Mastodon Málaga y sus historias: motín
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jueves, 27 de febrero de 2020

Motín en la prisión de Málaga

El 27 de enero de 1978 se produce un motín en la prisión provincial de Málaga. Fue incendiada la nave central, hubo cinco heridos y los daños se valoran en 100 millones de pesetas. El 13 de mayo 200 presos iniciaban una huelga de hambre para denunciar la situación de las instalaciones.

El día 29, el periodista de El País, Joaquín Marín narraba los hechos. La prisión provincial de Málaga ha quedado casi completamente destruida a causa de un grave motín ocurrido durante la noche del viernes al sábado. Como consecuencia de los sucesos han resultado cinco reclusos heridos, tres de ellos leves y dos de mayor gravedad. Uno de los heridos lo fue por arma de fuego: recibió un tiro en la región glútea.

Antigua prisión provincial de Málaga.
Siempre según la misma crónica, el motín se inició alrededor de las doce de la noche y su causa próxima bien pudo ser la noticia difundida por las emisoras de radio y por la televisión de que el Gobierno se oponía a la proposición de ley sobre indulto de delitos comunes presentada en el Senado.

Desde el exterior de la cárcel podía verse un grupo numeroso de reclusos encaramados en el tejado que procedía a arrancar tejas y a arrojarlas a las calles de alrededor. Al tiempo, daban gritos pidiendo libertad.

Inmediatamente hicieron acto de presencia numerosos agentes, tanto de la Policía Armada como de la Guardia Civil. El incendio comenzó pasada la una de la madrugada. Desde la calle eran visibles varias columnas de humo procedentes de la nave principal y de dos pabellones laterales. La policía procedió a despejar los alrededores de la prisión, donde habían comenzado a concentrarse numerosos curiosos y algunos familiares, al tiempo que el comisario jefe de Policía se hacía cargo de la dirección de las operaciones.

Fueron avisados los bomberos, pues la humareda iba creciendo al tomar los incendios cada vez mayores proporciones. Sobre las tres de la madrugada se personó en el lugar el gobernador civil, señor Riverola Pelayo. Las fuerzas antidisturbios hicieron uso de las balas de goma y desde el exterior se oían también detonaciones más secas que podrían ser -luego se confirmaría- de las armas reglamentarias.

A las tres de la madrugada parecía que los reclusos se habían calmado. Sin embargo, a las cuatro se produjo la lucha, que llegó a alcanzar caracteres de extrema gravedad y que se prolongó ya durante la noche hasta las ocho de la mañana.

La minuciosa crónica de Joaquín Marín, maestro de periodistas, continuaba señalando que los destrozos son incalculables. Prácticamente, sólo un dormitorio ha quedado en pie. Los presos -más de cuatrocientos- fueron concentrados en el patio central, pues no había quedado dependencia alguna donde albergarlos.

El director general de Instituciones Penitenciarias fue informado del curso de los acontecimientos y dispuso en las primeras horas de la mañana de ayer la visita de un inspector para que evaluase los daños y, a la vista del estado del centro, dispusiese lo más conveniente. Al parecer, un grupo de reclusos va a ser trasladado al penal del Puerto de Santa María.

Durante los últimos días, la prisión se mantenía en una situación aparentemente tranquila. La única noticia de la prisión estos últimos días venía contenida en un comunicado de la Copel en el que se informaba que los reclusos estaban dispuestos a donar su sangre al Hospital Civil.

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lunes, 8 de julio de 2019

Motines de militares en 1923

Al embarcar para África los soldados de diferentes cuerpos destinados a cubrir las bajas procucidas en el protectorado de Marruecos, el 22 de agosto de 1923, se producen gritos subversivos aplacados con dificultad por los oficiales. El miedo a morir en una guerra a la que iban a la fuerza fue el desencadenante de la revuelta.

Un grupo de los amotinados.
Algunos soldados arrojan municiones al muelle del puerto de Málaga y otros del Regimiento de Garellano sacan una bandera de Vizcaya que tuvo que arrebatarles un oficial.

