Mastodon Málaga y sus historias: guerra civil
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lunes, 12 de mayo de 2025

La pasionaria malagueña

 

Pasionaria León Díaz fue una destacada superviviente de "La Desbandá", el trágico éxodo civil ocurrido en febrero de 1937 durante la Guerra Civil Española. Nacida en Jimena de la Frontera (Cádiz), hija del dirigente de la CNT local durante la II República, Sebastián León Rubiales y de Milagros Díaz Sánchez, mujer librepensadora que el amor a su pareja le costó romper lazos familiares por su condición de pertenecer a una clase media alta, a los ocho años emprendió junto a su madre embarazada y su hermano una huida desde La Línea de la Concepción por la carretera N-340, en dirección a Málaga, mientras eran perseguidos y bombardeados por las fuerzas franquistas. Esta experiencia marcó profundamente su vida y se convirtió en un símbolo de la memoria histórica andaluza.​


Pasionaria León junto al escritor Ignacio Trillo.


A pesar de que durante el franquismo fue obligada a cambiar su nombre a "Isabel", ella siempre insistió en firmar como "Pasionaria", en honor a su identidad y a su compromiso con la memoria de lo vivido. Tras su retorno a Jimena, sufrió la imposición de nombres cristianos tanto para ella como para sus hermanos, como parte de la represión cultural de la época.​

En su vida adulta, Pasionaria se trasladó a Canarias, donde desarrolló una exitosa carrera como empresaria, fundando galerías comerciales y talleres de confección. En 1986 se estableció en San Pedro Alcántara (Marbella), donde residió durante casi 40 años.

​La vida de Pasionaria León Díaz ha sido objeto de multitud de reportajes periodísticos, uno de los últimos en el espacio “Acontece que no es poco”, de Nieves Concostrina en la Cadena SER, y sus vivencias han sido recogidas también por el escritor Ignacio Trillo. A lo largo de su vida, compartió su testimonio en diversos medios, incluyendo entrevistas en programas de radio como "La Ventana" también de la Cadena SER, y fue protagonista de documentales y libros que recogen su historia y la de otras mujeres que vivieron la represión franquista. Su relato ha sido fundamental para preservar la memoria de las víctimas civiles de la Guerra Civil y la dictadura.​

En reconocimiento a su legado, el grupo municipal socialista de Marbella propuso dedicarle un espacio público en memoria de "La Desbandá". Sin embargo, esta iniciativa fue rechazada por los votos del PP y Vox, lo que generó controversia y debate sobre la importancia de la memoria histórica.​

Pasionaria León Díaz falleció en San Pedro Alcántara en abril de 2025, recién cumplidos los 96 años de edad, dejando un legado de resistencia, memoria y lucha por la justicia histórica.


jueves, 1 de mayo de 2025

Teresa Espinosa, la voz de las obreras

 

Teresa Espinosa Moreno fue una de las principales activistas por la lucha obrera y la de las mujeres en la II República. Presidió la Sociedad Obrera Femenina Transformación en Antequera, una organización que se constituyó con más de un centenar de mujeres y que tuvo como objetivo la liberación de la mujer tanto en el ámbito social como laboral.


Portada del libro de José Bernal.


De profesión sirvienta, fue miembro de la UGT y afiliada a la Agrupación Socialista de Antequera. Conocida con el apodo de "Morea", finalizada la guerra civil fue detenida, cuando tenía 40 años, siendo condenada a 30 años de reclusión en Consejo de Guerra celebrado en Antequera el 2 de septiembre de 1939. Cumplió la pena en las prisiones de Antequera (28 junio a 3 noviembre 1939), Málaga (3 noviembre 1939 a junio 1940) y Pamplona (Navarra) desde el 26 de junio de 1940 hasta el 9 de enero de 1942 que salió en libertad condicional, tras cumplir casi un total de tres años de reclusión, sufriendo el destierro tras su libertad condicional.

Teresa dejó parte de su planteamiento ideológico en sus escritos e intervenciones públicas, fundamentado en el socialismo y el feminismo. Destacó su capacidad de liderazgo que, desde la sociedad femenina primero y desde la agrupación socialista después, permitió determinadas conquistas para la mejora de la vida de los obreros y las mujeres.

El compromiso con la democracia y la libertad de Teresa hizo que sufriera la represión tras la toma de Antequera por las tropas franquistas. En un primer momento formando parte de La Desbandá y siendo refugiada en el Levante. Después, siendo torturada, sufriendo un juicio sumarísimo.

La vida y obra de Teresa Espinosa sale a la luz gracias al libro que acaba de publicar el historiador y dirigente socialista José Bernal con el título La voz de las obreras antequeranas en la II República.

lunes, 28 de abril de 2025

El hundimiento de ‘El Delfín’

 

En ‘Calaceite’, Torrox, a poca profundidad, reposan los restos de ‘El Delfín’, un barco de vapor de larga historia marítima que fue hundido por los fascistas durante la Guerra Civil una semana antes de que tuviera lugar uno de los sucesos más trágicos de la misma, ‘La Desbandá’.


El Delfin.


El Delfín’ tuvo diversos usos. En los primeros meses de la guerra fue utilizado como barco prisión para después convertirse en uno de transporte y de avituallamiento. Conocido popularmente como ‘El barco del arroz’, transportaba víveres de toda índole ya que transportaba arroz, harina, bacalao en sus viajes hacia la Málaga asediada hasta que fue atacado y hundido en los días previos a masacre de civiles que huían de las tropas fascistas en la carretera Málaga-Almería.

El 18 de julio de 1936 sorprendió al Delfín en el puerto de Málaga junto a su compañero de flota J. J. Síster, quedando ambos como buques-prisión. En esta situación permaneció el Delfín en Málaga hasta el 31 de julio, en que desalojado de presos, se hizo a la mar para cubrir una línea regular que, partiendo de Málaga hacía escala en los puertos de Almería, Cartagena y Alicante y regresaba a Málaga haciendo el mismo itinerario en sentido inverso.

Al amanecer del día 30 de enero de 1937, cuando navegaba de Almería a Málaga, próximo a tierra, fue descubierto por un Heinkel He-59 de reconocimiento, perteneciente a la AS-88 de la base Atalayón (Melilla), que informó del avistamiento. De la base despegaron un He-59, al mando del teniente Kumpler, y dos He-60 de escolta.

Con una visibilidad espléndida localizaron al Delfín, al que intentaron atacar lanzándole un torpedo. El intento fue fallido al no salir el torpedo, y en un segundo intento el torpedo cayó al agua y se puso a girar en espiral.

El capitán del buque se percibió del ataque y puso proa a tierra para embarrancar el vapor. La tripulación ganó la costa en los botes salvavidas. Tras el fracaso del lanzamiento, los aviones regresaron a la base de Melilla.

Al alejarse los hidroaviones la tripulación regresó al Delfín para intentar reflotarlo con sus propios medios. A las 16.30 horas, con el buque todavía varado, aparecieron de nuevo los hidroaviones que dejaron caer algunas bombas que no lo alcanzaron, pero tras este segundo ataque la tripulación abandonó de nuevo el barco y una vez en tierra se negaron a regresar a bordo.

