1939 por “conspiración marxista y otros cargos más” entre los que se contaba “la muerte de varias decenas de monjas”, sin especificar. No se le comunicó la sentencia, de forma que cuando tanto León como Zamora intentaron intervenir en su favor ya era demasiado tarde y murió ante un pelotón de ejecución en la cárcel de Porlier (Madrid) el 20 de abril de 1940. Hay que reseñar que como poeta no dejó de poseer una rara originalidad y calidad, destacando como un gran sonetista.

viernes, 11 de febrero de 2022

El precursor del modernismo en España

 

A Salvador Rueda Santos, periodista y poeta, se le considera el precursor español del modernismo. Nació en la aldea de Benaque, incorporada al municipio malagueño de Macharaviaya, el 3 de diciembre de 1857. Hijo mayor del matrimonio formado por Salvador Rueda Ruiz y María Santos Gallardo, tuvo una formación autodidacta.


Salvador Rueda.


Leyó a Jorge Manrique, Garcilaso y Góngora, autores que le marcaron profundamente. Fue estudiante de latín, monaguillo, jornalero, guantero, carpintero, corredor de guías del puerto de Málaga, pirotécnico y oficial primero del cuerpo facultativo de Archiveros Bibliotecarios y Arqueólogos.

Marchó a Madrid, donde Gaspar Núñez de Arce le proporcionó un empleo en la Gaceta de Madrid. Su poesía fue muy bien acogida en América Latina y allí viajó-Rueda fue solemnemente coronado en La Habana el 4 de agosto de 1910. Regresó sin embargo a Málaga, donde vivió modestamente en una casa cerca de la Alcazaba; cayó enfermo en marzo de 1933 y murió el 1 de abril de ese mismo año.

Escritor muy fecundo, es autor de novelas , entre ellas una novela erótica deudora de Felipe Trigo y relatos costumbristas de ambiente andaluz. Su prolífica obra poética se inició en 1880 con Renglones cortos (1883) y siguió con Noventa estrofas, prologado por Núñez de Arce, y con Cuadros de Andalucía, del mismo año. Clarín, Darío y Unamuno prologaron, respectivamente, tres de sus libros principales

Salvador Rueda creó junto al cordobés Manuel Reina una estética literaria de tipo parnasiano denominada colorismo que le hizo predecesor español del modernismo hispanoamericano y ejerció algún influjo renovador sobre poetas más jóvenes, como Francisco Villaespesa o Juan Ramón Jiménez. Posteriormente, Rueda asumió la estética modernista traída a España por Rubén Darío. En sus composiciones buscó la armonía, basada en la melodía y el ritmo. Su obra se convirtió en un repertorio variado de formas y combinaciones estróficas renovadoras; introdujo novedades métricas que luego utilizarían casi todos los vates modernistas, como la modificación del soneto, la profusa utilización del dodecasílabo, así como las variedades del hexámetro clásico.

Las principales características de su poesía están en la intensidad pictórica de su colorido y la nota de musicalidad, conseguida por medio de nuevos ritmos y originales combinaciones de inusitadas estrofas. Los temas de su inspiración son muy variados, pero entre ellos destacan los que se refieren al mundo de la naturaleza y la geografía andaluza, que el poeta describe con brillantez.

viernes, 10 de diciembre de 2021

Reconocimiento a Antonio Gala (y II)

 

En la entrada anterior se hacía un minucioso repaso a la trayectoria vital y creativa de Antonio Gala y ahora se aborda su relación con Málaga, concretamente con Alhaurín el Grande. El 28 de octubre de 2020 de anunciaba que la finca La Baltasara, que fue desde los años 80 la residencia de verano de Antonio Gala en Alhaurín el Grande (Málaga), albergaría un espacio cultural vinculado a la fundación que lleva el nombre del escritor tras ser adquirida por el Ayuntamiento de esta localidad malagueña. Un anuncio que se hizo realidad el pasado mes de julio de 2021 con la apertura de la Casa Museo Antonio Gala-La Baltasara.


Antonio Gala.


Se trata de una típica casa de campo del siglo XVIII perfectamente conservada de 380 metros cuadrados distribuidos en varias estancias con una vivienda principal de 290 metros cuadrados y rodeada de una finca de más de 30.000 metros cuadrados bordeada por el río Fahala.


La propiedad, que incluye todo el mobiliario y enseres de la vivienda, ha tenido un coste de 360.000 euros, que fueron abonados por el consistorio a la Fundación Antonio Gala de forma fraccionada en cuatro anualidades. En ese momento de puso de relieve que el valor sentimental y cultural de esa propiedad era incalculable, porque es un lugar mágico y especial que ha sido testigo de la vida y la obra de un ilustre y querido vecino.


Según puso de manifiesto la alcaldesa del municipio el objetivo del consistorio era la creación de un centro cultural multidisciplinar cuya actividad estará vinculada a la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, con sede en Córdoba, y que reforzará la figura de Antonio Gala en la comarca y en la provincia de Málaga.


