El 16 de octubre de 1943, en el transcurso de un acto
solemne, el obispo Santos Olivera
inaugura el nuevo centro escolar construido por las religiosas de la Asunción.
Málaga es la
primera ciudad en que esta congregación estableció un centro docente. Cinco
años más tarde, sobre planos de Casto
Fernández Shaw, el Colegio de la
Asunción de la calle Amador de los Ríos,
en el barrio de Pedregalejo,
levantará su blanca fachada de estilo neogótico.
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Obras de construcción del centro educativo. |
Esta zona, donde también se ubica el Colegio de la Presentación, construido a partir de la vistosa
residencia modernista de Julio O'Brien,
arquitecto del Palacio de la Tinta,
va a convertirse así en área educativa femenina.
Las primeras cuatro integrantes de la congregación el 6 de
febrero de 1865 llegan a Málaga. “El
sr. Heredia y su familia y amigos
nos han recibido mil veces mejor de lo que hubiéramos podido esperar” dicen en
sus cartas.
Se instalan momentáneamente en el Asilo de San Manuel, dirigido por las Hermanas de la Caridad hasta su traslado a un piso de alquiler en la
calle Nosquera, donde las primeras
religiosas abren sus puertas a las 14 primeras alumnas, unas internas, otras
mediopensionistas. Es el primer convento de una larga serie “peregrinaciones”
por distintos barrios de Málaga.
Desde la ubicación en la Plaza del
General, hoy plaza de San Ignacio,
calle de la Victoria hasta la que parecía
sería su ubicación definitiva en Barcenillas
en el Camino Nuevo.
No fue así. La quema de conventos e iglesias, en la trágica
noche del 12 de mayo de 1931 acabó con el convento-colegio, con su gran parque
y su capilla. Después ya nada se pudo reconstruir. Las religiosas huyeron,
algunas a Gibraltar y otras se
alojaron en casas particulares.
Una carta a la superiora general, avalada por 34 páginas de
firmas, pide la vuelta de las religiosas.
Y vuelven en 1933 para instalarse ahora en un pequeño chalé del paseo de
Sancha, Villa Cele-María. En estos momentos la ayuda eficaz y desinteresada
de las antiguas alumnas logró mantener el colegio abierto hasta final de curso.
Tras el estallido de la guerra civil, las religiosas
tuvieron que dispersarse de nuevo hasta que en 1937 abrieron de nuevo el colegio
en Villa Clara, en la Caleta. El edificio pronto se queda
pequeño y hay que ir pensando en un edificio más grande, que sea definitivo.
Los altos de Pedregalejo ofrecen el lugar idóneo.
Tras un breve paso por Villa Driades,
hoy sede del vecino colegio de la Presentación, el 30 de abril de 1939 se
coloca la primera piedra. El curso 1943-44 abre sus puertas a las alumnas.
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