Mientras tanto en Málaga se realizaban gestiones ante los responsables del Sindicato de Transportes Marítimos, el capitán del dique flotante y la delegación de Trasmediterránea, para recabar auxilio del guardacostas Xauen destacado en Málaga, y de un pesquero con potencia para que hicieran las veces de remolcador y sacar de varada al Delfín. Las gestiones no tuvieron éxito, debido a que las averías que sufría el Xauen, causadas por un ataque aéreo reciente, lo tenían inmovilizado en el puerto.

Durante la noche del 31 de enero un submarino lanzó dos torpedos contra el Delfín, varado y sin dotación. El autor del torpedeamiento era el submarino italiano Ciro Menotti, al mando del capitán de corbeta Vittorio Moccagatta.

Este submarino había salido de la base de Cagliari (Cerdeña) el 23 de enero. Se dirigió a la costa sur de la Península Ibérica sin avistar ningún buque durante los primeros días de acecho. A primeras horas del día 31 de enero según fuentes del submarino atacante, "avistó sobre la costa un buque navegando, con las luces apagadas, a la altura del faro de Torrox. Alistó los tubos y lanzó dos torpedos.

Uno de ellos hizo blanco hundiendo al buque, que al apoyarse en el fondo, dejó las superestructuras fuera del agua". Lo cierto es que el Ciro Menotti había torpedeado de noche a un buque que llevaba veinticuatro horas embarrancado.

El 2 de febrero, la escuadrilla de hidros de la AS-88 de Melilla realizó un último ataque al Delfín; desde 1.000 metros de altura el avión del teniente Klumper lanzó dos bombas de 250 kilos, con espoleta retardada, una de las cuales alcanzó al vapor en el centro.

El hundimiento causó un abundante vertido de aceite que dio a la playa el nombre que todavía conserva, Calaceite, y el buque quedó reposando sobre un costado en el fondo arenoso, donde su pecio hace ahora las delicias de submarinistas al estar muy asequible y a poca profundidad.


martes, 22 de abril de 2025

Las peripecias de Arthur Koestler

 

Arthur Koestler era un periodista húngaro que se hizo pasar por simpatizante de los sublevados en la Guerra Civil para entrevistar a Queipo de Llano, y su testimonio fue uno de los más relevantes entre los de los extranjeros que presenciaron la masacre en la carretera Málaga-Almería durante la contienda.


Arthur Koestler.


El expediente procesal de Koestler cuando fue detenido, primero en la cárcel de Málaga y después en la de Sevilla y condenado a muerte, es uno de los documentos originales que se encuentra en el Archivo Histórico Provincial de la capital malagueña.

Koestler, militante del Partido Comunista y antifascista, se valió del capitán sublevado Luis Bolín para llegar hasta Queipo y entrevistarle, pero al ser descubierta su verdadera ideología huyó y publicó en Europa lo que todos negaban, que Alemania e Italia estaban ayudando a los nacionales pese al pacto de no intervención. Eso desató la ira de Bolín, quien se sintió traicionado y juró públicamente que, si cogía a Kostler, lo mataría "como a un perro rabioso".

Koestler fue acogido en su casa de Málaga por Peter Chalmers-Mitchell, un británico que disfrutaba de su jubilación después de haber sido un eminente zoólogo, y ambos contemplaron desde allí el drama de la carretera. En casa del británico encontró Bolín a Koestler, que fue inmediatamente capturado y conducido a la prisión de Málaga, donde estuvo del 9 al 13 de febrero, día en que fue trasladado a la de Sevilla, donde permaneció hasta el 26 de mayo, condenado a muerte.

Finalmente, gracias a la presión internacional y las negociaciones de las autoridades nacionales, el gobierno británico y la Cruz Roja, Koestler fue canjeado por otros prisioneros detenidos por los republicanos en Valencia, entre ellos la mujer del aviador sublevado Carlos de Haya. El expediente procesal de Koestler es uno de los casi 65.000 que se conservan en el Archivo Histórico de Málaga.


Fuente documental: Koestler, el periodista que engañó a los sublevados para entrevistar a Queipo. José Luis Picón. Diario La Vanguardia, 6 de febrero de 2017

lunes, 17 de febrero de 2025

El refugio antiaéreo

 

El refugio antiaéreo de Málaga se encuentra enclavado detrás del Banco de España, cerca del Ayuntamiento de la capital y próximo a la entrada del ascensor que conduce a La Alcazaba. Son unos 50 metros de un túnel excavado bajo La Alcazaba que se construyó el año 1936 para refugio de los cargos municipales, teniendo en cuenta que la aviación de los sublevados tenía como principal objetivo el edificio del Banco de España, Al parecer, existia la intención de darle una salida por el otro lado del monte.


Refugio antiaéreo.


El suelo está relleno de tierra, aunque es posible que en un principio tuviera losas, una suave rampa conduce a la única intersección del refugio. El camino de la derecha es un pequeño hueco que no va a ninguna parte, por lo que se piensa que quizás se tratara de una ampliación del refugio antiaéreo, interrumpida por la caída de la Málaga republicana en febrero del 37.

El pasillo más amplio, el proyectado como refugio contra los bombardeos, es el de la izquierda, con 50 metros que siguen la muralla de Guillén Sotelo, en el que todavía cuelgan de la pared derecha algunos tramos del tendido eléctrico de los años 30 mientras que también se ven cables por el suelo.

En mitad del camino aparece una bovedilla de ladrillo y trazada en cemento una inscripción que reza ‘Junio 1939’. El refugio sólo se utilizó durante el periodo republicano, pues a partir de febrero del 37, con la ciudad tomada por las tropas de franquistas no hubo ningún bombardeo sobre Málaga. Este lugar es un testimonio de la historia de la ciudad durante uno de los periodos más difíciles de España.


Fuente documental: El refugio antiaéreo más desconocido. Alfonso Vázquez. La Opinión de Málaga, 7 de junio de 2021

lunes, 6 de mayo de 2024

De Mijas a Mauthausen

 

La historia rocambolesca del malagueño Juan Lavado es digna de figurar en la lista de víctimas de la Guerra Civil , ya que por los avatares de la vida tras la finalización de la guerra, terminó en el campo de concentración nazi de Mauthausen de donde fue liberado en 1945, fecha en la que se pierde su pista.


Imágen de la guerra civil en Málaga.


Juan Lavado González, nacido en Mijas el día 4 de enero de 1914, fue chófer de profesión. En 1934 marchó voluntario al Ejército, siendo destinado al Parque Móvil del Protectorado Español en Marruecos; volvería a Mijas a principio del año 1936.

El 13 de febrero de 1937, días después de la ocupación de Málaga por las fuerzas rebeldes, es detenido por una unidad falangista. Se le instruye un procedimiento sumarísimo de urgencia por en el que es acusado de rebelión militar por hechos como que durante «la época roja» estuvo prestando servicios de chófer para el Comité Local de las Juventudes Socialistas Unificadas.