Por su parte, José María Gala, secretario del patronato de la Fundación, recordó entonces que, tras el traslado por motivos de salud a Córdoba, Antonio Gala decidió cerrar su etapa en Alhaurín el Grande después de cuarenta años, encargó la venta de la casa y surgió la oportunidad de que el Ayuntamiento la adquiriese para darle un uso cultural vinculado con su legado y su obra.

jueves, 9 de diciembre de 2021

Reconocimiento a Antonio Gala (I)

 

El 29 de mayo de 1997 el dramaturgo, novelista, guionista y articulista Antonio Gala es nombrado Hijo Adoptivo de la Provincia de Málaga. Antonio Gala Velasco, nació el 2 de octubre de 1930 en Brazatortas (Ciudad Real), donde vivió hasta los 9 años, en 1939. El resto de su infancia la pasó en Córdoba, donde escribió sus primeras obras, a los cinco años escribió un relato corto y a los siete su primera obra teatral. A los catorce da una conferencia en el Círculo de la Amistad de Córdoba.


Antonio Gala.


En 1951, con quince años, ingresa en la Universidad de Sevilla en la Facultad de Derecho, y se matricula por libre en Madrid en otras dos carreras, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas. Durante sus años universitarios publica sus primeros poemas en las revistas de la época, Escorial, Platero, Cántico… y funda dos revistas, Aljibe y Arquero de Poesía, con Gloria Fuertes y Julio Mariscal Montes.


Una vez licenciado, inicia oposiciones para abogado del Estado obedeciendo el mandato de su padre, pero abandona en el segundo año. Durante los años posteriores vive en Jerez de la Frontera y Córdoba. De vuelta a Madrid imparte clases de Filosofía e Historia del Arte en distintos colegios para ganarse la vida. En 1962 se marcha a Italia, donde permanece casi un año.


Para entonces Antonio Gala había escrito el libro de poemas Enemigo Íntimo (1959) por el que recibe un accésit en el Premio Adonais de Poesía. En la primavera de 1963, ya de regreso a España, recibe el premio Las Albinas, por su relato Solsticio de Verano. En julio le es concedido el Premio Nacional Calderón de la Barca por su comedia Los Verdes Campos del Edén. Comienza así una larga y fructífera carrera como dramaturgo, durante la cual escribe obras como Anillos para una dama (1973) o Petra Regalada (1980).


Escribe incluso el libreto de la ópera Cristóbal Colón, con música de Leonardo Balada, estrenada en el Liceo de Barcelona en 1989. Es autor de una amplia obra que incluye artículos, novelas y guiones televisivos, como los de las series Paisaje con figuras, publicada en libro en 1985 y Si las piedras hablaran, publicada en libro en 1995, ambas de carácter histórico.


En su faceta de articulista ha trabajado en diarios como Pueblo, Sábado Gráfico, Actualidad española, El País y El Mundo. Varias de sus series de artículos han sido publicadas posteriormente como libros. Es el caso de Charlas con Troylo (1981); En propia mano (1985); Cuaderno de la dama de otoño (1985); Dedicado a Tobías (1988); La soledad sonora (1991) y A quien conmigo va (1994).


Además de articulista, ha sido también conferenciante sobre temas literarios, en especial de teatro. De esta última faceta destacan títulos como Teatro de hoy, teatro de mañana (1978) o El mito de la libertad (1992). Con su primera novela El manuscrito carmesí (1990), ganó el Premio Planeta. A ésta le siguió La pasión turca (1994), Más allá del jardín (1995), La regla de tres (1996), Las afueras de Dios (1999), El imposible Olvido (2001) y Los invitados al jardín (2002). Posteriormente, ha publicado El dueño de la herida (2003) y El pedestal de las estatuas (2007). Granada de los Nazaríes o Andaluz, ambos de 1994 y la publicación de recopilaciones como Córdoba de Gala (1993) son fruto de su interés por la cultura andalusí, de la que se siente partícipe.


En su obra poética se encuentran libros publicados a una edad temprana, Enemigo íntimo, y otros mucho más cercanos en el tiempo, tales Poemas cordobeses (1994), El águila bicéfala: Textos de amor (1994), Poemas de amor (1997) y El poema de Tobías desangelado (2005). Además del Premio Adonais, del Planeta y del Calderón de la Barca ya citados ha recibido, entre otros, los siguientes galardones: Premio Ciudad de Barcelona 1965; Premio Foro Teatral 1971; Premio Nacional de Literatura, Premio del Espectador y Premio de la Crítica de 1972; Premio Quijote de Oro 1972-73; Premio Antena de Oro y Premio Mayte de 1973; Premio Nacional de Guiones 1973 y Premio Medios Audiovisuales 1976.


Próxima entrada: La relación con Málaga de Antonio Gala. Reconocimiento a Antonio Gala (y II).

Reconocimiento a Antonio Gala (I)

lunes, 7 de junio de 2021

José María Hinojosa, un poeta fusilado

 

José María Hinojosa Lasarte nació en la calle Santa Ana número dos de la localidad de Campillos (Málaga) el 17 octubre de 1904. Tercer hijo de Salvador Hinojosa y de Asunción Lasarte, una rica familia de terratenientes, mostró desde muy temprano su inclinación por las letras y la política. En 1920 la familia Hinojosa se instala definitivamente en Málaga, concretamente a la calle Larios. A partir de 1921 cursa con brillantez sus estudios de Derecho en la ciudad de Granada donde se licenció años más tarde.


