Mastodon Málaga y sus historias: represión
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lunes, 29 de enero de 2024

La Tangerina, una espía y guerrillera en Málaga

 

Ana Gutiérrez Rodríguez, nacida en Tánger en 1924, cuyos orígenes obreros y duras condiciones de vida le llevan a tener una gran conciencia crítica y compromiso, inicia su militancia en las Juventudes Unificadas Socialistas antes de los 16 años y comienza así la trayectoria de otra de las mujeres relevantes de nuestra historia que han sido silenciadas y olvidadas.


Ana Gutiérrez, la tangerina.


En 1942, cuando Ana tenía 17 años y estudiaba manicura en una peluquería, las tropas franquistas entran en Tánger y es detenida por primera vez para pasar dos años en prisión. De todos los detenidos Ana fue la única trasladada a Ceuta a la cárcel conocida como “el agujero”, uno de los peores centros penitenciarios españoles de la época.

Una vez pasados los dos años de reclusión la liberan, pero no le permiten volver a Tánger, dándole a elegir entre Sevilla y Málaga. Y es en esta última en la que la tangerina recupera su compromiso y comienza a colaborar con el maquis, que operaba en la Sierra de Almijara de Málaga, a pesar de estar bajo una fuerte vigilancia policial.

Sus labores dentro del maquis eran principalmente de información y espionaje, una actividad que se veía favorecida por su belleza y elegancia, además era enlace entre células y también imprimía y repartía propaganda contra la dictadura.

Teniendo unas responsabilidades tan fundamentales, la policía franquista seguía a su caza, llegando a apresar a su madre para forzarla a aparecer. Ana, ajena a la detención de su madre, viendo tan próxima la suya propia se traslada a Sevilla. Es allí donde la apresan junto a otros militantes, delatada por compañeros bajo tortura. Todos los que con ella fueron detenidos sufrieron la pena capital, ella en cambio fue encarcelada y es cuando descubre que su madre llevaba meses en prisión con el fin de que ella se entregara.

Tras la cárcel, vuelve a formar parte de la guerrilla de la Sierra de la Almijara bajo el mando de Roberto, jefe de la famosa Agrupación Roberto, pero en los años 50 el Partido Comunista decide abandonar la estrategia de guerrillas. Es en estos últimos años más duros de la guerrilla cuando Ana comienza a acompañar a Roberto en misiones de aprovisionamiento y contactos haciéndose pasar por un matrimonio.

En el año 1951 acompaña en su última misión a Roberto a Madrid a negociar con el PCE, clandestino en esos momentos, una forma de evacuación de todo el maquis de la sierra de Málaga. Es en esta acción cuando acaban siendo delatados y apresados. Pero la policía franquista no los traslada a la cárcel, sino que los retienen durante meses de casa en casa, con torturas e interrogatorios con el fin de recabar toda la información para acabar con la guerrilla.

Durante estas torturas Ana, que estaba embarazada, perdió el bebé y también a su pareja, Roberto, que fue finalmente asesinado, mientras ella fue condenada de nuevo a dos años de cárcel, mientras toda la guerrilla caía en manos de la dictadura.

Esta última misión fue la que finalmente acabó con la militancia de Ana. Después de tanto sufrimiento, de las pérdidas sufridas a manos de la policía franquista y las torturas recibidas, al ser puesta en libertad decidió trasladarse a Suiza, donde consiguió el estatus de refugiada, y rehacer su vida lejos de la política.

No fue hasta 1988 cuando decide regresar a Málaga, donde residió hasta su fallecimiento en Nerja en 2018, tras la cual sus hijos descubren guardada una autobiografía y documentos que narraban su historia.


martes, 5 de abril de 2022

La tortura en tiempos de guerra

 

Cuando Málaga cayó en manos de las tropas golpistas, en febrero de 1937, Juan Muñoz Fernández, un destacado dirigente socialista y alcalde de Almáchar durante la II República cargó las pocas cosas que tenía y, acompañado de su mujer y sus 7 hijos, se unió al éxodo de miles de personas que intentaban escapar por la carretera Málaga-Almería, convertida en un campo de extermino de más de 100 kilómetros. No lo mató una bomba, pero fue detenido, torturado, asesinado y tirado a una zanja del cementerio de su pueblo.


Descubrimiento de los restos de Juan Muñoz.