En su declaración, Juan afirmó que durante los hechos ocurridos el 18 de julio de 1936, él estuvo en Mijas, a donde había regresado al terminar el servicio militar, no participando en ningún acto político/sindical, permaneciendo allí hasta agosto de 1937; que al tener conocimiento de una oferta de trabajo como chófer en el Parque Móvil de Málaga, solicitó una plaza, siendo seleccionado para ello, pero para evitar que lo enviasen al frente de guerra, habló con un conocido, que lo recomendó para que fuera asignado como chófer del Comité Local de las Juventudes Socialistas de Málaga.

Poco antes de ser ocupada Málaga por los sublevados, volvió Juan Lavado González a Mijas, donde permaneció hasta el día 10 de febrero. Tomó la decisión de presentarse a las autoridades militares golpistas que lo asignaron al Parque Móvil para transportar harina a la localidad de Vélez-Málaga; en el mismo Parque Móvil sería detenido por una unidad de FET- JONS e ingresado en el buque-prisión Marqués de Chávarri.

En los informes que el juez militar solicita a la Guardia Civil de Mijas, se indica que no hay constancia de su afiliación política-sindical, ni de que cometiese ningún tipo de acto contra las «personas de orden». Solo existe contra él, el haber trabajado como chófer del Comité Local de las Juventudes Socialistas. El 24 de agosto de 1937, se celebra el Consejo de Guerra en el que Juan Lavado González es juzgado junto a otras 19 personas. El Consejo de Guerra absuelve a Juan Lavado y ordena su puesta en libertad. Pero esa puesta en libertad no se produce, ya que continúa a disposición de los militares, detenido en la Prisión Provincial de Málaga. El 1 de octubre, es incorporado en calidad de detenido a un batallón de trabajadores el frente de Motril, Vélez de Benaudalla, en el que realiza labores de fortificación.

Estando en la estación de Rules (Granada), aprovecha un descuido de sus guardianes y se evade el 15 de octubre de 1937, a las 16,00 horas. Dos horas más tarde llega a la zona controlada por el Ejército Republicano en la zona de los Llanos de los Pozos de la Sierra de Lújar.

Realizados los correspondientes informes por parte de los Sección de Información del Estado Mayor, Juan Lavado González relata los hechos ocurridos desde su detención en Málaga y manifiesta su adscripción desde hace años al Partido Comunista de España.

Juan Lavado llegaría a Francia y acabaría en el campo de Concentración de Mauthausen, pero hasta el día de hoy no se ha encontrado información sobre su periplo. Se sabe que fue deportado el 24 de abril de 1941 desde el campo de prisioneros Stalag XI-A, en la localidad de Altengrabow (Alta Sajonia) al Campo de Concentración de Mauthausen, donde llegaría el día 26.

En Mauthausen realiza trabajo esclavo de cantero y otros. Permanece en el campo de concentración hasta el 29 de septiembre de 1942 cuando es trasladado al Campo de Concentración de Gusen, dependiente de Mauthausen. En Gusen es destinado a realizar trabajo esclavo en el denominado «destacamento Georgenmüchen» en las instalaciones de «Steyr-Daimler-Puch AG», dedicada a la fabricación de motores y armamento. El día 5 de mayo de 1945, es liberado del campo de concentración de Mauthausen. Es en este momento cuando se le pierde de nuevo la pista.

Juan era hermano de Rafael Lavado González, cuya suerte no corrió pareja, ya que Rafael fue detenido en Valencia en abril de 1939, al finalizar la guerra; trasladado a Málaga, fue fusilado en las tapias del cementerio de San Rafael.


Fuente documental: Juan Lavado González, de Mijas a Mauthausen, luchando por la libertad. Manuel Lloret Corpas, Mallco. Web: todoslosnombres.org

jueves, 25 de abril de 2024

Cementerio de San Rafael

 

El Cementerio de San Rafael fue un antiguo cementerio de Málaga, situado en el distrito Cruz de Humilladero, clausurado en 1987, cuyos terrenos actualmente son un lugar de Memoria histórica, ya que allí se ubicaba la mayor fosa común encontrada en Europa occidental. En el parque se alza una pirámide y bajo sus pies descansan 2.840 personas; en sus laterales se pueden leer los nombres de las 4.400 personas encontradas en las diferentes fosas malagueñas.


Cementerio de San Rafael.


Previamente a la construcción del cementerio, aquí se hallaba un campo agrícola conocido como Haza del Garabato o Corral de Vacas. El proyecto se encargó al arquitecto Cirilo Salinas en 1864 y los terrenos fueron adquiridos por el Ayuntamiento el 24 de diciembre de 1866. Conocido popularmente como El Batatal por la plantación de batatas, aquí recibían sepultura los malagueños que no tenían una posición económica tan elevada como los que acababan en el Cementerio de San Miguel, aunque inicialmente se construyó por la falta de espacio de este.

El cementerio se construyó durante los años 1866 y 1867, abriendo definitivamente el 1 de octubre de 1867. Se construyó en 1868 el denominado Camino de San Rafael para facilitar el acceso al cementerio a familias y trabajadores, que pasaba por los prados de doña Justa.

Tras el inicio de la Guerra Civil Málaga quedó bajo el control de la República. Víctimas de venganzas personales, religiosos, católicos practicantes o partidarios del bando sublevado fueron asesinados tanto en cementerio de San Rafael, como en la calles Camino Nuevo, el callejón de la Pellejera (calle Arango) o el Camino de Suárez.

Tras la victoria del bando sublevado en la batalla de Málaga (1937), cerca de cuatro mil víctimas de la represión franquista fueron fusiladas ante la tapia del cementerio, y posteriormente enterradas en fosas comunes. Entre 2006 y 2009 se recuperaron allí los cuerpos de 2840 individuos, en su mayoría varones.

jueves, 18 de abril de 2024

El exilio malagueño

 

Podría decirse que la Desbandá de Málaga no acabaría en Almería, sino en Francia, ya que esa gente fue desplazándose posteriormente hacia Alicante, Valencia y finalmente Cataluña. De hecho, hoy se sabe que el principal porcentaje, un 35 por ciento, de andaluces que huyen a Francia en el 39 fue de malagueños.


Exiliados españoles en territorio francés.


Tras la caída de Málaga en manos de las fuerzas sublevadas, tan solo las provincias de Jaén y Almería, el norte de Córdoba y parte de Granada permanecieron leales al Gobierno republicano y desde entonces hasta el final de la guerra persistió la división entre la Andalucía republicana y la autodenominada «nacional».

Los republicanos de estas provincias saldrían al exilio durante el mes de febrero y marzo de 1939 ante el final de la guerra, dirigiéndose especialmente a las colonias francesas del norte de África desde los puertos del levante español. Los datos de los campos de refugiados levantados en Argel permiten señalar que la provincia de Málaga encabezó el número de internados andaluces con cerca del 30 por ciento, seguida de Almería, Cádiz y Granada.

También se sabe que entre los ciudadanos que consiguieron atravesar los Pirineos para llegar a Francia, el mayor porcentaje procedía de la provincia de Málaga (35,2 por ciento), lo que confirma la importancia numérica de la desbandá de febrero de 1937.