José María Hinojosa.


Atraído por las vanguardias, viajó a Francia en 1925, y su poesía evoluciona rápidamente. A su regreso a España Emilio Prados le presenta a los componentes del Grupo del 27 activo en la Residencia de Estudiantes, compuesto entre otros por Salvador Dalí, Luis Buñuel, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Luis Cernuda, así como del Novecentismo, como Juan R. Jiménez o José Bergamín colaborando activamente en revistas en el grupo formado por los poetas del 27 de Málaga.


Sus primeros libros fueron, Poema del campo (Madrid, 1925), incluido dentro de la línea neopopularista y Poesía de perfil (París, 1926) primera de sus obras que muestra el influjo del Surrealismo.


En 1926 viaja a la URSS y bromea acerca de ser el primer poeta que visita ese país aunque no escribe sobre su viaje. En 1927 publica en Málaga su libro poético La rosa de los vientos donde es patente la huella del creacionismo y el ultraísmo. Los libros de Hinojosa aparecieron en bellas ediciones de autor con ilustraciones de Dalí, Bores, Benjamín Palencia o Moreno Villa.


En 1928 publica Orilla de la luz, en la que aún se mantienen resabios andalucistas; La flor de California (1928) obra de carácter plenamente surrealista, compuesta de narraciones en prosa, que supone la más alta expresión de dicho movimiento vanguardista en España.


La obra de Hinojosa concluye con La sangre en libertad (1931), su mejor obra, en la que el verso se libera de cualquier atadura formal o de contenido. Poco a poco el poeta fue alejándose de sus compañeros del 27, y tras la publicación de su última obra, abandona la literatura.


En esa decisión tuvo que ver su tormentosa relación con Ana Fréuller, una mujer independiente y moderna, piloto y deportista que en palabras de alguno de sus amigos, “era mucho más que la musa perfecta, pues, mujer de carácter, impuso siempre condiciones al poeta que la idolatraba”.


En 1932 inicia una intensa actividad política en partidos conservadores y en 1934 abre bufete en Málaga y organiza la cooperativa de seguros MAPFRE. En 1936 en las elecciones generales del 16 de febrero fracasa su segundo intento por alcanzar un acta de diputado. Sobre el 20 de julio, Hinojosa es detenido por las autoridades republicanas junto con su padre y su hermano. El 25 julio, los tres son conducidos a la Prisión Provincial.


El 22 de agosto tras un bombardeo de los sublevados, es asaltada la cárcel por un grupo de milicianos anarquistas y medio centenar de presos, el poeta, su padre y su hermano, también un hermano de Manuel Altolaguirre, fueron fusilados como represalia ante las tapias del cementerio de San Rafael, de Málaga. Después, la obra del introductor del surrealismo en España y el mecenas de la malagueña imprenta Sur, se sumió en el olvido.

martes, 11 de mayo de 2021

El dramaturgo que murió en la indigencia

 

José Postigo Acejo, novelista, poeta y dramaturgo, es autor de los dramas La lucha por la existencia, y ¡Pobre madre! Nacido en Málaga en 1855, escribió poesías y narraciones que publicaba en periódicos y revistas. En 1887 fue nombrado corresponsal del periódico madrileño El Correo, con motivo de las fiestas celebradas en Málaga en conmemoración del centenario de la conquista de la ciudad.


Teatro Cervantes en la actualidad.


También dirigió el periódico El Caballero de Gracia, subtitulado Semanario de Literatura, Artes y Teatro, cuyo primer y único número salió a la calle en julio de 1888, con la dirección artística (diseño) de Enrique Rodríguez.


Sin embargo, su obra dramática es la más conocida, aunque ésta no tenga, según los críticos, una gran calidad. En 1886 estrenó, Lo que no ve la opulencia, en verso, y sucesivamente las obras cómicas, Un negocio, Cara y Cruz, No cabíamos en casa, Los liberales, Mr. Cascabel, Un drama al gusto del día, La barbería de Paco.


El 26 de septiembre del mismo año 1886 se estrenó en el Teatro Cervantes de Málaga el juguete-cómico lírico Se aguó el viaje, con música de Julio Navalón y letra de José Postigo Acejo, que no se olvidó citar a cantaores de su tierra en la obra, como Juan Breva o Loriguillo de Coín, además del célebre Fillo y Francisco Hidalgo o Paco el Sevillano, que era conocido en la capital malagueña como Paco Botas.


En colaboración con Manuel Martínez Barrionuevo estrenó la obra ¡Pobre Madre!, drama en un acto en verso estrenado en el Teatro Cervantes en la noche del 3 de mayo de 1885. También en colaboración, en esta ocasión con Narciso Díaz de Escovar, escribieron Un matrimonio más, obra en verso en un acto. En el Teatro Principal se estrenaron el monólogo en verso ¡Abandonada! y el Congresillo, en 1888, año en el que obtuvo un accésit por su drama en tres actos En guerra con el destino.