En el año 2011, a petición de la familia, la fosa fue abierta y localizados unos restos de un cuerpo en un féretro y debajo, restos de una segunda persona, supuestamente Juan Muñoz. En el informe elaborado por el Comisariado de la Memoria Histórica de Andalucía, se incluyó el testimonio de una hermana de Juan Muñoz que aseguró que compró un ataúd para enterrarlo dignamente, pero que tiraron el cadáver del ataúd para poner en él a un cura que había muerto en un cortijo cercano al pueblo.

La historia de Juan Fernández es estremecedora. La resumía en el citado informe su nieto Juan Muñoz a través de los testimonios de sus tías, testigos directos de la masacre en la carretera de Málaga: 'La marcha resultaba muy penosa puesto que sus hijos éramos muy pequeños (...). Consiguió parar una camioneta, cuyos ocupantes se ofrecieron a recogernos. En ese momento, una bomba cayó sobre la misma y mató a todos sus ocupantes. Podemos decir que nos salvamos de milagro. Excepto nuestro padre, quien tomó la decisión de volver sobre sus pasos".

Juan Muñoz con algunos de sus hijos.

Su esposa, María, intentó convencerlo de que no lo hiciera. Y al final, mientras regresaban, Juan Muñoz fue detenido por los falangistas a la altura de Torrox. De ahí pasó a Vélez y luego a Almáchar. “Él sabía lo que le esperaba y cuando fueron a cruzar el río de Vélez que venía crecido, se tiró al agua desde la mula donde lo transportaban amarrado con la sola intención de ahogarse. Lo sacaron del agua y lo llevaron a la prisión municipal”, narró su nieto.

Según el mismo testimonio, “en Almáchar, la tortura fue bestial, los falangistas se turnaban agotados de darle palos. Pidió agua y se la dieron con cal; le estrujaban vinagre en las heridas. Le preguntaban por las personas que habían matado a 2 miembros de una familia de caciques del pueblo. Como él no contestaba, continuaban con la tortura. Al final le pusieron unos grilletes en la cabeza y apretaron hasta que lo mataron”. Los motivos expuestos en el parte de defunción, que no fue firmado por ningún facultativo, son los mismos que se solían usar en las prisiones en circunstancias similares: 'colapso cardíaco'.


Fuente documental: La fosa del alcalde que se quedó sin ataúd por un cura. Olivia Carballar. Diario Público y Ayuntamiento de Almáchar.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Campo de concentración de mendigos

 

El alcalde de Málaga Enrique Gómez Rodríguez inaugura un campo de concentración de mendigos el día 6 de julio de 1938. Con este motivo se cursó orden a los agentes de la Guardia Municipal para que procedieran a la recogida de cuantos pedigüeños fuesen encontrados en las calles de la ciudad practicando la mendicidad.


Campo de concentración de La Aurora.


Asimismo se publica un recordatorio de la prohibición de dar limosna, apelando a la ciudadanía para que denuncie ante la Guardia Municipal la presencia de todo pedigüeño que se dirija a los transeúntes con peticiones de esa índole.


Los mendigos se unen así a los miles de prisioneros hacinados en condiciones infrahumanas en los campos de concentración de La Aurora, Plaza de Toros, Fábrica de Tabacos, Alhaurín el Grande o Torremolinos, donde duermen en el suelo al raso y apenas reciben alimentación.


La medida de perseguir la mendicidad se enmarca en la política de represión puesta en marcha tras la toma de Málaga por las tropas del general Franco, en febrero de 1937, contra la población que no era afín al Movimiento Nacional.


La presencia de pedigüeños por la vía pública era consecuencia del hambre, la penuria y la miseria que fueron la tónica dominante para las clases más desfavorecidas de la ciudad durante el periodo del conflicto bélico y de la posguerra. La falta de comida y de trabajo convirtió a muchas personas en mendigos forzosos, al no quedarles otra salida para poder sobrevivir.


Los bombardeos que había sufrido Málaga derribaron numerosos edificios y dejaron sin casa a ciudadanos que se vieron abocados a resguardarse allí donde podían y les dejaban. Hay numerosos trabajos de investigación que documentan esta forma de represión del franquismo.


viernes, 23 de octubre de 2020

Una prisión con electricidad y agua corriente

 

El subsecretario del Ministerio de Justicia, Ricardo López Barroso, y el director general de Prisiones, Hipólito Jiménez y Jiménez Colorado, inauguran la nueva Prisión Provincial de Málaga el día 2 de febrero de 1934.


Antigua cárcel de Málaga.


