Mastodon Málaga y sus historias: nazis
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martes, 25 de marzo de 2025

El refugio nazi en Torrequebrada: ¿mito o realidad?

 

Después de la Segunda Guerra Mundial, España se convirtió en un refugio para numerosos nazis que huían de la justicia. La dictadura de Francisco Franco mantenía buenas relaciones con la Alemania de Hitler, y aunque oficialmente España se declaró neutral en la guerra, muchos jerarcas nazis encontraron en la Costa del Sol un lugar seguro donde esconderse.


Costa de Benalmádena.


Torrequebrada, una zona de Benalmádena con lujosas villas y un entorno privilegiado, fue señalada como un posible refugio de ex militares nazis. Se sabe que en la Costa del Sol residieron personajes como Otto Skorzeny, uno de los oficiales más temidos de las SS, quien tenía conexiones en Madrid y otras partes de España. De hecho, Otto Skorzeny durante su estancia en la capital española se vio salpicado por la sospecha de que ayudó a presuntos criminales de guerra a escapar a Málaga y Alicante a través de la organización ODESSA, creada por antiguos miembros de las SS.

Leon Degrelle, líder del fascismo belga y protegido por Franco, vivió en Málaga hasta su muerte. Bélgica reclamaría infructuosamente la extradición de Degrelle durante 15 años. El 31 de marzo de 1994, Degrelle moriría en el Sanatorio Parque San Antonio de Málaga, a la edad de 87 años.
Aunque no hay pruebas documentales definitivas de que Torrequebrada fuera un escondite nazi, sí hay rumores qu apuntan a que algunas de sus villas fueron utilizadas por ex oficiales del Tercer Reich. Durante la construcción del casino de Torrequebrada en los años 70, algunos obreros aseguraron haber encontrado pasadizos subterráneos que parecían conectar diferentes propiedades, lo que alimentó las especulaciones.

Por otra parte, vecinos de la época afirmaban que, en los años 50 y 60, había residentes alemanes que nunca hablaban de su pasado y evitaban ser fotografiados. Se cree que el dinero nazi llegó a España a través de cuentas secretas en Suiza y que parte de él financió proyectos en la Costa del Sol. Algunas mansiones de la zona presentan una arquitectura que recuerda a la de la Alemania nazi, con túneles subterráneos y estructuras defensivas.

España fue un punto clave en la llamada "Ruta de las Ratas", la red de escape utilizada por nazis para huir hacia Sudamérica, especialmente Argentina. Se dice que algunos oficiales pasaron un tiempo en la Costa del Sol antes de embarcarse hacia América.
En conclusión, aunque no hay pruebas definitivas de que Torrequebrada fuera un refugio nazi, las conexiones históricas entre la dictadura de Franco y el Tercer Reich hacen que la teoría sea plausible. La Costa del Sol, con su clima benigno y relativa discreción en aquellos años, fue un destino atractivo para aquellos que querían desaparecer sin dejar rastro.

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jueves, 31 de marzo de 2022

La Costa de Sol, refugio de nazis

 

Con la derrota de Alemania en la II Guerra Mundial, miles de líderes nazis fueron juzgados por los tribunales creados por los aliados. Muchos fueron condenados, algunos ejecutados y otros sometidos a procesos de depuración. Bastantes consiguieron huir perseguidos por los ganadores de la contienda, por Israel o por cazadores de nazis. Además algunos se escondieron en Sudamérica, y también en España, muchos en la Costa del Sol, que por sus características, como sus condiciones climáticas, la orografía idónea para esconderse y la proximidad a las costas de África, permitía huir fácilmente si aparecían problemas.


Hans Hoffman.


Decenas de nazis pasaron su retiro disfrutando del sol de Málaga y vivieron durante décadas sin ser molestados por las autoridades franquistas y sin que sus vecinos nunca conocieran su pasado. Marbella reunió a algunos de los nazis más relevantes huidos a España. Allí se afincó Otto Remer, encargado de sofocar la Operación Valkiria, con la que algunos mandos militares pretendieron acabar con la vida de Hitler. La Audiencia Nacional denegó su extradición a Alemania porque no existía en España el delito de negacionismo del Holocausto. O también, Aribert Heim, apodado Doctor Muerte. Heim estuvo destinado en la enfermería de Mauthausen, donde destacó por su crueldad extrema. Por ejemplo, aplicó inyecciones de benceno a prisioneros, muchos de ellos republicanos españoles. Tras lograr la protección de Nasser en Egipto, huyó a Uruguay tras ser detectado por el Mossad, y de ahí saltó a la Costa del Sol. Localizado por un comisario alemán, huyó para siempre cuando iba a ser detenido en Marbella.