Falleció en la indigencia, el 26 de enero de 1889. Su figura fue glosada por la prensa que informaba de que había muerto en el último piso del Teatro Principal, mientras en éste se cantaba la ópera El Trovador. Póstumamente, el día 1 de marzo del mismo año de su muerte, se estrenó en el Teatro Cervantes, en una función extraordinaria, a beneficio de la viuda e hijos del malogrado poeta malagueño, su drama en verso La lucha por la existencia. Además la actriz Porredón interpretó el monólogo Abandonada y miembros de la Academia Provincial de Declamación representaron el proverbio Las hijas de Elena. Se obtuvo recaudación de cerca de 6.000 reales.


miércoles, 22 de julio de 2020

Rubén Darío y Málaga

El poeta nicaragüense, corresponsal en París del diario "La Nación" de Buenos Aires, y luego cónsul de su país en la capital francesa, Rubén Darío, llega el 9 de diciembre de 1903 para visitar la ciudad, que no le resulta del todo desconocida debido a su amistad con el escritor malagueño Salvador Rueda, de quien terminaría distanciándose después de haberlo exaltado como el referente de la nueva poética en su generación.

Monumento a Rubén Darío en Málaga.
Si se compara la presencia y la huella de Rubén Darío en Málaga con la de otros autores no nacidos en la provincia pero que recalaron en algún momento de su vida en la ciudad, por ejemplo, Vicente Aleixandre o Jorge Guillén, se puede afirmar que fue casi anecdótica.

Rubén Darío, estuvo viviendo durante varios meses en Málaga a finales del año 1903 y comienzos del año 1904. Llegó poco tiempo después de haber sido nombrado cónsul de Nicaragua en París y cuando su vida parecía encauzarse. En esos años, convive con la que fue su gran amor durante muchos años, la española Francisca Sánchez que unos meses antes había sido madre de uno de sus hijos.

Rubén Darío se pone en contacto con su amigo Isaac Arias, cónsul colombiano en la capital andaluza que lo invita a Málaga para pasar las navidades y alargar su estancia unos meses. La pareja se integra en la vida de la capital y por ejemplo asisten a un homenaje dedicado a Torrijos en el aniversario de su fusilamiento.

Desde la capital malagueña hicieron excursiones para visitar otras ciudades como Sevilla, Granada o Córdoba pero volviendo siempre a Málaga. En estos meses de calma y sosiego, Rubén Darío atiende regularmente las crónicas que escribía para el diario “La Nación” y en una de ellas habla elogiosamente de Málaga: “Esta es la dulce Málaga, llamada la Bella, de donde son las famosas pasas, las famosas mujeres y el vino preferido para la consagración. Aquí hay luz, montes apacibles, el Mediterráneo, barcas pescadoras…”

Además de esta crónica, existe alguna que otra huella del paso y la
influencia que en Rubén Darío dejaron esos meses de estancia en Málaga. Por
ejemplo, cita Málaga en uno de sus poemas, el titulado “Pórtico”.

También es de destacar su influencia, como padre del Modernismo, en los poetas de
la época. En concreto en Málaga, a su influencia en Salvador Rueda, con el que sostuvo una relación de amistad aunque, como ya se ha reseñado, con el tiempo se
distanciaran cuando Rubén Darío se alejase de dicha corriente buscando nuevos temas y caminos en sus poemas.

De la estancia del poeta en Málaga quedan una calle con su nombre, que está situada cerca del Hospital Carlos Haya; y un busto, obra del escultor José Planes en 1968 y que está situado en el parque, cerca de la Plaza del General Torrijos.

miércoles, 8 de abril de 2020

Pablo García Baena, premio Príncipe de Asturias

El 15 de junio de 1984 el poeta cordobés Pablo García Baena, afincado en Málaga desde hacía años, recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

García Baena, nacido en Córdoba en 1921, cursó sus estudios y pasó su adolescencia y juventud en su ciudad natal. En 1947, junto con los poetas Ricardo Molina, Juan Bernier, Julio Aumente y Mario López, y los pintores Miguel del Moral y Ginés Liébana, forma el grupo Cántico, en el que destaca por su esplendorosa maestría, editando la revista del mismo nombre, que hoy constituye uno de los episodios claves para estudiar y conocer la evolución de la poesía española contemporánea, al mantener viva y legar a las nuevas generaciones las lecciones estéticas de los poetas del 27.

Pablo García Baena.
Su obra poética, breve, intensa y rigurosa, ha sido objeto de numerosas reediciones y compilaciones, habiendo sido nombrado Hijo Predilecto y recibido la Medalla de Oro de Córdoba, en 1984, año en el que también obtiene el Premio Príncipe de Asturias de las Letras "por su perseverancia en el cultivo de una actitud estética independiente". También fue Hijo Predilecto de Andalucía en 1988 y se le concede el Premio de las Letras Andaluzas en 1991. También fue el primer director del Centro Andaluz de las Letras.

Si la obra de García Baena siempre tuvo un pie en la sensualidad y otro en la devoción, también su trayectoria tiene dos etapas, por una parte, la aparición en 1946 de su primer libro, Rumor oculto supuso la revelación de una voz romántica y elegíaca que no encontró lugar en una España poéticamente dividida entre el clasicismo oficialista y la poesía social, que terminó convirtiéndose en la tendencia dominante.

De otra, a partir de los Tttulos como Antiguo muchacho, Junio y Óleo, publicados a lo largo de una década, corrieron una suerte parecida. Con todo, un año después de su estreno como autor, García Baena participó en la ya reseñada iniciativa señera en la literatura española de posguerra, la aparición de la revista Cántico, que daría nombre a todo un grupo de poetas cordobeses.