El edificio, proyectado por el arquitecto de la dirección general de Prisiones, Vicente Agustí Elguero, es todo lo acogedor que puede resultar una cárcel. Según resaltaba la prensa de la época, "las celdas reciben luz y aire por una ventana abierta a gran altura. A la izquierda, adosada a la pared, una cama de hierro con somier, que puede plegarse durante el día. A la derecha, lavabo con agua corriente y los servicios de necesidad". El traslado de los reclusos, 291 hombres y 4 mujeres, se hace la madrugada del día siguiente.


La prisión que ocupó una superficie de 14 000 m² con una superficie total construida de 9 985 m², sirvió como lugar de encarcelamiento durante siete décadas. Se caracterizó por la dura represión que dio a los presos republicanos tras la Batalla de Málaga (1937) y por albergar una de las mayores concentraciones de represaliados tras la guerra civil, que representaban la resistencia de la ciudad. Entre sus reos se encontraba el novelista Arthur Koelster, que fue encarcelado en Málaga antes de su traslado a Sevilla.


La prisión de Málaga fue conocida también por el importante foco de resistencia gestado en su interior. Muchos militantes de partidos tenían la capacidad de sacar propaganda a través de sus familiares. También eran capaces de introducir claves en la prensa oficial para comunicar ciertas consignas y códigos a las organizaciones clandestinas del exterior.


Los dobles fondos de los recipientes de comida sirvieron para mantener el contacto con el exterior, en algunos casos para alertar acerca de declaraciones de presos que mediante torturas habían podido delatar a personas sospechosas.


Tal fue el grado de organización de estas redes de presos que el 1 de mayo de 1946 se gestó la huida de 25 presos, liderados por el maqui Ramón Vías. Aquella heroica escapada le costó a este su muerte, días más tarde.


Entre los sucesos importantes destaca en 1985 un motín que acabó con la muerte de un policía, mientras que el 15 de febrero de 1991 se produjo la explosión de un coche-bomba a las seis de la mañana de la organización terrorista ETA que hirió a siete personas, originando importantes daños tanto al edificio de la prisión como a las viviendas, comercios colindantes y un centro escolar cercano.


Tras la inauguración de la nueva Prisión Provincial de Málaga en Alhaurín de la Torre el 2 de diciembre de 1991se convirtió en un centro de internamiento de tercer grado, siendo clausurada definitivamente el 17 de agosto de 2009.

lunes, 20 de enero de 2020

El franquismo contra CCOO

El 29 de abril de 1968 se confirma la detención de veinticuatro activistas de CCOO tras una operación de la Guardia Civil y la Policía Armada después de que el día 26 apareciesen octavillas en la ciudad y otros municipios invitando a obreros y a campesinos a manifestarse el Primero de Mayo.

Antiguo edificio de sindicatos en Málaga.
Se les incauta máquina multicopista y propaganda. Este sindicato había sido ilegalizado un año antes por su auge en las elecciones del 66 impulsadas por las medidas liberalizadoras que los tecnócratas del régimen empiezan a imponer.

Esto va a generar una política represiva hacia sus militantes, sobre todo a partir de la organización de paros en las empresas y concentraciones ante la Delegación de Sindicatos. Esta persecución, con cargas policiales, detenciones, listas negras, además de las denuncias del sindicato oficial, se mantendrá intensamente hasta el final del franquismo, desmantelando la vertebración que el sindicato había conseguido.

Aunque tras la guerra civil se desarticularon todas las organizaciones obreras, siempre hubo cierta resistencia, también en Málaga, de forma que a finales de los años cincuenta se mantuvo un núcleo de oposición comunista en empresas emblemáticas como la VERS S.A. o RENFE. Ni siquiera la caída de 1961 en la que fueron detenidos más de 80 militantes comunistas, pudo acabar con la disidencia en empresas como las señaladas o en otras como Industria Malagueña, Fábrica de Caucho, CROSS y empresas en el sector de la construcción.

A mediados de los años sesenta un grupo de jóvenes comunistas deciden crear las Comisiones Obreras. Ya en 1965 celebran, por primera vez desde la guerra civil, el Primero de Mayo, siendo dispersados por la policía y, ese mismo año, se crea en Industria Malagueña la primera Comisión Obrera para tratar de evitar el cierre de la misma.

El éxito de su gestión anima a otros militantes para preparar las elecciones sindicales de 1966, donde saldrán muchos representantes de Comisiones Obreras en sectores como la construcción, el textil, el transporte, la química o la metalurgia. Tal es el éxito que se consigue, por ejemplo, la presidencia y la vicepresidencia de la Sección Social del Metal.

