Mastodon Málaga y sus historias: El submarino hundido por los nazis

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lunes, 14 de febrero de 2022

El submarino hundido por los nazis

 

El Submarino C-3 fue un buque de la Clase C de la Armada Española construido en los astilleros de Cartagena (Murcia). Participó en la Guerra Civil en el bando republicano y fue hundido por el submarino alemán U-34 comandado por Harald Grosse, frente a las costas de El Palo.


Submarino C3.


Al comienzo de la Guerra Civil el submarino se encontraba en el puerto de Cartagena, base a la que pertenecía. Su comandante era el capitán de corbeta Salas Pinto. El 18 de julio de 1936, en cumplimiento a la orden recibida del ministro de Marina, salió de Cartagena junto con los submarinos B-6, Isaac Peral, C-4 y C-6 rumbo al Estrecho, al mando del jefe de Flotilla, capitán de fragata Francisco Guimerá Bosch, con la misión de interceptar el paso de las tropas sublevadas desde el norte de África hacia la Península, situándose frente a las costas andaluzas.

El día 20 de julio entró en el puerto de Málaga junto con el resto de la flotilla, donde el capitán de fragata Guimerá, el comandante y segundo comandante del C-3, al igual que el resto de los mandos de la flotilla, a excepción del comandante del C-1, capitán de corbeta Lara, fueron relevados del mando y trasladados al buque prisión Monte Toro por considerarles simpatizantes con los sublevados.

En la mañana del día 21 salió a la mar con la orden de localizar y proteger al petrolero Ophir hasta su llegada a Tánger, misión que efectúa en compañía del submarino B-6. El día 27 todos los destructores y submarinos son destacados a las proximidades de Cádiz para interceptar a un supuesto convoy, hasta que se comprueba que todo se debía a una información falsa. Poco después el C-2, el C-3 y el C-6 reciben la orden de situarse en línea circular frente al puerto de Ceuta para evitar la entrada del crucero Almirante Cervera, que había zarpado de El Ferrol rumbo al Estrecho.

El 1 de agosto, en el puerto de Málaga recibió del C-4 toda la munición antiaérea y torpedos, así como distintos repuestos de giroscópica, antes de que éste saliera rumbo a Cartagena al objeto de realizar pequeñas reparaciones. El día 15 partió hacia el Cantábrico al mando del alférez de navío Arbona, junto con el C-6, regresando a Cartagena por averías. Zarpó de nuevo hacia el Cantábrico el 25 de agosto ya que el gobierno de la República había creído que la presencia allí de la escuadra sería más decisiva. Más tarde se le uniría el C-6. Su misión era intentar localizar y hundir al acorazado España y al crucero Almirante Cervera, que operaban por aquellas aguas. Asimismo y para aprovechar el viaje, se les embarcó abundante armamento portátil y munición con destino a las tropas que operaban en Bilbao.

El 2 de octubre de 1936 regresó el C-3 a la zona del Mediterráneo, entrando en Málaga el día 8. El 12 de diciembre navegaba a las 14,00 horas en superficie a 4 millas al sudeste de La Farola de Málaga. En la torreta se encontraba el comandante Arbona y el capitán de la Marina Mercante Agustín García Viñas, adscrito a la Armada como oficial de derrota del submarino. En la cubierta hacia popa se hallaban los marineros Isidoro de la Orden Ibáñez y Asensio Lidón Jiménez, que vaciaban los restos de la comida diaria.

A unas dos millas del C-3, más próximo a la costa, se encontraba el guardacostas Xauen relevando a la lancha I-4 en sus labores de vigilancia. Aproximadamente a igual distancia, estaban faenando los pesqueros Joven Antonio y Joven Amalia.

A las 14,19 horas el C-3 se inclinó de proa y ligeramente caído a estribor. Una llamarada y una nube de humo blanco habían precedido al hecho. De forma casi instantánea, el submarino se hundió dejando a flote tan sólo al capitán García Viñas y a los marineros De la Orden y Lidón. Tan rápido fue el hundimiento que ningún otro hombre pudo salir y sus 37 tripulantes murieron frente a las costas de El Palo donde sus restos reposan todavía hoy a 70 metros de profundidad.

En 1997, el abogado malagueño Antonio Checa descubrió los restos de un naufragio, del que intuyó pudiera tratarse del C-3. Después de varias inmersiones con un vehículo dirigido en modo remoto y dotado con una cámara de video, se obtuvieron las primeras imágenes. La mala visibilidad de la zona y el estado en que se encontraban los restos impidieron la identificación del buque.

En octubre de 1998, la Armada Española destacó al buque de salvamento Mar Rojo con un equipo de buceadores de la Armada que, por fin, consiguieron identificar los restos como pertenecientes al C-3. La Asociación de Familiares de las Víctimas del C3, con sede en Cartagena, de donde procedía el 90 por ciento de los fallecidos en el ataque del submarino nazi, se creó en el 2002 con la intención de recuperar los cuerpos, darles sepultura y reflotar el pecio, una cuestión que, pese a los reiterados intentos, aún no se ha conseguido.

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