Mastodon Málaga y sus historias: Creación de la Peña Malaguista

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Creación de la Peña Malaguista

En los altos del antiguo café El Gallo, en la calle Salinas número 9, tuvo su primera sede la Peña Malaguista, la primera de carácter deportivo inaugurada en la ciudad, concretamente el día 24 de febrero de 1951, fecha en la que se constituyó la directiva, presidida por Antonio Gómez Téllez, y se bendijo el local, cuya adecuación costó 150.000 pesetas.

Acto de bendición de la Peña Malaguista.
Su fundación se había producido en noviembre de 1950. "La Peña -con más de 200 socios- se crea como centro de reunión, de tertulia, de hogar para los que gustan de hablar de fútbol sin interrupciones ni desvíos", según recogía la prensa del día. El objetivo de la entidad era el de seguir al C. D. Málaga en sus desplazamientos.

Las excursiones futbolísticas dieron paso a otras actividades y la peña se fue consolidando como una entidad con gran peso en la ciudad. Sus dirigentes quisieron recuperar el nombre 'Liceo de Málaga' y el 30 de mayo de 1975 lo incorporaron y lo antepusieron al de Peña Malaguista.

Los dos nombres convivieron hasta que en una asamblea de socios celebrada el 26 de febrero de 2003, coincidiendo con la reorganización y la nueva etapa, se decidió que la entidad se denominara Liceo de Málaga a secas.

La sede ha tenido distintas ubicaciones. La primera en la ya citada calle Salinas, al abrigo del Círculo Mercantil. Cuando se independizó pasó a la plaza de la Marina, ocupando toda una planta del edificio donde estaba la antigua cafetería Puerto Rico -hoy Mc'Donalds-.

 La Peña Malaguista tenía aquí cerca de los mil socios, lo que le obligó a buscar un sitio más amplio y se trasladó a la plaza del Carbón, en un edificio de casi mil metros cuadrados construidos. Hoy sólo tiene un tercio de esa superficie.

Fue el foco cultural de la Málaga de los años sesenta y setenta. Por sus dependencias han pasado príncipes, presidentes de gobierno, mandatarios de la Junta de Andalucía, autoridades nacionales y provinciales, afamados artistas, futbolistas, toreros, pintores, escritores y poetas.

Acaudalados empresarios malagueños se jugaron en las mesas del Liceo de Málaga grandes fortunas en los tiempos en los que el juego estaba prohibido en España, ya que  aquí se permitía jugar al bacarrá y al black jack, entre otros, en los que se hacían grandes apuestas.

A diario había un fuerte movimiento económico ante los ojos de las autoridades, que no solo lo permitían, sino que lo autorizaban. Eso generaba grandes propinas a los casi veinte empleados que había entonces en la entidad.

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