Francisco Fernández González. |
Los golpistas no tuvieron piedad con ellos, que sufrieron
los mismos castigos que el resto de quienes resistieron a la rebelión, la
muerte, la cárcel y el exilio. Pero tampoco tuvo misericordia con ellos la
jerarquía católica española, que aliada con Franco, no les perdonó la el hecho de desmarcarse de la cruzada que
bendijo decenas de miles de fusilamientos.
Lo cierto es que fueron minoría en el seno de la iglesia y
que fueron muchísimos menos que los aproximadamente 7.000 religiosos que fueron
víctimas mortales de la violencia anticlerical en la retaguardia republicana
que se desató como reacción al golpe militar de julio de 1936. Pero existieron,
pese a que también sobre ellos se haya levantado una doble losa de silencio y
de olvido. La del franquismo y la de la propia Iglesia Católica
La historiadora y profesora de la Universidad de Málaga Encarnación
Barranquero Texeira, coautora del libro “Otra Iglesia. Clero disidente durante la II República y la Guerra Civil”,
se ha lamentado en más de una ocasión de no haber podido consultar el
expediente personal en el Seminario
del cura malagueño Francisco Fernández
González, que fue fusilado con 41 años en las tapias del viejo cementerio
de San Rafael.
Este cura pagó caro su compromiso social en las parroquias
de Almogía y Mijas, su posterior decisión de dar clases como maestro, su
pertenencia al comité que depuró a docentes de derechas y, especialmente, su
decisión de 'casarse por lo libertario' ya durante la guerra.
Francisco Fernández
fue detenido en 1937 días después de la caída de Málaga, sometido a un consejo de guerra y condenado a muerte en
1938 y fusilado frente a las tapias del
cementerio de San Rafael.
Allí mismo existen más testimonios de las matanzas
franquistas de otros curas republicanos, ya que entre los cerca de 3.000
cadáveres hallados en las fosas de San
Rafael se encontraron los restos de varios curas con crucifijos en las
manos.
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