Una revista ha pasado a la historia, además de porque el tiempo terminó dando la razón a sus fundadores, porque en 1955 publicó un mítico número de homenaje a Luis Cernuda, exiliado en México y que fue el primer toque de atención desde la España interior hacia un poeta de la España peregrina, el autor del 27 que más ha influido en las generaciones posteriores.

Pese a todo, a aquel tiempo de efervescencia le siguió un particular tiempo de silencio. En 1965 el poeta se traslada a Málaga y abre en Torremolinos una tienda de antigüedades, El Baúl. A ella se consagrará hasta la jubilación.

Su poesía vivió una travesía del desierto hasta que la Generación del 68, la de los novísimos, con Luis Antonio de Villena y Guillermo Carnero a la cabeza, reivindicaron en estudios y antologías una obra cuyo esteticismo culturalista enlazaba a la perfección con el de los jóvenes del momento.

En 1978, dos décadas después de publicar su último poemario, Pablo García Baena daba a la imprenta Antes que el tiempo acabe. Cuatro años más tarde, recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. No cabía mayor reconocimiento.

Años después, sin embargo, el poeta cordobés unía la alegría interminable de entonces a la tristeza por el cierre de El Baúl, que coincidió con el galardón: “La tienda siguió el sino de Cántico: ofrecía cosas que no eran lo que la gente compraba. Nos resistíamos a poner vulgaridades, souvenirs y postales. Cerramos porque no era negocio, como no fue negocio poético Cántico”, manifestó entonces el poeta.

Libros como Fieles guirnalda fugitivas (1990) y Los campos Elíseos (2006) o la concesión en 2008 del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el más importante del género, fueron la demostración de que la vida y la poesía habían dado una segunda oportunidad a un hombre al que su colega José Manuel Caballero Bonald no dudó en describir como “un bien nacido que no ha osado nunca contradecirse”.

Aunque hizo en un libro de retratos corrosivos en el que pocos salen bien parados. García Baena, querido por viejos y jóvenes, era uno de esos pocos. Reinstalado en Córdoba en 2003, en los últimos años había seguido escribiendo poemas destinados a un libro con título provisional: Claroscuro. Era, decía, la palabra que mejor describía el final de su vida. Y lo decía con una sonrisa.

Murió en Córdoba, cuando contaba con 96 años, el 14 de enero de 2018, a causa de una complicación respiratoria. Hacía dos años que había empezado a despedirse del mundo porque su vista ya no era la que había sido, todo un golpe para alguien que encontró en la belleza la razón de su vida.


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viernes, 10 de enero de 2020

Alfonso Canales gana el Premio Nacional de Poesía

El 14 de diciembre  de 1965 se le concede el Premio Nacional de Poesía al malagueño Alfonso Canales Pérez-Bryan por su libro 'Aminabad', editado por Revista de Occidente.

Alfonso Canales.
Abogado de profesión, nació en 1923, cursó el Bachillerato en Málaga, interrumpido por el estallido de la guerra civil y estudió Filosofía y Letras y Derecho en Granada. Fue miembro fundador de 'Germen' y del suplemento 'Papel Azul' de la revista 'Gibralfaro' en unión de José Antonio Muñoz Rojas, junto a quien también inició la colección de poesía 'A quien conmigo va'.

Con José Salas Guirior empezó a editar la colección 'El Arroyo de los Ángeles', continuada por Bernabé Fernández Canivell, y a partir de 1952 se integró activamente en el grupo de la revista malagueña de poesía Caracola. Ese mismo año viajó a París y visitó la abadía de Port-Royal, que inspiró una de sus obras poéticas más importantes.

De su producción poética puede destacarse, El Candado (1956), indagación personal en busca de los recuerdos de la niñez y su expresión en lenguaje de adulto; el ya citado Port-Royal (1956 y 1968), expresión de conflictos religiosos íntimos desencadenados por la visita a esta abadía; Aminadab (1965, Premio Nacional de Poesía), significa su consagración como poeta, donde religión y conflicto vuelven a ser argumentos centrales en un contexto de gran riqueza cultural; Gran fuga (1970), complejo poemario donde aparecen los temas del tiempo y del espacio en sentido amplio; Réquiem andaluz (1972, Premio de la Crítica en 1973), escrito al filo del dolor producido por el fallecimiento de su madre.

La reflexión metafísico-religiosa vuelve a estar presente en Canto de la tierra (1977), título que hace referencia a Mahler, y en cuyas páginas el yo poético medita sobre la naturaleza y el destino humano. El puerto (1979, Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla) es un libro misceláneo que reúne textos sobre la existencia humana, el amor, la política o la inquietud religiosa. Tres oraciones fúnebres (1983), conjunto de tres discursos sobre la muerte, narraciones en verso reales y documentadas, pretende dar otra visión del llamado Siglo de Oro.

Canales es un poeta difícil de encasillar en las tendencias poéticas de la posguerra, motivo por el cual no ha sido incluido en antologías determinadas por corrientes o ismos concretos. Se trata de un poeta que construye su poesía sobre una ingente base cultural, transformando poéticamente sus experiencias y particularmente sus lecturas, que constituyen —según él mismo dijo— vivencias tan excitantes como aquellas otras nacidas en el personal ejercicio del vivir.

