La capital -incluyendo Olías, Churriana y Torremolinos-
contaba entonces con 137.020 habitantes; y le siguen en importancia Antequera, Vélez-Málaga, Ronda, Coín y Alora. Marbella,
que al final del siglo XX será la segunda localidad de la provincia, no superaba
la cota de 10.000 habitantes.
Las cosas son ahora distintas.
En Andalucía, una región donde la pérdida de población es la norma
(con cinco de las ocho provincias en retroceso), Málaga no
sólo mantiene su poder de atracción de población, sino que lo intensifica.
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Málaga es la provincia andaluza que más población extranjera atrae. |
Según la última
actualización de la Estadística del Padrón Continuo, la provincia
sumó 9.171 vecinos el año pasado (un 0,6%), y alcanzó los 1.639.786 habitantes
a 1 de enero de 2018. Este crecimiento es superior al que suman las demás provincias
andaluzas juntas; de hecho, sin la aportación positiva de Málaga, Andalucía habría
perdido casi 12.000 habitantes. Aun contando con ella, la población de la
comunidad autónoma disminuyó en 572 personas debido sobre todo al peso negativo
de Jaén (-5.802 habitantes) y Córdoba (-3.367).
Málaga aceleró su crecimiento poblacional en 2017, logrando el mayor aumento desde el año 2012. En el ranking nacional, fue la sexta provincia que más habitantes sumó. Y este incremento fue posible por el avance conjunto de la población autóctona y foránea. Concretamente, Málaga ha sumado en un año 4.755 habitantes con DNI español y 4.416 de otras nacionalidades. Esto último es una novedad respecto a los cinco años anteriores, durante los cuales la colonia extranjera estuvo disminuyendo.
Pero, qué ha cambiado para que la
población extranjera vuelva a crecer. Lo que ha pasado es que la
colonia de europeos afincados en la provincia se ha reducido drásticamente,
especialmente la más numerosa, que es la británica. Desde 2013,
el número de británicos empadronados en municipios malagueños ha caído un 40
por ciento. Otras nacionalidades como la finlandesa también
han perdido presencia. Un conjunto de causas está detrás de esta tendencia, que
van desde el envejecimiento de los miembros de estas comunidades
hasta su pérdida de capacidad adquisitiva, pasando por la 'operación
limpieza' que han hecho los ayuntamientos, obligados por ley, en sus
padrones, a eliminar de sus registros a los extranjeros que llevan más de
determinados años sin renovar su empadronamiento.
Pues bien, esta tendencia no ha
cambiado. La población británica sigue en plena caída: el año
pasado fue la nacionalidad que más presencia perdió en la provincia, con 1.614
ciudadanos menos empadronados. También siguen en declive la colonia finlandesa o
la irlandesa. En un año, Málaga ha perdido casi
mil residentes de países miembros de la UE.
Pero si estos grupos pierden
presencia, ¿cuáles crecen? Crece el número de venezolanos en Málaga.
El año pasado, más de 800 ciudadanos de este país encontraron refugio en la
provincia. La cifra es llamativa, sobre todo comparada con el pequeño tamaño
previo de esta colonia en Málaga: apenas dos mil personas. De hecho, su
crecimiento relativo en un año ha sido de un 30 Por ciento, un éxodo vinculado
a la situación política de Venezuela, que está favorecido por la política del
Gobierno español de acoger refugiados de este país.
En este sentido aportar los
siguientes datos. La provincia sumó 3.060 vecinos provenientes de América,
sobre todo de Venezuela, Colombia, Paraguay, Brasil y EE UU. También crece la
colonia asiática (1.184 empadronados más), pero esta vez no fue China el país
que lideró la inmigración, sino Irán, con 333 empadronados más que equivalen a
un crecimiento porcentual del 30 por ciento. En cuanto a la nacionalidad siria,
su presencia se incrementó en 92 personas. Respecto a la inmigración africana,
creció pero de forma mucho más moderada, 147 empadronados más. Marruecos fue la
nacionalidad africana que más presencia ganó en Málaga, con 362 personas más.