Mastodon Málaga y sus historias: cuarteles
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martes, 11 de marzo de 2025

El convento convertido en cuartel

 

El convento de San Francisco en Vélez-Málaga es un antiguo convento franciscano fundado en el siglo XVI. Se encuentra en el centro histórico de la ciudad y ha tenido diversos usos a lo largo de su historia. Originalmente fue un convento de frailes franciscanos, pero con el paso del tiempo y la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, perdió su función religiosa y pasó a tener usos civiles, como cuartel y escuela.


Claustro del Convento de San Francisco.


Arquitectónicamente, conserva elementos barrocos y renacentistas. Su iglesia, de una sola nave con capillas laterales, destaca por su artesonado mudéjar y por la portada de piedra con detalles decorativos. También tenía un claustro, aunque parte de su estructura ha sufrido modificaciones con el tiempo.

Durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), las tropas francesas ocuparon Vélez-Málaga y utilizaron varios edificios importantes de la ciudad, incluido el convento de San Francisco. Se cree que fue empleado como cuartel y almacén militar, algo común en aquella época, ya que los conventos y monasterios ofrecían estructuras amplias y bien situadas para alojar tropas y suministros.
Esta ocupación dejó huella en la ciudad, ya que las tropas napoleónicas saquearon bienes religiosos y causaron daños en edificios históricos. Tras la retirada francesa, el convento continuó en uso hasta que, en el siglo XIX, fue afectado por la desamortización de Mendizábal.

Con la desamortización de Mendizábal muchas propiedades eclesiásticas fueron expropiadas y vendidas, lo que llevó a que el convento de San Francisco dejara de ser utilizado por la comunidad franciscana. A partir de entonces, el edificio tuvo distintos usos civiles, como cuartel y escuela, lo que transformó su función original. Aunque parte de su estructura se ha conservado, su destino cambió radicalmente.
Actualmente, el convento de San Francisco forma parte del patrimonio histórico de Vélez-Málaga y es un punto de interés cultural dentro de la ciudad.

lunes, 8 de julio de 2019

Motines de militares en 1923

Al embarcar para África los soldados de diferentes cuerpos destinados a cubrir las bajas procucidas en el protectorado de Marruecos, el 22 de agosto de 1923, se producen gritos subversivos aplacados con dificultad por los oficiales. El miedo a morir en una guerra a la que iban a la fuerza fue el desencadenante de la revuelta.

Un grupo de los amotinados.
Algunos soldados arrojan municiones al muelle del puerto de Málaga y otros del Regimiento de Garellano sacan una bandera de Vizcaya que tuvo que arrebatarles un oficial.

Al día siguiente, tropas llamadas a embarcar por la tarde recorren la ciudad emborrachándose y promoviendo escándalos. Otros soldados, a la hora del rancho en el Cuartel de Segalerva, se resistieron a embarcarse y salieron a la calle armados, entre gritos subversivos.

Estos incluso dispararon sobre un suboficial de Ingenieros, José Ardoz, que al intentar detener a los sediciosos recibió dos disparos, uno en la frente y otro en el pecho que le causaron la muerte. Más tarde los amotinados batieron varias calles disparando y prorrumpiendo en gritos. La ciudad quedó desierta, cerrada a cal y canto.

Los embarcados procedentes del Cuartel de Capuchinos también se sublevan y se enfrentan a las fuerzas del orden. Unos 700 soldados fueron embarcados en el vapor Barceló y los demás perseguidos.

En la revuelta se trató de incriminar a varios anarquistas malagueños y al cabo Sánchez Barroso, que había admitido la participación en los sucesos como consecuencia de la ebriedad. Condenado injustamente a muerte, fue indultado poco después. Este motín decidió a las autoridades a trasladar hasta Almería el punto de embarque de las tropas.