A pesar de haber estado afincado en Málaga, mantuvo siempre una estrecha relación con muchos escritores contemporáneos, como Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén o Camilo José Cela, entre otros.Fue académico correspondiente de la Real Academia Española y de la Real Academia de la Historia, y presidente desde 1986 de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. Fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Málaga en 2005.

Durante ocho años ejerció la docencia de Literatura en el Conservatorio antes de ser docente en el Seminario Conciliar de esta asignatura e Historia del Arte y la Cultura. Alfonso Canales murió en Málaga, el 18 de noviembre de 2010.

viernes, 2 de agosto de 2019

Nace el poeta y periodista Manuel Alcántara

Manuel Alcántara nació el 10 de enero de 1928, en la calle del Agua del barrio malagueño de La Victoria. La guerra civil española fue uno de los recuerdos que lo marcaron desde su infancia. Por el traslado profesional de su padre tuvo que desplazarse a Madrid, donde cumplió los 18 años y en cuya universidad entró para estudiar la carrera de Derecho, que dejó inacabada.

Manuel Alcántara.
En la capital española conoció a quien fue su esposa, Paula Sacristán, con la que contrajo matrimonio en 1953 y tuvo a su única hija. Su esposa falleció en la provincia de Málaga el 20 de noviembre de 2007.

Su estreno poético se produjo en 1951 —a la edad de 23 años— en el entorno de los cafés literarios de Madrid, en el sexto recital de la III Serie de lecturas poéticas denominadas «Versos a medianoche».

En 1953 estrenó Alforjas para la poesía en el teatro Chapí, obteniendo algunos premios en los Juegos Florales de Lorca y Gijón. Obtuvo el premio de poesía Antonio Machado dos años más tarde, con su primer libro Manera de silencio (1955); y el Premio Nacional de Literatura por Ciudad de entonces (1961).

En cuanto a la prensa, su inicio fue tardío, en 1958 y con 30 años de edad en el semanario de los estudiantes españoles La Hora. El salto a la prensa nacional se produjo a través del diario Arriba, momento a partir del cual sus colaboraciones en diversos medios fueron ininterrumpidas y muy conocidas, por las que pronto alcanzaría las cabeceras más importantes de España.

Colaboró en los diarios Pueblo, Ya, Arriba, Marca y La Hoja del Lunes. Además, participó en la revista Época y en numerosos programas de Radio Nacional de España o la COPE. También colaboró en Televisión Española, en espacios relacionados con el fútbol, deporte del que era un gran conocedor. Como corresponsal deportivo, viajó por Sudamérica, Italia y Japón.

Residía en el Rincón de la Victoria (Málaga), desde donde escribió diariamente durante treinta años (entre el 1 de junio de 1989 y 2019) una columna que se publicaba como primera firma en la contraportada de los diarios del Grupo Vocento. Siguió activo hasta pocos meses antes de su fallecimiento y se le considera el «decano de los columnistas» por su labor en este campo, puesto que estuvo más de 50 años escribiendo en diversos medios de comunicación.

Falleció el 17 de abril de 2019 en su Málaga natal a los 91 años​.

martes, 2 de octubre de 2018

José Infante obtiene el premio Adonais


El 7 de diciembre de 1971 el poeta, escritor y periodista malagueño José Infante Martos obtiene el Premio Adonais de Poesía. En 1972 el Premio “Málaga, Costa del Sol" de Periodismo. En 1980 le fue concedida la Beca Juan March a la Creación Literaria.

José Infante, nacido en Málaga el 21 de julio de 1946, estudió Derecho, Filosofía y Letras y Ciencias de la Información en las Universidades de Granada y Madrid y obtuvo la diplomatura en la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Madrid. También logró, en 1969, la diplomatura en Dirección de Escena con su espectáculo El público. Un trabajo de investigación sobre las raíces españolas del surrealismo, sobre textos propios y de El público de Federico García Lorca. En 1971 realizó el guion e interpretó el espectáculo teatral Picasso-Málaga 71 sobre la figura del pintor malagueño. De la dirección y el montaje se encargó Jacinto Esteban Suarez.

José Infante.
En 1972 se traslada a residir a Madrid, donde colaboró en diversos medios de comunicación, entre ellos, Sábado Gráfico, Informaciones, Cine en 7 Días, Telesiete, Teleradio, Diario de Barcelona, El Mundo, ABC, En Cartel y Sanghay Expréss. Colaboraciones suyas han aparecido igualmente en la mayoría de las revistas literarias actuales, desde Tediria o Signos, a Litoral o Barcarola y desde Atlántica o Turia a Laberinto de Zinc o Nadadora.

Desde mayo de 1974 a enero de 2007 trabajó en Televisión Española. Participando en numerosos espacios como redactor, guionista, ayudante de dirección y subdirector. Entre otros, Telerevista, Los Escritores, Etcétera, Hora 15, Gaceta Cultural, Zarabanda, El Dominical Informativo, Muy personal, Documentos TV e Informe Semanal.

