![]() |
Plaza de la Constitución a principios del siglo XX. |
Al fondo tenía un emparrado para el servicio de nevería
durante el verano, y el espacioso salón contaba con un tablado en el que se
exhibían cante y baile flamenco, piezas de teatro y zarzuela, y asimismo se
empleaba para la celebración de actos públicos y reuniones.
Adornado elegantemente,
llamaban la atención sus sillas de caoba labrada, al igual que la barra. Los
divanes estaban bien tapizados y había espejos de calidad. Todo ello lo
convertía en un sitio muy acogedor.
Al café, cuyas puertas se cierran
definitivamente el 1 de abril del año 1902, se accedía bajo amplios toldos
sostenidos por unas elegantes columnas de hierro con candelabros que, con
ocasión de los temporales de levante, eran abatidos por el viento provocando
accidentes. Antes de la instalación de la Fuente de las Tres Gracias, los
propietarios del café usaban la plaza para espectáculos de música o de fuegos
artificiales.