A ellos se les unirán ciertos grupos progresistas de la iglesia católica, concretamente de la JOC, así como algunos sacerdotes obreros. Los dos grupos se unirán y, por primera vez, irán juntos en la manifestación del Primero de Mayo de 1966, que discurre por el centro de la ciudad.

El desarrollo organizativo de las Comisiones Obreras malagueñas pasa, posteriormente, por la creación de una coordinadora que comienza a movilizar a los trabajadores malagueños, como la celebrada contra el paro del 9 de febrero de 1967 donde la organización se da a conocer entre los trabajadores. Esta primera movilización, en las puertas del sindicato vertical, sería disuelta por la policía, culminando, como ya se ha narrado, con la detención de una veintena de militantes comunistas y de CCOO.

Las Comisiones Obreras malagueñas, al mismo tiempo, estarán representadas a nivel regional desde que se celebrara la primera Asamblea Regional en 1967 en Sevilla y, desde entonces, dirigentes malagueños mantendrán reuniones asiduas con otros militantes de CCOO de Andalucía. Sin embargo, el ascenso de las CCOO malagueñas se verá truncado con la caída de sus militantes más significativos en el Primero de Mayo de 1968, donde algunos de ellos serán torturados por la policía política en famoso Cuartel de Natera y, tras su juicio ante el Tribunal de Orden Público (TOP), tendrán que cumplir largos años de cárcel.


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jueves, 21 de noviembre de 2019

Los curas republicanos

Los curas republicanos fueron doblemente represaliados por cometer el pecado mortal de demostrar que era compatible ser católico y republicano y que, tratándose de sacerdotes, era incluso más cristiano comprometerse con los más pobres y con la democracia que con los golpistas.

Francisco Fernández González.
Los golpistas no tuvieron piedad con ellos, que sufrieron los mismos castigos que el resto de quienes resistieron a la rebelión, la muerte, la cárcel y el exilio. Pero tampoco tuvo misericordia con ellos la jerarquía católica española, que aliada con Franco, no les perdonó la el hecho de desmarcarse de la cruzada que bendijo decenas de miles de fusilamientos. 

Lo cierto es que fueron minoría en el seno de la iglesia y que fueron muchísimos menos que los aproximadamente 7.000 religiosos que fueron víctimas mortales de la violencia anticlerical en la retaguardia republicana que se desató como reacción al golpe militar de julio de 1936. Pero existieron, pese a que también sobre ellos se haya levantado una doble losa de silencio y de olvido. La del franquismo y la de la propia Iglesia Católica

La historiadora y profesora de la Universidad de Málaga Encarnación Barranquero Texeira, coautora del libro “Otra Iglesia. Clero disidente durante la II República y la Guerra Civil”, se ha lamentado en más de una ocasión de no haber podido consultar el expediente personal en el Seminario del cura malagueño Francisco Fernández González, que fue fusilado con 41 años en las tapias del viejo cementerio de San Rafael.

Este cura pagó caro su compromiso social en las parroquias de Almogía y Mijas, su posterior decisión de dar clases como maestro, su pertenencia al comité que depuró a docentes de derechas y, especialmente, su decisión de 'casarse por lo libertario' ya durante la guerra.

Francisco Fernández fue detenido en 1937 días después de la caída de Málaga, sometido a un consejo de guerra y condenado a muerte en 1938 y fusilado frente a  las tapias del cementerio de San Rafael.

Allí mismo existen más testimonios de las matanzas franquistas de otros curas republicanos, ya que entre los cerca de 3.000 cadáveres hallados en las fosas de San Rafael se encontraron los restos de varios curas con crucifijos en las manos.

martes, 19 de noviembre de 2019

La lucha de la Guardia Civil contra el ‘maquis’ (y2)

La muerte de cuatro guardias civiles desencadena, el 5 de diciembre de 1946, una impresionante manifestación de duelo en la ciudad de Málaga.

Según la versión oficial, tres agentes habían caído en un encuentro sostenido con la banda de forajidos del 'Rubio de Brecia' en el cortijo Los Granadinos del Valle de Abdalajís, y el cuarto al enfrentarse con un grupo de contrabandistas sorprendidos con un alijo en las playas de La Cala.