Otto Skorzeny, Caracortada, tampoco era un personaje cualquiera entre los nazis. Especialista en operaciones especiales de las Waffen-SS (tropas de élite), Hitler le encomendó personalmente la Operación Roble, que concluyó con el rescate de Benito Mussolini en el Gran Sasso, en la cordillera de los Apeninos. Tras escapar de los aliados, huyó a España, donde fue pieza clave de la organización Odessa que dio soporte a los nazis fugados y fundó CEDADE, una organización que sirvió de germen e inspiración a futuros grupúsculos neonazis en España. Aunque tuvo su vivienda principal en Madrid, pasó temporadas en un chalet que adquirió en Marbella.

Algunos de ellos se convirtieron incluso en personajes respetados. Como por ejemplo, Hans Hoffmann, cariñosamente conocido como Juanito, que fue cónsul honorario de Alemania en Málaga, sin que aparentemente nadie diera importancia al importante papel que jugó, como traductor para Hitler, en reuniones de alto nivel.

Hoffman fue de los primeros en subirse al carro del negocio inmobiliario en la Costa del Sol. En 2004, su apellido volvió a los medios ya que su hijo fue condenado en la Operación Malaya contra la corrupción inmobiliaria. Antes de entrar en prisión, huyó y hoy sigue en paradero desconocido. Su padre dio nombre incluso a un colegio de Ojén, hasta que se reveló que su nombre figuraba en la lista de 104 agentes nazis reclamados por los aliados y cobijados en España.

lunes, 14 de febrero de 2022

El submarino hundido por los nazis

 

El Submarino C-3 fue un buque de la Clase C de la Armada Española construido en los astilleros de Cartagena (Murcia). Participó en la Guerra Civil en el bando republicano y fue hundido por el submarino alemán U-34 comandado por Harald Grosse, frente a las costas de El Palo.


Submarino C3.


Al comienzo de la Guerra Civil el submarino se encontraba en el puerto de Cartagena, base a la que pertenecía. Su comandante era el capitán de corbeta Salas Pinto. El 18 de julio de 1936, en cumplimiento a la orden recibida del ministro de Marina, salió de Cartagena junto con los submarinos B-6, Isaac Peral, C-4 y C-6 rumbo al Estrecho, al mando del jefe de Flotilla, capitán de fragata Francisco Guimerá Bosch, con la misión de interceptar el paso de las tropas sublevadas desde el norte de África hacia la Península, situándose frente a las costas andaluzas.

El día 20 de julio entró en el puerto de Málaga junto con el resto de la flotilla, donde el capitán de fragata Guimerá, el comandante y segundo comandante del C-3, al igual que el resto de los mandos de la flotilla, a excepción del comandante del C-1, capitán de corbeta Lara, fueron relevados del mando y trasladados al buque prisión Monte Toro por considerarles simpatizantes con los sublevados.

En la mañana del día 21 salió a la mar con la orden de localizar y proteger al petrolero Ophir hasta su llegada a Tánger, misión que efectúa en compañía del submarino B-6. El día 27 todos los destructores y submarinos son destacados a las proximidades de Cádiz para interceptar a un supuesto convoy, hasta que se comprueba que todo se debía a una información falsa. Poco después el C-2, el C-3 y el C-6 reciben la orden de situarse en línea circular frente al puerto de Ceuta para evitar la entrada del crucero Almirante Cervera, que había zarpado de El Ferrol rumbo al Estrecho.

El 1 de agosto, en el puerto de Málaga recibió del C-4 toda la munición antiaérea y torpedos, así como distintos repuestos de giroscópica, antes de que éste saliera rumbo a Cartagena al objeto de realizar pequeñas reparaciones. El día 15 partió hacia el Cantábrico al mando del alférez de navío Arbona, junto con el C-6, regresando a Cartagena por averías. Zarpó de nuevo hacia el Cantábrico el 25 de agosto ya que el gobierno de la República había creído que la presencia allí de la escuadra sería más decisiva. Más tarde se le uniría el C-6. Su misión era intentar localizar y hundir al acorazado España y al crucero Almirante Cervera, que operaban por aquellas aguas. Asimismo y para aprovechar el viaje, se les embarcó abundante armamento portátil y munición con destino a las tropas que operaban en Bilbao.