Al día siguiente, tropas llamadas a embarcar por la tarde recorren la ciudad emborrachándose y promoviendo escándalos. Otros soldados, a la hora del rancho en el Cuartel de Segalerva, se resistieron a embarcarse y salieron a la calle armados, entre gritos subversivos.

Estos incluso dispararon sobre un suboficial de Ingenieros, José Ardoz, que al intentar detener a los sediciosos recibió dos disparos, uno en la frente y otro en el pecho que le causaron la muerte. Más tarde los amotinados batieron varias calles disparando y prorrumpiendo en gritos. La ciudad quedó desierta, cerrada a cal y canto.

Los embarcados procedentes del Cuartel de Capuchinos también se sublevan y se enfrentan a las fuerzas del orden. Unos 700 soldados fueron embarcados en el vapor Barceló y los demás perseguidos.

En la revuelta se trató de incriminar a varios anarquistas malagueños y al cabo Sánchez Barroso, que había admitido la participación en los sucesos como consecuencia de la ebriedad. Condenado injustamente a muerte, fue indultado poco después. Este motín decidió a las autoridades a trasladar hasta Almería el punto de embarque de las tropas.

lunes, 29 de abril de 2019

La fragata Numancia pretendió bombardear Málaga

El motín en la fragata Numancia se produjo la noche en la noche del 1 al 2 de agosto de 1911 cuando un fogonero, Antonio Sánchez Moya, ​ un artillero y otros doce miembros de la tripulación se amotinaron cuando realizaban labores como guarda costas en aguas de Tánger.

Fragata Numancia.
Los amotinados pretendían declarar la República y amenazaron con bombardear Málaga, y esperar allí el levantamiento de las fuerzas republicanas, para luego navegar hasta Valencia o Barcelona, donde se esperaba una revuelta popular que llevaría a la República. ​ La actuación del condestable de guardia de la Numancia, el 9 de agosto, fue decisiva para sofocar el motín.

Con posterioridad, en juicio sumarísimo, ​ el cabecilla del mismo, Antonio Sánchez Moya, ​ fue condenado a muerte por fusilamiento, ​ que se efectuó el 9 de agosto de 1911 a bordo del mismo buque fuera del puerto de Cádiz, ​ en presencia del ministro de Marina, mientras se producían tumultos en Cádiz y Barcelona por la actitud de indiferencia del Rey.

Otros seis marineros amotinados, Vicente Díaz Rey, Francisco Camus, Gonzalo Moreira, Francisco Beas, Eduardo Gutiérrez y Jesús Ara, ​ fueron condenados a cadena perpetua.
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Los escritos encontrados a los hombres que protagonizan este intento de sedición originan el registro de la casa del concejal republicano Pedro Román de la Cruz, el 11 de agosto.






jueves, 3 de enero de 2019

Motín en la cárcel

Poco después de la una de la tarde del jueves 13 de junio de 1985 se produce un intento de fuga de varios presos encarcelados en Málaga, tras arrebatar las armas a dos guardias civiles y disparar contra un policía nacional.

Motín en la cárcel de Málaga. Foto: Sur.
Los presos toman a los dos guardias civiles y a algunos funcionarios como rehenes, y de ese modo se inicia un motín que se prolongaría hasta el día siguiente. En pocas horas, una compañía del cuerpo de élite de los GEO y el director general de prisiones -recibido con insultos por los funcionarios- llegan a la cárcel, rodeada de decenas de curiosos.

Se negocia un canje de rehenes a cambio de la difusión por radio de un comunicado oficial garantizando que los presos no sufrirían represalias, y entrada de una cámara de TVE para realizar unas declaraciones.

El juez Augusto Méndez de Lugo requisa, sin embargo, la cinta a la que atribuye posible apología delictiva. El hacinamiento de los presos y la entrada de droga están en el origen de estos conflictos.