Ha dirigido y realizado algunos programas especiales, como  "El regreso de don Geraldo", sobre el escritor e hispanista Gerald Brenan; "Noventa años en busca de la diosa", sobre el poeta británico Robert Graves, en colaboración con la hija del escritor Lucía Graves; "El camino de España", sobre el hispanismo; "El sol de Flandes", sobre la presencia de la cultura española en Europa;  la trilogía "Don Juan de Borbón, una vida de renuncias", “Entierro de rey” y “Epitafio para don Juan”, sobre la figura del Conde de Barcelona y "Juan Carlos I: crónica de 20 años", sobre los veinte años de la restauración de la monarquía.

Después de 12 años como redactor-guionista en el programa "Informe Semanal”, desde enero de 2002 a enero de 2007, trabajó en los Servicios Informativos del Fin de Semana. Ya jubilado regresa a Málaga, ciudad con la que nunca perdió una estrecha relación, y es entonces cuando se publica el libro de Linares de Souza (2013) "José Infante, de Adonais a Poeta Auto Editado". El 26 de enero de 2012 fue designado miembro de la Real Academia de Bellas Arte de San Telmo y pronuncia su discurso de ingreso, titulado "Amante de Málaga. Memoria personal de la ciudad del paraíso", el 13 de abril del mismo año, en un acto solemne que tiene como escenario el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga.

El 7 de noviembre de 2016 el escritor malagueño presentaba en el Ateneo la edición ampliada de su antología 'Elegías y meditaciones', que incluía íntegro su libro, 'La libertad del desengaño'. Es entonces cuando el periodista Pablo Bujalance le realiza una entrevista para el diario Málaga Hoy, en la que el poeta declaraba que” Málaga, o mejor la sociedad malagueña, es mala madre para sus hijos, especialmente si son poetas. El olvido al que se ha visto condenado Alfonso Canales es lamentable. Es verdad que en los últimos años vivió algunas amarguras con Málaga y que al final de su vida se apartó un tanto. Todo lo que pasó con el Museo de Bellas Artes, por ejemplo, se lo tomó muy mal. Pero se le ha atribuido sin más un carácter de persona derechona e intransigente cuando no lo era en absoluto. Sin ir más lejos, en la galería de arte que tuvo en Antequera expuso la Suite Vollard de Picasso ya en los años 70”.

Para añadir más adelante que, “la Junta de Andalucía le negó sistemáticamente un reconocimiento que merecía más que otros que sí lo tuvieron, pero Málaga tampoco se portó por lo general bien con él. Más allá de Canales, por ejemplo, se han tardado más de diez años en constituir la Fundación Rafael Pérez Estrada, que es un escritor fundamental. Pero es que Málaga es así”.

Para concluir, diciendo en la misma entrevista que, "si Antonio Banderas no hubiera triunfado en Hollywood, aquí seguramente nadie le haría caso. Hace poco estrenó en el Teatro Cervantes un espectáculo precioso el bailaor David Martín, en el que ha invertido todos sus ahorros, y no ha salido una sola nota en la prensa. Habrá que esperar que triunfe en otra parte para que lo reciban bien aquí”.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Manuel Alcántara, Premio Nacional de Literatura


En febrero de 1963 se da a conocer la concesión del Premio Nacional de Literatura a Manuel Alcántara por su libro 'Ciudad de entonces'. El escritor tiene 35 años y un prestigio muy consolidado, como se aprecia en el homenaje que recibe pocos días después en Lhardy, conocido restaurante madrileño, convocado por Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, César González Ruano, José Hierro y Antonio Mingote, entre otros.

Cinco años antes, en 1958, ya había sido finalista del Premio Nacional con 'Plaza Mayor'. Ese mismo año comienza a escribir artículos en el diario Arriba, periódico que abandona en 1962 por solidaridad con su amigo Ramón Gómez de la Serna, cuya colaboración había sido suprimida. Después escribe en Pueblo, Ya, Marca, La Hoja del Lunes, Época y, en la última década del siglo pasado, en Sur, donde todavía hoy sigue escribiendo a diario junto a las demás cabeceras del Grupo Correo, aparte de colaborar en RTVE y otros medios audiovisuales.

Como articulista obtendrá los tres grandes premios de literatura periodística: Luca de Tena, Mariano de Cavia y González Ruano, que avalan su consideración como uno de los grandes escritores en la historia del periodismo español.

Manuel Alcántara. Foto: F.M.A.
Manuel Alcántara (1*) nace en Málaga el 10 de enero de 1928, en la calle del Agua del barrio de La Victoria. Con diecisiete años, para examinarse de la reválida en Granada, abandona Málaga por primera vez. Meses después se marchará a Madrid, ya que su padre es destinado por Renfe, compañía para la que trabaja, a la capital. Empieza la carrera de Derecho, que no tardará en abandonar “por aburrimiento”, y se emplea en la oficina de seguros de la compañía ferroviaria. Allí conocerá el 1 de diciembre de 1945 a la que se convertirá ocho años después en su esposa, Paula Sacristán. Desde 1965 comparte su residencia entre la capital y Rincón de la Victoria, donde se instalará definitivamente y en la que en la actualidad pasa largas temporadas.