El 2 de octubre de 1936 regresó el C-3 a la zona del Mediterráneo, entrando en Málaga el día 8. El 12 de diciembre navegaba a las 14,00 horas en superficie a 4 millas al sudeste de La Farola de Málaga. En la torreta se encontraba el comandante Arbona y el capitán de la Marina Mercante Agustín García Viñas, adscrito a la Armada como oficial de derrota del submarino. En la cubierta hacia popa se hallaban los marineros Isidoro de la Orden Ibáñez y Asensio Lidón Jiménez, que vaciaban los restos de la comida diaria.

A unas dos millas del C-3, más próximo a la costa, se encontraba el guardacostas Xauen relevando a la lancha I-4 en sus labores de vigilancia. Aproximadamente a igual distancia, estaban faenando los pesqueros Joven Antonio y Joven Amalia.

A las 14,19 horas el C-3 se inclinó de proa y ligeramente caído a estribor. Una llamarada y una nube de humo blanco habían precedido al hecho. De forma casi instantánea, el submarino se hundió dejando a flote tan sólo al capitán García Viñas y a los marineros De la Orden y Lidón. Tan rápido fue el hundimiento que ningún otro hombre pudo salir y sus 37 tripulantes murieron frente a las costas de El Palo donde sus restos reposan todavía hoy a 70 metros de profundidad.

En 1997, el abogado malagueño Antonio Checa descubrió los restos de un naufragio, del que intuyó pudiera tratarse del C-3. Después de varias inmersiones con un vehículo dirigido en modo remoto y dotado con una cámara de video, se obtuvieron las primeras imágenes. La mala visibilidad de la zona y el estado en que se encontraban los restos impidieron la identificación del buque.

En octubre de 1998, la Armada Española destacó al buque de salvamento Mar Rojo con un equipo de buceadores de la Armada que, por fin, consiguieron identificar los restos como pertenecientes al C-3. La Asociación de Familiares de las Víctimas del C3, con sede en Cartagena, de donde procedía el 90 por ciento de los fallecidos en el ataque del submarino nazi, se creó en el 2002 con la intención de recuperar los cuerpos, darles sepultura y reflotar el pecio, una cuestión que, pese a los reiterados intentos, aún no se ha conseguido.

jueves, 23 de septiembre de 2021

Las víctimas malagueñas de Mauthausen

 

Ciento cuarenta y siete malagueños fallecieron en los campos de concentración de Mauthausen, uno de los más grandes de la Alemania nazi. En agosto del año 2019 el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el listado con los datos de todas las víctimas españolas, un total de 4.427 ciudadanos, que permitió a sus familiares registrarlos como fallecidos, algo que hasta entonces no habían podido llevar a cabo.


Monumento en memoria de los malagueños muertos.


La lista fue elaborada por un equipo de investigación tras confrontar unos libros que se encontraban en el Registro Civil Central, en Madrid. Entre página y página, aparecieron 147 nombres de malagueños de municipios de toda la provincia como, entre otros, Teba, Archidona, Comares, Ardales o Bobadilla. Todos ellos sufrieron las consecuencias del genocidio nazi en el campo de Mauthausen y otros que dependían de éste, como los campos de Steyr, Ternberg o Gusen, aunque la mayoría 135 malagueños fueron víctimas de Mauthausen.


El objetivo de la publicación no era otro que reconocer a las víctimas y dar la posibilidad a los familiares de consultar los datos por sí mismos. En opinión de los responsables de los colectivos de Memoria Histórica era una decisión que llegaba demasiado tarde, ya que muchos de los familiares ya habían fallecido, aunque reconocieron que la publicación de los nombres contribuía a devolver la dignidad a las víctimas.


Como es conocido, muchos exiliados republicanos huyeron a Francia tras el final de la Guerra Civil española. Al llegar a la frontera, un buen número de familias fueron separadas y los hombres fueron destinados a los llamados campos de internamiento franceses, en condiciones penosas, de los que no podían salir salvo porque tuvieran alguna oferta de trabajo de los vecinos o bien porque se escapaban para ir a la Resistencia francesa o alistarse en la Legión Extranjera. También iban a compañías de trabajadores de extranjeros que se crearon en Francia como mano de obra barata.


Pero es cuando Alemania ocupa Francia, entre 1940 y 1945, cuando se produce el traslado de los presos a los campos de exterminio del Tercer Reich. Según diversos historiadores es entonces cuando comunicaron con el general Franco para decirle que tenían a todas esas personas, pero el dictador les dijo que si se habían ido de España era que no eran españoles. A partir de ese momento fueron deportados como apátritas a los campos.


