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Obras de demolición de la Casa de la Cultura. |
La desaparición del edificio puso fin al polémico debate que
durante años mantuvieron defensores y detractores de la demolición, en un
intento de salvar este edificio construido cuatro décadas antes según un
proyecto del arquitecto Luis Moya.
Finalmente su demolición, decidida después de que
excavaciones previas demostraran que los restos se mantenían perfectamente
conservados bajo los cimientos, permitió a la Junta de Andalucía iniciar los trabajos de recuperación y
reconstrucción del teatro.
Según distintas fuentes, durante la construcción del
denominado pomposamente como Palacio de
Archivos, Bibliotecas y Museos, que fue más conocido como la Casa de la Cultura, debieron aparecer
restos del teatro, pero el historiador Víctor
Heredia aseguró que “su descubrimiento fue silenciado”.
No fue hasta que se llevaron a cabo las obras de explanación
de la parcela que iba a destinarse a los jardines delanteros de la Casa de la Cultura cuando se
localizaron restos arqueológicos de cierta magnitud. Sólo eran visibles unos
cuantos sillares de piedra de las filas superiores de la grada, que apenas
sobresalían sobre el terreno después del derribo de las viviendas adosadas a
los muros de la Alcazaba.
De hecho, la prensa local publicó en junio de 1951 la
noticia de que se había descubierto un acceso romano a la ciudad y pocos días
después se comprobó que en realidad era una de las puertas de un Teatro Romano. Las obras de la Casa de la Cultura continuaron por
decisión política, a pesar de la clara importancia de los hallazgos y el
edificio fue inaugurado por el propio general Francisco Franco en 1956.
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