Es en 1945 cuando el autor puede dedicar las noches, y buena parte de las madrugadas, a su verdadera vocación, la poesía: “La poesía está para describir sentimientos, para conocerte a ti mismo, para alumbrar la vida, pero su objetivo no es nada jocoso. La poesía es indefinible”, decía el poeta y maestro de periodistas.

En 1955 obtiene el prestigiado premio de poesía Antonio Machado que concede la revista Juventud. Además se publica su primer libro de poemas, Manera de silencio, que es designado, en unos premios equivalentes al posterior Premio de la Crítica, mejor libro poético del año.

Como se ha mencionado escribe en Marca donde  empieza con artículos, generalmente de boxeo, en el espacio ‘Hora cero’, así como las crónicas de grandes combates. Sus artículos para la publicación deportiva alcanzarán un alto nivel de popularidad y fama.

En 1993 se convoca el primer Premio de Poesía de Manuel Alcántara; y en 1996, el Departamento de Periodismo de la Universidad de Málaga anuncia la creación del Premio de Periodismo también con su nombre. Un año antes, el profesor y escritor Teodoro León Gross había defendido la primera, y hasta hoy única, tesis doctoral dedicada a la obra articulística del autor.

El 23 de noviembre del 2000, cinco años después de que se elevara la propuesta a la Junta de la Facultad de Ciencias de Comunicación de la Universidad de Málaga, Manuel Alcántara es investido Doctor Honoris Causa. En su brillante discurso hace un recorrido por toda su carrera poética y periodística, emocionando a la audiencia que asiste a su más que merecida investidura.

En los primeros años del siglo XXI, los galardones y reconocimientos se suceden, haciendo imposible su enumeración, entre otros, es designado Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Medalla de Andalucía, Hijo Predilecto de Málaga, Hijo Predilecto de la Provincia de Málaga e Hijo Adoptivo del Rincón de la Victoria.

(1*) Datos obtenidos de la página web de la Fundación Manuel Alcántara, creada en 2007 para difundir y reeditar su obra.


lunes, 10 de septiembre de 2018

Pérez Estrada recibe el Premio García Lorca

El 2 de octubre de 1971, la Universidad de Granada concede el Premio García Lorca al poeta malagueño Rafael Pérez Estrada por su obra teatral "Edipo, aceptado: los sueños". Este prestigioso abogado había publicado su primer libro en 1968 bajo el título de 'Valle de los Galanes', al que siguieron 'Obeliscos' y 'La bañera' en los dos años siguientes.

En 1987 y 1989 sería finalista del Premio Nacional de Literatura, coincidiendo con su etapa de mayor altura poética, plasmada en volúmenes como 'Conspiraciones y conjuras', ‘Bestiario de Livermore’, 'Libro de los Reyes', 'Tratado de las nubes', 'La sombra del obelisco' o 'El ladrón de atardeceres', entre otras.

Rafael Pérez Estrada, un genio de su tiempo.
Rafael Pérez Estrada nace en Málaga, el 16 de febrero de 1934, hijo del que fuera médico y alcalde de la ciudad Manuel Pérez Bryán (1943 y 1947), y de la conocida pintora naif Mari Pepa Estrada. Durante la Guerra Civil su casa en la calle Larios sufrió un incendio y la familia se traslada a la calle Carretería, donde pasa los primeros años de su vida.

 En su época de estudiante, se marcha a cursar estudios de Derecho a la Universidad de Granada, (1954), formación que le permitiría ejercer la abogacía con gran prestigio en su ciudad natal. En 1959 se traslada a Madrid donde se inicia en el dibujo, colaborando en revistas y emisoras de radio. Establecido en la capital, compaginaría su labor profesional como abogado con la pintura y poesía.
En 1960 vuelve a Málaga definitivamente. Llega tardíamente a la literatura, pues como ya se ha reseñado es en 1968 cuando aparece su primer ‘Valle de los galanes’, al que siguen numerosos títulos de teatro, poesía y narrativa de vanguardia. Hasta 1997, año en que abandona su despacho, combina su actividad como abogado con la escritura y el dibujo, siendo a lo largo de su vida un referente local inestimable, pues participó muy activamente en eventos claves de la vida social y cultural malagueña, entre otros, en la creación del Centro Cultural del 27 y en el Consejo Social de la Universidad de Málaga.

Un hombre genial, en todo el sentido de su expresión, que era de una simpatía irresistible y de fina ironía que demostraba su inteligencia, además de un conversador infatigable. Tuve la suerte de poder gozar de su amistad. Pero sobre todo, Rafael Pérez Estrada era un enamorado de Málaga, ciudad de la que jamás quiso alejarse “es la ciudad del gozo y de la dicha” o “soy un seducido por Málaga” dijo el escritor en su discurso con motivo del nombramiento como Hijo Predilecto de Málaga.

Rafael Pérez Estrada falleció a los 66 años, el 21 de mayo de 2000 habiendo sido homenajeado en 1999 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y días antes de su fallecimiento designado como Hijo Adoptivo de Málaga. Cerró los ojos  justo cuando su nombre comenzaba a destellar con luz propia entre la crítica y los lectores. Sería nombrado también Hijo Predilecto de la Provincia de Málaga el 9 de abril de 2002 y propuesto al Premio Príncipe de Asturias de las Letras por el Centro de la Generación del 27.