Hay que destacar que en muchos casos se trató de una emigración de carácter familiar pues aparecen familias completas, procedentes de la mayoría de las provincias andaluzas. Así, nos encontramos a los Romero Bonilla de Antequera, los Armellones Mesa de Málaga, los Durán Ordóñez y los Barroso Domínguez de Ronda, entre otras muchas. En la mayoría de los casos se trataba de la madre y tres o cuatro hijos e hijas, percibiéndose la ausencia del padre que, o bien había fallecido durante la guerra o estaba entre los milicianos esperando que les dejaran entrar en Francia o ya en los campos de concentración.

Respecto al exilio en México la provincia de Málaga, seguida por Sevilla, Almería, Jaén, Cádiz, Córdoba, Granada y Huelva, es el lugar de procedencia de los exiliados. Lo mismo que en Argentina donde se confirma también la preponderancia de exiliados republicanos procedentes de las provincias de Málaga y Almería.

Por el contrario, no es el caso de los exiliados en Rusia donde Jaén con 20,7 por ciento y Sevilla con 18 por ciento encabezan la lista con el mayor porcentaje de exiliados en la URSS, seguidos de Málaga con el 15, Cádiz con el 12,5, Córdoba con el 10,8 por ciento, Almería con el 9,5, Granada con el 9 y Huelva con el 4,5 por ciento.

A esta triste historia se pueden añadir los nombres de malagueños ilustres que tuvieron que partir hacia el exilio americano, como son los casos del profesor de Lógica Joaquín Álvarez Pastor; el editor, librero e impresor Rafael Giménez Siles; la abogada y política Victoria Kent; el artista Miguel de Molina; el historiador Juan Antonio Ortega Molina; la política y diplomática Isabel Oyarzábal; y la actriz Gloria Rodríguez, entre otros.

viernes, 5 de abril de 2024

La Sauceda

 

La Sauceda es un núcleo de población que pertenece al término municipal de Cortes de la Frontera (Málaga). Se encuentra situado en pleno Parque Natural de los Alcornocales.


Restos de la ermita de La Sauceda.


Durante mucho tiempo, la zona permaneció aislada, hasta que los Reyes Católicos, al conquistar Ronda, le concedieron las tierras de La Sauceda. En época de Felipe II fue una zona que no aceptó las órdenes de la corona, como señaló Miguel de Cervantes en El coloquio de los perros, «Dejólos encerrados, y volvió a coger los trofeos de la batalla, que fueron tres vainas, y luego se las fue a mostrar al asistente, que, si mal no me acuerdo, lo era entonces el licenciado Sarmiento de Valladares, famoso por la destrucción de La Sauceda. Miraban a mi amo por las calles do pasaba, señalándole con el dedo, como si dijeran: Aquél es el valiente que se atrevió a reñir solo con la flor de los bravos de la Andalucía». Consta en escritos de aquella época que existía una ejército de hombre uniformados que vivían al margen de las normas del monarca.

La zona tuvo especial importancia durante la Guerra Civil española. Entonces La Sauceda superaba en población a Cortes de la Frontera. En ella se refugiaron muchas persona provenientes de toda la provincia de Cádiz (especialmente la campiña de Jerez) huyendo de la represión del ejército franquista.

Debido a lo escarpado del terreno supuso un freno al avance de las tropas franquistas desde el Estrecho hacia Sevilla y Madrid. Cuando finalmente estas tropas consiguieron penetrar en la zona de La Sauceda, llevaron a cabo innumerables asesinatos de hombres, mujeres y niños que allí se habían refugiado.

En las cercanías de La Sauceda, en el Cortijo de El Marrufo, se ha hallado una de las fosas comunes más grandes de España, donde pueden estar enterrados cientos de españoles torturados y ejecutados por las tropas franquistas.

Actualmente existe una pequeña población en La Sauceda que vive principalmente de la explotación de los montes y el turismo rural.

martes, 30 de enero de 2024

La hambruna en la Málaga de la posguerra

 

La miseria y la falta de comida se instalaron en muchos hogares de Málaga tras la guerra civil. La mayoría de la población carecía de recursos económicos para pagar los elevados precios de los escasos productos alimenticios que se ponían a la venta en el mercado negro.


Reparto de comica incautada del mercado negro.


Para hacer frente a la situación de extrema necesidad, el régimen del general Franco implantó las cartillas de racionamiento, que tenían como objetivo distribuir alimentos básicos y productos de primera necesidad. Sin embargo, ni siquiera con esa medida se logró garantizar las necesidades de alimentación de los malagueños, lo que condenó a muchos de ellos a la desnutrición, por lo tanto a ser presa fácil de diversas enfermedades y a morir antes de tiempo.

En 1940 la mayoría de la población de Málaga no tenía qué llevarse a la boca, una hambruna que las autoridades no conseguían paliar. En esa fecha, el Gobierno Civil trató de calmar los ánimos con el anuncio de que en breve llegarían a Málaga dos barcos cargados con 3.000 toneladas de trigo y 4.000 de cereal.

También se incrementaron los controles y se impusieron sanciones para intentar frenar la especulación y el estraperlo. Unas actuaciones que no consiguieron hacer desaparecer el mercado negro, que continúo haciendo fortuna con precios que sólo estaban al alcance de unos pocos y que en ocasiones contando con la complicidad de las autoridades.

Ante el alza de los precios se establecieron dos cartillas de racionamiento, una para la carne y otra para el resto de productos alimenticios. La población fue dividida en varios grupos. Por un lado, estaban los hombres adultos y las mujeres adultas (a las féminas se les daba una ración un 20 por ciento inferior a la de los hombre).

Por otro lado, se encontraban los niños y niñas de hasta catorce años (cuya ración era un 40 por ciento inferior a la de un hombre adulto). El tercer grupo lo componían hombres y mujeres de más de sesenta años (también se les daba un 20 por ciento menos de ración que a un varón adulto). Aunque en un principio las cartillas de racionamiento eran familiares, a partir de 1943 fueron individuales.

La consecuencia directa de la mala o nula nutrición fue el incremento de una serie de enfermedades como las hepáticas, la tuberculosis, la gripe, las fiebres tifoideas, el paludismo y la disentería. La mortalidad entre niños y ancianos se disparó.

Como en todo periodo de miseria, hubo gente que ganó mucho dinero a costa de la penuria de los demás. Las autoridades trataron de combatir el estraperlo y persiguieron las ventas abusivas de alimentos y productos de primera necesidad. Para ello, se impusieron multas que oscilaron entre 25 y 6.000 pesetas. Además de las sanciones económicas, hubo penas de cárcel para los especuladores. En el caso de Málaga, en julio de 1940, 24 personas ingresaron en prisión después de haber sido detenidas en la estación intentando introducir pequeñas cantidades de pan blanco, harina, fideos y cebada.