Multitudinario homenaje a los guardias fallecidos. Foto Sur.
Aunque en realidad se trataba de enfrentamientos con la activa lucha guerrillera enfrentada al régimen, protagonizada por el ‘maquís’, refugiado en distintas sierras de la provincia.

El sepelio de los cadáveres se convierte al día siguiente en un homenaje al Cuerpo con la asistencia de innumerable público que ocupa el recorrido hasta el Cementerio de San Miguel.

Todas las acciones guerrilleras eran seguidas de una represión tremenda por parte de la Guardia Civil entre los familiares de los miembros del ‘maquis’, ya que "eran fusilados cinco o seis por cada guardia civil muerto".

Las acciones que realizaron los guerrilleros entre los años 1946 y 1948 fueron las que más violencia alcanzaron. El modo normal de actuación de esas partidas se producía en zonas rurales y en muchos casos aisladas, por lo que la repuesta de la Guardia Civil era tardía y por lo tanto inútil.

Las comunicaciones eran escasas y las transmisiones de la Guardia Civil no eran las adecuadas para sus enlaces y contactos. A finales de 1946, no tenían más que unas emisoras en las cabeceras de las Comandancias que coincidían con las capitales de provincia. Por otro lado en las zonas rurales apenas existían enlaces telefónicos, además que la abundante montaña, las grandes extensiones de monte bajo y de pinares dificultaban enormemente las transmisiones.

Para solventar este problema se realizaron proyectos para establecer comunicaciones de telefonía, aprovechando las líneas de alta tensión de las empresas. Pero al no existir material suficiente para abordarlo, la idea se abandonó.

Por esta razón se solicitó, y aceptó, la colaboración de las Transmisiones del Ejército de Tierra en ayuda de la lucha de las Fuerzas de Orden Público. Fue a principios de 1947 cuando se instalan las redes radio de una forma generalizada, aunque ya se tenía el precedente de las establecidas en Granada, Málaga y Cáceres, esto es en todas las provincias donde el ‘maquis’ estaba actuando.

viernes, 25 de octubre de 2019

Las tropas de Franco entran en Málaga

A las 7,30 de la mañana del día 8 de febrero de 1937 las tropas de Franco entran en Málaga, mandadas por el coronel Borbón, a través del barrio de Huelín por la carretera de Torremolinos.

La ciudad había quedado en una delicada situación desde la toma de Antequera en el mes de agosto, viéndose encerrada dentro de un frente ocupado de este a oeste por las tropas golpistas, con la única salida libre de la carretera de Almería.

Entrada de las tropas franquistas en Málaga.
Con un gran despliegue de medios, la ofensiva de los sublevados sobre Málaga se inicia en enero de 1937, apoyada por la aviación y por la flota y los barcos alemanes que bloqueaban a la escuadra republicana.

Las fuerzas republicanas, mandadas por el coronel Villalba y el comisario comunista Cayetano Bolívar, numéricamente superiores pero con deficiencias de organización y armamento, no pueden resistir la ofensiva de las tropas franquistas que contaba además con la intervención de las tropas de voluntarios italianos de Roatta, por lo que el mando republicano decide abandonar la ciudad el día 7 de febrero por la tarde.

La caída de la ciudad, a la que siguió una fuerte represión, causó una gran conmoción en la España republicana, abriéndose un proceso para investigar las responsabilidades del fracaso militar.

Aunque hay que añadir que la fácil y completa victoria de las tropas italianas constituyó todo un triunfo resonante para el mundo y especialmente para el líder fascista italiano, Mussolini. La idea de poderío del cuerpo expedicionario fue una pura ilusión, ya que las posibilidades militares de los republicanos en Málaga eran inexistentes.

Lo cierto es que el cuerpo expedicionario italiano tenía graves carencias que quedarían al descubierto unas semanas más tarde durante la batalla de Guadalajara, cuando estos sufrieron una rotunda derrota frente a tropas experimentadas del Ejército Popular republicano.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Mujeres contra el hambre. Las ‘faeneras de Málaga’

El 9 de enero de 1918 una manifestación de un millar de mujeres percheleras atraviesa la ciudad tras una nueva subida del pan a 0'55 pesetas el kilo. Marchan al grito de "¡Tenemos hambre!, ¡Que baje el precio del pan!".

Portada de El Regional del 10 de enero de 1918.
Ante la voluntad del alcalde Salvador González Anaya para dar una solución, éste es destituido por la presión de los grupos con intereses económicos. El día 14 tienen lugar nuevas manifestaciones.