En Málaga, se rinde tributo a los ciudadanos caídos en los campos de concentración con un muro en el que plasman todos sus nombres y ciudades de procedencia en el Centro Cívico de la capital.


miércoles, 20 de enero de 2021

El malagueño que fue gaseado por los nazis

 

Las ideas de progreso y de emancipación social que propugnaban las organizaciones republicanas y obreras desde finales del siglo XIX, encontraron en la Axarquía malagueña un campo abonado. Primaba en la comarca un pequeño campesinado empobrecido que apenas se sostenía con el laboreo de las viñas, los olivos y los almendros y que sólo encontraba en la emigración una alternativa de subsistencia. En este contexto crece Antonio Gómez, nacido en Málaga en 1907, el mayor de una familia jornalera compuesta por siete hermanos. A pesar de las circunstancias sociales desfavorables, Antonio destaca como buen escribiente y ejerce labores de secretario en el Ayuntamiento de Benamargosa gobernado por las fuerzas de izquierda en los años de la Segunda República.


Castillo de Hartheim.


Los partidos que conformarían el Frente Popular local, Izquierda Republicana, Partido Socialista y Partido Comunista fueron organizaciones hegemónicas en Benamargosa contando con un buen número de adeptos. Antonio Gómez pertenecía a una de ellos en el momento en que las tropas rebeldes contra la República se aprestaban a tomar el pueblo. Consigue huir junto con su hermano José que muere, como tantos otros, en un lugar desconocido en el transcurso de la contienda.


El rastro de Antonio se pierde durante los años de la Guerra Civil para restablecerse el contacto a través de la correspondencia postal desde los campos de confinamiento del Rosellón francés por donde pasaron decenas de miles de republicanos que huían de la nueva España fascista. Antonio escribe con regularidad a su mujer y, a la vez prima, María Arcas Fortes, y por las cartas se sabe que transitó por, al menos, tres campos de concentración entre el invierno y el otoño de 1939.


El primero, tal vez Argelès-Sur-Mer del que deja entrever unas condiciones de vida más difíciles, Barcarès donde pasa seis meses y Saint Cyprien al que es evacuado el 23 de octubre de 1939. El relato de Antonio Gómez sobre la vida cotidiana en el campo de Barcarès en el mes octubre aparece dulcificado con la única intención de mitigar el dolor de su esposa, una mujer pobre, con varios miembros de su familia represaliados y con tres hijos pequeños a su cargo. Antonio, como el resto de exiliados españoles, sabía con detalle las circunstancias adversas con las que tenían que enfrentarse a diario las mujeres de los “rojos” en la difícil misión de sacar a sus hijos hacia delante.


Y de lo que me dices que has estado hablando con el hijo de Pepe Cordero y con el hijo de Salinas, y te han contado nuestra situación en esta, que según tu me manifiestas es desagradable, pues yo te digo y te justifico que es todo lo contrario. Aquí lo pasamos admirablemente bien gracias a las dignas autoridades francesas. Al principio lo pasamos un poco peor pero desde que estamos en este campo, que hace aproximadamente seis meses, lo pasamos muy bien porque estamos bien abastecidos de comida, de ropa, mucha higiene por la mucha abundancia de agua tanto dulce como salada, porque este campo está en la playa a la orilla del mar, además hay donde distraerse y divertirse porque hay escuelas donde se dan clases españolas y francesas para todo el que quiera asistir a ellas, también hay organizados buenos cuadros artísticos por los españoles, donde se celebran festivales casi a diario. En fin, una vida de placer y no de amargura como a ti te dicen. También te digo que según órdenes de las autoridades francesas salimos en nueve días para hacer la vendimia porque en este país hay mucha uva y faltan brazos para su recolección”, aseguraba Antonio en una misiva.


En marzo de 1940 se le ubica en la 39 Compañía de Trabajadores Extranjeros. La invasión nazi le lleva a Alemania, al Stalag XI-B (Fallingsbostel) como prisionero de guerra. Es deportado a Mauthausen el 27 de enero de 1941 con el número de matrícula 6361. Tenía sólo 34 años cuando fue gaseado en el tétrico Castillo de Hartheim, enclavado en la ciudad de Alkoven a poca distancia de Linz (Austria) el 2 de febrero de 1942.