Fuentes documentales: Hambre en la posguerra española. Poder, estrategias de supervivencia y resistencias cotidianas a partir de un enfoque «micro» (Málaga, 1939-1951). Encarnación Barranquero Texeira. Universidad de Málaga. Años cuarenta del siglo XX: el tiempo del hambre en Málaga. Ángel Escalera. Diario Sur, mayo 2019

viernes, 1 de diciembre de 2023

La fotógrafa que retrató la Guerra Civil en Málaga

 

Enid Margaret Hamlyn Fellows, fotógrafa que utilizaba el título de condesa que poseía su marido, incluso después de su divorcio, y que firmaba sus fotos con el seudónimo de Claudek, había nacido en el Reino Unido en 1904, y vivió una historia de película, rodeada de cientos de avatares y aventuras, aunque aquí sólo se abordará su relación con Málaga.


Edificio bombardeado junto al Guadalmedina.


En 1923 se casó con George Harley Hay-Drummond, conde de Kinnoull, del que se divorciaría en 1927, pero sería Robert Ghislain de Moor, nacido en Bruselas el 4 de abril de 1889, un polifacético personaje, ya que fue sacerdote anglicano, scout, misionero, viajero y propagandista anticomunista, con el que la condesa compartiría sus peripecias y financiaría buena parte de ellas.

Desde posiciones claramente católicas y conservadoras Moor y Claude-Marguerite de Kinnoull decidieron visitar España después de julio de 1936, donde pasaron seis meses, siempre en el territorio controlado por las tropas franquistas, tiempo que dedicaron a recoger materiales destinados a su labor de propaganda internacional a favor de la causa del bando de los sublevados.

El resultado fue la publicación de varios reportajes en revistas francesas y de un libro titulado L'horreur rouge en terre d'Espagne (París, 1938), firmados por la condesa bajo el seudónimo de Claudek.

De Málaga se conocen ocho imágenes firmadas por ella, una de la capilla mayor de la parroquia de la Encarnación de Marbella, otra de un edificio destruido junto al río Guadalmedina, otra de las ruinas de un convento de religiosas, otra del altar mayor de la iglesia de los Mártires, y otras cuatro de detalles de villas de La Caleta que habían sido incendiadas al principio de la guerra.

Claude-Marguerite de Kinnoull murió en en 1985, con 80 años de edad, en un convento femenino de los seguidores del obispo ultracatólico Lefebvre en Estados Unidos. Hasta norteamérica había llegado en 1940, escapando de la persecución de la Gestapo.

Fuentes documentales: Claudek, la condesa que fotografió los desastres de la Guerra Civil en Málaga. Víctor Heredia. Diario Sur, agosto de 2021. Claudek: paisajes de devastación. Begoña Etxenagusia Atutxa. Diario Deia, diciembre 2021

lunes, 29 de mayo de 2023

La alemana conocida como doña Lis

 

Elizabeth Giemberhat, conocida como doña Lis, nació en Berlín, de familia judía, su padre fue hijo de un famoso catedrático de Botánica de la Universidad de Turingía (Alemania), y botánico también él. Vivió la persecución de los judíos por Adolf Hitler en su propia carne desde la infancia hasta que tuvieron que huir a Worscester (Inglaterra) para salvar su vida y la de su familia.


Campo de concentración de Argelés-sur-Mer.


Quedó traumatizada por los horrores del Holocausto, y decidió hacerse enfermera para cuidar a los heridos de la II Guerra Mundial, primero en Londres en el Hospital de Saint Thomas y más tarde en el sur de Francia en la ciudad costera de Argelés-sur-Mer. Allí acude voluntaria a un hospital cercano a un Campo de Refugiados que al acabar la guerra en el país galo se convertiría en campo de concentración y exterminio.

Allí conoce a varios refugiados de la Guerra Civil Española, milicianos y afines a la República que habían llegado hasta allí huyendo de las bombas franquistas por el camino que desde Málaga y Almería les llevará primero a Valencia y después a la frontera francesa, hecho conocido como “La Desbandá”.

Entabló primero amistad y luego una especial relación amorosa con uno de ellos, Antonio, antiguo trabajador de la Colonia de El Ángel de Marbella, herido grave en la guerra y enfermo de tuberculosis. Cuando muere Antonio, y doña Lis recibe una herencia, viaja a Marbella para conocer la tierra del que fue su amor y las circunstancias que hicieron perder la guerra a los republicanos.

Allí compra una pequeña casa de campo en el llamado Coto Correa, y se viene a vivir a la Costa del Sol. Enseña gratis idiomas a jóvenes de Marbella y cultiva un huerto, enseñando a las mujeres las ventajas de ser vegetariana. Mientras va estudiando a través de citas clandestinas con amigos de Antonio los detalles de la célebre “Desbandá”.

Escribirá un libro junto a un alemán, periodista e historiador que conoció en Marbella, con el título “La Desbandá. La carretera de la muerte” que se publica en diversos países de Europa, pero estaría prohibido en España durante el régimen del general Franco. Doña Lis murió en Marbella con 82 años.


Fuente documental: Mujeres destacadas de Marbella. Ana María Mata. El Periódico de Marbella, julio 2022.

martes, 2 de mayo de 2023

El malagueño que fotografió la Guerra Civil

 

Existen personajes malagueños que están olvidados aunque dejaron constancia gráfica de acontecimientos sucedidos en la ciudad, especialmente entre los días 11 y 12 de mayo de 1931. Este es el caso de Leovigildo García Gómez fotógrafo aficionado que no lo dudo y se lanzó con su cámara y fotografió todo lo acontecido. Gracias a este hecho existe testimonio de lo sucedido.


Iglesia de San José, ubicada en calle Granada, fotografiada por Leovigildo.


Leovigildo García Gómez nació en Málaga en 1903, su padre había adquirido los famosos Chocolates La Riojana, con fábrica en la calle Mármoles y oficina en la calle Larios, pero Leovigildo eligió como profesión la de visitador médico.

En el año 1939 contrajo matrimonio con María Pepa Molina, con quien tuvo siete hijos. En cuanto a su afición por la fotografía, la disfrutó desde joven gracias a una pequeña cámara Kodak de fuelle. Además de tomar fotos, también las revelaba y encuadernaba, como el histórico álbum que conserva su familia , todo un trabajo digno de un auténtico profesional fotográfico.

Muy buen amigo de otro ilustre personaje de Malaga, Juan Temboury, al que donó algunas fotos de las realizadas por el , pasando a formar parte del archivo "Legado Temboury" aunque la mayoría de ella pertenecen a la familia del fotógrafo. Murió Leovigildo García con tan solo 53 años tras una larga enfermedad.

Más de 120 fotografías se conservan de todos los edificios atacados durante los acontecimientos citados. Una parte, 85 instantáneas, se las entregó el fotógrafo, como ya se ha reseñado, a Temboury. En la actualidad 61 de ellas se encuentran digitalizadas.

lunes, 10 de abril de 2023

La radio durante la Guerra Civil en Málaga

 

Durante la Guerra Civil española, Málaga fue uno de los lugares más afectados por los enfrentamientos entre las fuerzas republicanas y las fuerzas franquistas. La ciudad sufrió un largo asedio que comenzó desde enero hasta agosto de 1937, cuando finalmente cayó en manos golpistas. En cualquier caso, la historia de la radio en Málaga durante la Guerra Civil es un tema poco estudiado hasta el momento.