Un grupo accede a la estación apoderándose de 40 bultos de pescado, y en los muelles se incautaron de patatas. Al día siguiente se produce una nueva manifestación más numerosa y agresiva ante el sitio de la ciudad por parte de la fuerza pública. No hay intención negociadora.

 En el transcurso de la protesta, un teniente de la guardia civil muere al ser arrastrado por su caballo. La tensión crece hasta que la fuerza armada hace fuego en varias ocasiones registrándose cuatro muertos, dos de los cuales son mujeres, y catorce heridos graves.

Se culpó a las autoridades, respaldadas por la oligarquía local, de querer solucionar el hambre a balazos. El 16 se inicia una huelga general que se prolonga cinco días. Esa misma jornada se produce una manifestación de doce mil personas para rendir homenaje a las víctimas.

La historiadora Raquel Zugasti ha investigado este episodio, casi desconocido pese a su singularidad. "Sin llegar a ser un movimiento feminista, porque lo que se pide es que bajen los precios de las subsistencias, sí es un movimiento femenino en el que las mujeres ocuparon el espacio público", explicaba  Zugasti en una charla organizada por el Ateneo Libertario El Acebuche. La investigadora analizó los acontecimientos a partir del seguimiento que hizo la prensa.

Por ejemplo, en el diario “El Popular” se podía leer,  "Las más animosas y valientes reanimaban a las de espíritu más femenino, con voces y frases por el estilo: ¡Hay que hacer lo que no hacen los hombres! ¡No se puede vivir! ¡Hay hambre en nuestras casas! ¡Pan y trabajo o de lo contrario veremos lo que ocurre!".

martes, 13 de noviembre de 2018

Ejecutado el ex gobernador civil de Málaga

En la madrugada del 18 de mayo de 1942 se cumple la sentencia de pena de muerte dictada en consejo de guerra "contra el que fuera gobernador civil durante la dominación roja de Málaga", José Antonio Fernández Vega, publicaba en sus páginas el diario Sur.

José Antonio Fernández-Vega, nacido en Llanes (Asturias) en 1891 fue un médico y político español, gobernador civil de la provincia de Málaga durante el levantamiento del 18 de julio que dio lugar al comienzo de la Guerra Civil española.

Inauguración del monumento en memoria de los fusilados
en el cementerio de San Rafael. Foto: Sur.
Casado y con seis hijos, José Antonio Fernández-Vega era militante de Izquierda Republicana y gobernador civil de Lugo desde las elecciones de febrero de 1936. Permaneció en este puesto hasta junio del mismo año, cuando fue nombrado gobernador civil de Málaga. En esta ciudad tuvo que hacer frente al levantamiento militar y a las milicias que tomaron el poder tras el fracaso del levantamiento. También fue un médico muy respetado en Puenteareas (Pontevedra), villa en donde una calle tiene su nombre en reconocimiento a su labor, ya que atendía gratis a gente que carecía de dinero para pagarle.

A mediados de septiembre de 1936 fue cesado de su cargo por el ministro de la Gobernación, Valentín Galarza Morante, debido a los rumores que le acusaban de haberse apropiado de fondos públicos. Regresa entonces a Asturias con su familia, donde se ocupa el cargo de director del Hospital de Llanes durante un mes hasta que es destituido por generar desconfianza entre los dirigentes del Frente Popular, según un informe de la Guardia Civil de 1941.

Sale entonces para Francia, pero al carecer de recursos, regresa a España, siendo nombrado médico de la subsecretaría de Armamento en Barcelona hasta la caída de Cataluña, cuando se ve obligado a exiliarse de nuevo en Francia.

Acogido en un campo de concentración francés, fue detenido por la Gestapo el 10 de junio de 1940 junto a otras personalidades como Lluis Companys o José Villalba. Es entonces trasladado a la Prisión Provincial de Málaga para ser juzgado sobre la base de las listas que proporciona la misma prisión provincial según las cuales fueron detenidas en su nombre 371 personas de las que 275 fueron ejecutadas mediante "sacas".

En su defensa, Fernández-Vega alegó que nunca supo nada de las “sacas” hasta una vez llevadas a cabo y que, en la medida de sus posibilidades, rescató a un gran número de detenidos, incluidos militares y sacerdotes, a los que proporcionó pasaportes y ayudó a escapar de la ciudad. Fue condenado a muerte y fusilado en el cementerio de San Rafael, donde permanece su cuerpo en una fosa común.