Mastodon Málaga y sus historias: prisión provincial
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viernes, 23 de octubre de 2020

Una prisión con electricidad y agua corriente

 

El subsecretario del Ministerio de Justicia, Ricardo López Barroso, y el director general de Prisiones, Hipólito Jiménez y Jiménez Colorado, inauguran la nueva Prisión Provincial de Málaga el día 2 de febrero de 1934.


Antigua cárcel de Málaga.


El edificio, proyectado por el arquitecto de la dirección general de Prisiones, Vicente Agustí Elguero, es todo lo acogedor que puede resultar una cárcel. Según resaltaba la prensa de la época, "las celdas reciben luz y aire por una ventana abierta a gran altura. A la izquierda, adosada a la pared, una cama de hierro con somier, que puede plegarse durante el día. A la derecha, lavabo con agua corriente y los servicios de necesidad". El traslado de los reclusos, 291 hombres y 4 mujeres, se hace la madrugada del día siguiente.


La prisión que ocupó una superficie de 14 000 m² con una superficie total construida de 9 985 m², sirvió como lugar de encarcelamiento durante siete décadas. Se caracterizó por la dura represión que dio a los presos republicanos tras la Batalla de Málaga (1937) y por albergar una de las mayores concentraciones de represaliados tras la guerra civil, que representaban la resistencia de la ciudad. Entre sus reos se encontraba el novelista Arthur Koelster, que fue encarcelado en Málaga antes de su traslado a Sevilla.


La prisión de Málaga fue conocida también por el importante foco de resistencia gestado en su interior. Muchos militantes de partidos tenían la capacidad de sacar propaganda a través de sus familiares. También eran capaces de introducir claves en la prensa oficial para comunicar ciertas consignas y códigos a las organizaciones clandestinas del exterior.


Los dobles fondos de los recipientes de comida sirvieron para mantener el contacto con el exterior, en algunos casos para alertar acerca de declaraciones de presos que mediante torturas habían podido delatar a personas sospechosas.


Tal fue el grado de organización de estas redes de presos que el 1 de mayo de 1946 se gestó la huida de 25 presos, liderados por el maqui Ramón Vías. Aquella heroica escapada le costó a este su muerte, días más tarde.


Entre los sucesos importantes destaca en 1985 un motín que acabó con la muerte de un policía, mientras que el 15 de febrero de 1991 se produjo la explosión de un coche-bomba a las seis de la mañana de la organización terrorista ETA que hirió a siete personas, originando importantes daños tanto al edificio de la prisión como a las viviendas, comercios colindantes y un centro escolar cercano.


Tras la inauguración de la nueva Prisión Provincial de Málaga en Alhaurín de la Torre el 2 de diciembre de 1991se convirtió en un centro de internamiento de tercer grado, siendo clausurada definitivamente el 17 de agosto de 2009.

jueves, 27 de febrero de 2020

Motín en la prisión de Málaga

El 27 de enero de 1978 se produce un motín en la prisión provincial de Málaga. Fue incendiada la nave central, hubo cinco heridos y los daños se valoran en 100 millones de pesetas. El 13 de mayo 200 presos iniciaban una huelga de hambre para denunciar la situación de las instalaciones.

El día 29, el periodista de El País, Joaquín Marín narraba los hechos. La prisión provincial de Málaga ha quedado casi completamente destruida a causa de un grave motín ocurrido durante la noche del viernes al sábado. Como consecuencia de los sucesos han resultado cinco reclusos heridos, tres de ellos leves y dos de mayor gravedad. Uno de los heridos lo fue por arma de fuego: recibió un tiro en la región glútea.

Antigua prisión provincial de Málaga.
Siempre según la misma crónica, el motín se inició alrededor de las doce de la noche y su causa próxima bien pudo ser la noticia difundida por las emisoras de radio y por la televisión de que el Gobierno se oponía a la proposición de ley sobre indulto de delitos comunes presentada en el Senado.

Desde el exterior de la cárcel podía verse un grupo numeroso de reclusos encaramados en el tejado que procedía a arrancar tejas y a arrojarlas a las calles de alrededor. Al tiempo, daban gritos pidiendo libertad.

Inmediatamente hicieron acto de presencia numerosos agentes, tanto de la Policía Armada como de la Guardia Civil. El incendio comenzó pasada la una de la madrugada. Desde la calle eran visibles varias columnas de humo procedentes de la nave principal y de dos pabellones laterales. La policía procedió a despejar los alrededores de la prisión, donde habían comenzado a concentrarse numerosos curiosos y algunos familiares, al tiempo que el comisario jefe de Policía se hacía cargo de la dirección de las operaciones.

Fueron avisados los bomberos, pues la humareda iba creciendo al tomar los incendios cada vez mayores proporciones. Sobre las tres de la madrugada se personó en el lugar el gobernador civil, señor Riverola Pelayo. Las fuerzas antidisturbios hicieron uso de las balas de goma y desde el exterior se oían también detonaciones más secas que podrían ser -luego se confirmaría- de las armas reglamentarias.

A las tres de la madrugada parecía que los reclusos se habían calmado. Sin embargo, a las cuatro se produjo la lucha, que llegó a alcanzar caracteres de extrema gravedad y que se prolongó ya durante la noche hasta las ocho de la mañana.

La minuciosa crónica de Joaquín Marín, maestro de periodistas, continuaba señalando que los destrozos son incalculables. Prácticamente, sólo un dormitorio ha quedado en pie. Los presos -más de cuatrocientos- fueron concentrados en el patio central, pues no había quedado dependencia alguna donde albergarlos.

El director general de Instituciones Penitenciarias fue informado del curso de los acontecimientos y dispuso en las primeras horas de la mañana de ayer la visita de un inspector para que evaluase los daños y, a la vista del estado del centro, dispusiese lo más conveniente. Al parecer, un grupo de reclusos va a ser trasladado al penal del Puerto de Santa María.

Durante los últimos días, la prisión se mantenía en una situación aparentemente tranquila. La única noticia de la prisión estos últimos días venía contenida en un comunicado de la Copel en el que se informaba que los reclusos estaban dispuestos a donar su sangre al Hospital Civil.

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