Receptor de radio.


Durante ese tiempo, la radio jugó un papel importante en la comunicación y la propaganda tanto para las fuerzas republicanas como para las franquistas. En Málaga, la emisora más importante era Radio Málaga EAJ 9, que estuvo en manos de los republicanos durante uns parte del conflicto.

Radio Málaga se convirtió en una herramienta clave para difundir noticias y propaganda a la población malagueña, así como para coordinar las acciones militares y elevar la moral de las tropas republicanas. Además, la emisora también se utilizó para enviar mensajes a otras ciudades y para tratar de obtener ayuda internacional. La dirección de esta emisora se hallaba entregada en cuerpo y alma al Frente Popular. Gran parte del fracaso del alzamiento en esta plaza se debió a la labor realizada desde el primer por esta emisora.

Como nota destacada se pudo comprobar que durante todo el día 17 de julio de 1936, estuvo la emisora funcionando desde las 6 de la mañana, emitiendo discos de gramófono con la finalidad de interceptar Radio Ceuta, para que ésta no pudiese escucharse en la ciudad, cosa que consiguieron.

Al llegar a Málaga los golpistas, Radio Málaga fue incautada por Falange Española, que renovó toda la plantilla, y posteriormente por el ejército a cuyas órdenes estuvo, hasta que más tarde pasé a depender del Servicio Nacional de Propaganda.

Por otra parte, desde la ocupación de Mâlaga, 8 de febrero de 1937, Francisco García Alted, gobernador civil se preocupó por la creación de un equipo portátil de radio para propaganda en los frentes de combate.

En este sentido, se hicieron de estudios detenidos, y se optó por la creación de una emisora de onda corta con el objeto de llevar la voz de España a América. El gobernador optó por el proyecto presentado por el capitán Fernando Díaz Gómez, a quien se encargó la compra de la emisora. Rápidamente se empezó la obra del estudio que fue acondicionado en salones del mismo Gobierno Civil.

Desde ese momento, las fuerzas franquistas también contaron con su propia emisora de radio, llamada Radio Nacional de España. Esta emisora se encargó de difundir propaganda a favor del bando sublevado y trató de desmoralizar a la población republicana.

En resumen, durante la Guerra Civil en Málaga, la radio fue una herramienta clave tanto para la propaganda como para la coordinación militar y la comunicación con otras ciudades y países. Radio Málaga y Radio Nacional de España fueron las principales emisoras de radio utilizadas por los republicanos y los franquistas, respectivamente.

Texto redactado de forma colaborativa con IA

jueves, 9 de marzo de 2023

Gerda Grepp, la periodista testigo de la guerra civil

 

Gerda Grepp fue una periodista y traductora noruega considerada, junto con Lise Lindbæk, como las primeras mujeres noruegas corresponsales de guerra. Realizando su trabajo fue testigo directo del desarrollo de la Guerra Civil en Málaga.


Gerda Greep.


Gerda Johanne Helland Grepp, nacida en Oslo (Noruega) en mayo de 190, fue hija del expresidente del Partido Laborista Noruego Kyrre Grepp y de la periodista Rachel Grepp. Aun siendo muy joven se casó con Mario Pietro Mascarín, con quien al parecer tuvo tres hijos, antes de divorciarse de él y tomar la decisión de viajar a España en 1936, como corresponsal y fotógrafa del periódico del Partido Laborista noruego Arbeiderbladet durante la Guerra Civil Española.

Tras desembarcar Barcelona en octubre de ese año, se trasladó a Madrid donde se integró en el grupo de intelectuales antifascistas participantes en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. En Madrid también coincidió con André Malraux y Ludwig Renn, con el que estuvo en el frente de Toledo. También colaboró con otros corresponsales noruegos en España, como Nordahl Grieg y Nini Gleditsch, para la instalación de proyectos sanitarios como el hospital sueco-noruego de Alcoy (Alicante). Durante su estancia en Madrid mantuvo al parecer una relación sentimental con el periodista Louis Fischer, amigo de Juan Negrín.

Tras el anuncio por el alto mando republicano en Valencia de la ofensiva contra Málaga, Gerda salió para la capital andaluza en enero de 1937 junto con Arthur Koestler, corresponsal del periódico británico News Chronicle. La periodista noruega saldría de Málaga el 6 de febrero, poco antes de que fuera arrasada por las tropas italianas aliadas del ejército sublevado, y de que Koestler fuese arrestado y posteriormente canjeado por la mujer de Carlos Haya.

Gerda Grepp escribió cinco reportajes sobre la guerra en Málaga. El primero de ellos se publicó en el periódico para el que trabajaba, el Arbeiderbladet, el día 5 de febrero. Los cuatro restantes los escribiría en Valencia, pero su publicación fue retrasada por la censura republicana. Según el relato de su biógrafa Elisabeth Vislie, al abandonar Málaga en un coche oficial, el pánico ante la inminente ocupación fascista había inundado la carretera de Almería de personas que huían de la ciudad, la célebre Desbandá. Según Vislie, ‘’en el bolso lleva una nota de papel escrita por Koestler. Allí había apuntado un número de teléfono de Londres. Cuando llegara a Valencia tendría que llamar al redactor de noticias internacionales de su periódico, el News Chronicle, e informar de que Málaga había caído y que Koestler se había quedado’’. Elisabeth Vislie, en su libro Ved Fronten, narra numerosas vicisitudes y anécdotas del paso de Grepp por Málaga.

Ya en mayo de 1937, Grepp se trasladó al frente norte donde pasaría varias semanas visitando las líneas defensivas del Ejército Vasco Republicano y presenciando la batalla de Bilbao. Enferma de tuberculosis, tuvo que abandonar la zona de guerra y regresar a Noruega. Murió a los 33 años de edad, como consecuencia de esa enfermedad, en la Noruega ocupada por los alemanes el 29 de agosto de 1940.

Fuente documental: Gerda Grepp, testigo de los últimos días. Enrique Benítez. La Opinión de Málaga, 6 de febrero de 2017.

viernes, 10 de febrero de 2023

El brigadista Humphrey Slater

 

De entre los escritores extranjeros que recalaron en España durante la Guerra Civil para combatir y escribir, destaca la historia de Humphrey Slater, uno de los más desconocidos y a la vez más singulares de todos ellos. Hombre de acción y de letras, voluntario británico en las Brigadas Internacionales, escribió Los herejes, novela inspirada en su paso por Málaga durante la contienda española y que confirmaría su viraje desde el comunismo militante hasta el antiestalinismo, de forma paralela a la de otros intelectuales como George Orwell y Arthur Koestler, cuyas obras tendrían un papel destacado en la propaganda anticomunista de la Guerra Fría.


Humphrey Slater.


Para Gerald Brenan, Humprey Richard Hugh Slater, “Hugh Slater”, como le gustaba entonces que le llamasen, era un personaje peculiar que surge de la nada en medio de la Málaga republicana del verano de 1936, un mes después del inicio de la Guerra Civil. Si a Brenan le parecía un personaje extraño en ese contexto, no es difícil imaginar qué podrían pensar los milicianos de un inglés bien parecido, alto, rubio y bien vestido, que decía ser periodista y que, encima, era comunista.

Málaga, durante esos días, era una ciudad de asesinatos, incendios y asaltos a industrias y casas señoriales. Protegidos por su nacionalidad, una colonia de extranjeros pequeña, pero con personajes de gran valía intelectual, serían testigos de esos meses de locura y dejarán textos que ayudan a comprender mejor la barbarie de aquellos momentos.

Entre todos ellos aparece Humphrey Slater, en este caso solo de paso, pero que llegará a toparse con Brenan, incluso llegó a dormir en su casa. Se trata de un comunista utópico que pasa de ser un niño bien de Oxford, donde inicia sus estudios, a creer firmemente en la revolución.

Andrés Trapiello, autor del libro, Las armas y las letras, sobre la literatura en la Guerra Civil, lo incluye dentro de los escritores anglosajones estelares, como Hemingway o Dos Passos, aunque desconocido en el caso de Slater, que llegan a España cargados de desconocimiento pero fascinados por el exotismo español. Intelectuales y escritores extranjeros ansiosos por vivir, lo que parecía, la última guerra romántica entre dos concepciones antagónicas del mundo que buscaban el aniquilamiento mutuo.

Nacido en 1906 en Inglaterra, Humphrey Slater tras pasar su infancia en Sudáfrica, de familia acomodada y buena educación, se convierte en pintor vanguardista de éxito, estudiando en una prestigiosa escuela de Londres y llegando a participar en exposiciones con sus obras abstractas. Durante los últimos años veinte toma dos decisiones transcendentales en su vida, se casa con Elizabeth Robertson y se afilia al Partido Comunista.

Ya militando en el Partido Comunista y con relaciones con otros intelectuales, que igual que él estudian en las mejores universidades inglesas, aprende ruso, francés, alemán y viaja a Moscú, París y Berlín expandiendo las ideas comunistas. Sus inquietudes políticas le llevan a pronunciar mítines, a escribir manuales de táctica militar e incluso a destrozar la figura de Hitler en el museo de cera de Madame Tussauds en Londres, por lo que fue condenado el 20 de mayo de 1933.

Sería entonces cuando los servicios de inteligencia británicos comenzaron a seguirle los pasos, a la vez que era abandonado por su mujer, cansada de las aventuras del intrépido comunista que se ve obligado a elegir entre ella y el partido.

Humprey Slater llega a España en 1936, como periodista, para incorporarse poco después al batallón de voluntarios británicos de las Brigadas Internaciones que apoyaban a la República frente a las tropas del general Franco. La documentación del servicio secreto británico, con un dossier de más de 500 páginas, permite reconstruir su paso por España.

En un primer momento colabora con la International Press Correspondance medio impreso editado por la Internacional Comunista, así como con otros medios del mismo sesgo ideológico, como el Rusia today. Según el Servicio Secreto Británico, llega a la península ibérica en septiembre del 36 y pasa por Madrid, Alicante y Valencia, desde donde manda crónicas fechadas el 5 de septiembre. Desde Málaga, el día 19, enviaría su crónica Letters from Spain. El día 24 ya está en Toledo, así que su paso por Málaga y su encuentro con Brenan se produjo sin lugar a dudas en torno a ese 19 de septiembre de 1936.

De forma muy resumida señalar que Slater trasa bandonar España después de participar en las batallas de Brunete, Jarama, Belchite o el Ebro vuelve a Inglaterra donde se encuentra al estallar la II Guerra Mundial. Slater será expulsado del Partido Comunista en enero de 1941, para sumar al antifascismo, un antiestalinismo furibundo, hasta el punto de convertirse en acérrimo enemigo de la ideología que tanto había ayudado a propagar.

En 1946 publicaría su novela El hereje en Málaga, que había escrito durante estos años, y que, con inicio en Málaga, y con la Guerra Civil como escenario, le lleva a dejar para la posteridad de forma novelada ese camino iniciado en la contienda fratricida, de la utopía y la fe ciega en la revolución comunista a la herejía de esta causa.


Fuente documental: Humphrey Slater, brigadista utópico. Cristóbal Villalobos. Revista Andalucía en la Historia. Número 63, 2019.

lunes, 30 de mayo de 2022

Prohibido caminar por la izquierda

 

La consolidación del régimen franquista tras la Guerra Civil, acompañada de la fuerte influencia de la iglesia católica, llevaron a los dirigentes políticos de la época a adoptar medidas, algunas bastantes ridículas, encaminadas, supuestamente, a mantener el orden, la moral y las buenas costumbres en los lugares públicos. Málaga no fue una excepción.


Pedro Luis Alonso, alcalde de Málaga.


El 12 de abril de 1940, el alcalde de Málaga, Pedro Luis Alonso, dicta un bando municipal que impone la obligatoriedad a los peatones de caminar por la derecha de las aceras, bajo multa por incumplimiento de 5 pesetas. Según reflejó la prensa de la época, en tan solo 5 días se impusieron sanciones por importe de casi 3.000 pesetas, a pesar de las protestas ciudadanas.

Meses más tarde, en junio de 1940, el gobernador civil de la provincia, José Luis Arrese, ordenaba a los alcaldes, especialmente de los municipios costeros, que velasen por el cumplimiento de una orden sobre la moral y el decoro que tenían que seguir los bañistas en las playas. Hombres y mujeres debían estar en zonas separadas, al tiempo que se prohibió que las mujeres usaran bañadores masculinos. En el caso de los hombres, no estaba permitido el uso del traje de baño que fuese solo un pantalón.

Además se impedía, bajo multas de entre 10 y 500 pesetas, que los ciudadanos salieran de la zona habilitada para el baño en bañador o en albornoz. Tampoco se autorizaba que para tomar el sol se luciese un traje de baño más pequeño que el empleado para meterse en el mar. Además de tener que pagar la sanción, el nombre de los infractores se publicaba en la prensa para escarnio público.

martes, 5 de abril de 2022

La tortura en tiempos de guerra

 

Cuando Málaga cayó en manos de las tropas golpistas, en febrero de 1937, Juan Muñoz Fernández, un destacado dirigente socialista y alcalde de Almáchar durante la II República cargó las pocas cosas que tenía y, acompañado de su mujer y sus 7 hijos, se unió al éxodo de miles de personas que intentaban escapar por la carretera Málaga-Almería, convertida en un campo de extermino de más de 100 kilómetros. No lo mató una bomba, pero fue detenido, torturado, asesinado y tirado a una zanja del cementerio de su pueblo.


Descubrimiento de los restos de Juan Muñoz.


En el año 2011, a petición de la familia, la fosa fue abierta y localizados unos restos de un cuerpo en un féretro y debajo, restos de una segunda persona, supuestamente Juan Muñoz. En el informe elaborado por el Comisariado de la Memoria Histórica de Andalucía, se incluyó el testimonio de una hermana de Juan Muñoz que aseguró que compró un ataúd para enterrarlo dignamente, pero que tiraron el cadáver del ataúd para poner en él a un cura que había muerto en un cortijo cercano al pueblo.

La historia de Juan Fernández es estremecedora. La resumía en el citado informe su nieto Juan Muñoz a través de los testimonios de sus tías, testigos directos de la masacre en la carretera de Málaga: 'La marcha resultaba muy penosa puesto que sus hijos éramos muy pequeños (...). Consiguió parar una camioneta, cuyos ocupantes se ofrecieron a recogernos. En ese momento, una bomba cayó sobre la misma y mató a todos sus ocupantes. Podemos decir que nos salvamos de milagro. Excepto nuestro padre, quien tomó la decisión de volver sobre sus pasos".

Juan Muñoz con algunos de sus hijos.

Su esposa, María, intentó convencerlo de que no lo hiciera. Y al final, mientras regresaban, Juan Muñoz fue detenido por los falangistas a la altura de Torrox. De ahí pasó a Vélez y luego a Almáchar. “Él sabía lo que le esperaba y cuando fueron a cruzar el río de Vélez que venía crecido, se tiró al agua desde la mula donde lo transportaban amarrado con la sola intención de ahogarse. Lo sacaron del agua y lo llevaron a la prisión municipal”, narró su nieto.

Según el mismo testimonio, “en Almáchar, la tortura fue bestial, los falangistas se turnaban agotados de darle palos. Pidió agua y se la dieron con cal; le estrujaban vinagre en las heridas. Le preguntaban por las personas que habían matado a 2 miembros de una familia de caciques del pueblo. Como él no contestaba, continuaban con la tortura. Al final le pusieron unos grilletes en la cabeza y apretaron hasta que lo mataron”. Los motivos expuestos en el parte de defunción, que no fue firmado por ningún facultativo, son los mismos que se solían usar en las prisiones en circunstancias similares: 'colapso cardíaco'.


Fuente documental: La fosa del alcalde que se quedó sin ataúd por un cura. Olivia Carballar. Diario Público y Ayuntamiento de Almáchar.

lunes, 14 de febrero de 2022

El submarino hundido por los nazis

 

El Submarino C-3 fue un buque de la Clase C de la Armada Española construido en los astilleros de Cartagena (Murcia). Participó en la Guerra Civil en el bando republicano y fue hundido por el submarino alemán U-34 comandado por Harald Grosse, frente a las costas de El Palo.


Submarino C3.


Al comienzo de la Guerra Civil el submarino se encontraba en el puerto de Cartagena, base a la que pertenecía. Su comandante era el capitán de corbeta Salas Pinto. El 18 de julio de 1936, en cumplimiento a la orden recibida del ministro de Marina, salió de Cartagena junto con los submarinos B-6, Isaac Peral, C-4 y C-6 rumbo al Estrecho, al mando del jefe de Flotilla, capitán de fragata Francisco Guimerá Bosch, con la misión de interceptar el paso de las tropas sublevadas desde el norte de África hacia la Península, situándose frente a las costas andaluzas.

El día 20 de julio entró en el puerto de Málaga junto con el resto de la flotilla, donde el capitán de fragata Guimerá, el comandante y segundo comandante del C-3, al igual que el resto de los mandos de la flotilla, a excepción del comandante del C-1, capitán de corbeta Lara, fueron relevados del mando y trasladados al buque prisión Monte Toro por considerarles simpatizantes con los sublevados.

En la mañana del día 21 salió a la mar con la orden de localizar y proteger al petrolero Ophir hasta su llegada a Tánger, misión que efectúa en compañía del submarino B-6. El día 27 todos los destructores y submarinos son destacados a las proximidades de Cádiz para interceptar a un supuesto convoy, hasta que se comprueba que todo se debía a una información falsa. Poco después el C-2, el C-3 y el C-6 reciben la orden de situarse en línea circular frente al puerto de Ceuta para evitar la entrada del crucero Almirante Cervera, que había zarpado de El Ferrol rumbo al Estrecho.

El 1 de agosto, en el puerto de Málaga recibió del C-4 toda la munición antiaérea y torpedos, así como distintos repuestos de giroscópica, antes de que éste saliera rumbo a Cartagena al objeto de realizar pequeñas reparaciones. El día 15 partió hacia el Cantábrico al mando del alférez de navío Arbona, junto con el C-6, regresando a Cartagena por averías. Zarpó de nuevo hacia el Cantábrico el 25 de agosto ya que el gobierno de la República había creído que la presencia allí de la escuadra sería más decisiva. Más tarde se le uniría el C-6. Su misión era intentar localizar y hundir al acorazado España y al crucero Almirante Cervera, que operaban por aquellas aguas. Asimismo y para aprovechar el viaje, se les embarcó abundante armamento portátil y munición con destino a las tropas que operaban en Bilbao.

El 2 de octubre de 1936 regresó el C-3 a la zona del Mediterráneo, entrando en Málaga el día 8. El 12 de diciembre navegaba a las 14,00 horas en superficie a 4 millas al sudeste de La Farola de Málaga. En la torreta se encontraba el comandante Arbona y el capitán de la Marina Mercante Agustín García Viñas, adscrito a la Armada como oficial de derrota del submarino. En la cubierta hacia popa se hallaban los marineros Isidoro de la Orden Ibáñez y Asensio Lidón Jiménez, que vaciaban los restos de la comida diaria.

A unas dos millas del C-3, más próximo a la costa, se encontraba el guardacostas Xauen relevando a la lancha I-4 en sus labores de vigilancia. Aproximadamente a igual distancia, estaban faenando los pesqueros Joven Antonio y Joven Amalia.

A las 14,19 horas el C-3 se inclinó de proa y ligeramente caído a estribor. Una llamarada y una nube de humo blanco habían precedido al hecho. De forma casi instantánea, el submarino se hundió dejando a flote tan sólo al capitán García Viñas y a los marineros De la Orden y Lidón. Tan rápido fue el hundimiento que ningún otro hombre pudo salir y sus 37 tripulantes murieron frente a las costas de El Palo donde sus restos reposan todavía hoy a 70 metros de profundidad.

En 1997, el abogado malagueño Antonio Checa descubrió los restos de un naufragio, del que intuyó pudiera tratarse del C-3. Después de varias inmersiones con un vehículo dirigido en modo remoto y dotado con una cámara de video, se obtuvieron las primeras imágenes. La mala visibilidad de la zona y el estado en que se encontraban los restos impidieron la identificación del buque.

En octubre de 1998, la Armada Española destacó al buque de salvamento Mar Rojo con un equipo de buceadores de la Armada que, por fin, consiguieron identificar los restos como pertenecientes al C-3. La Asociación de Familiares de las Víctimas del C3, con sede en Cartagena, de donde procedía el 90 por ciento de los fallecidos en el ataque del submarino nazi, se creó en el 2002 con la intención de recuperar los cuerpos, darles sepultura y reflotar el pecio, una cuestión que, pese a los reiterados intentos, aún no se ha conseguido.