Luis
Antonio Bolín Bidwell que nació en Málaga en el
año 1894, y falleció en la misma ciudad el 3 de septiembre de 1969,
fue un abogado y periodista español, jefe del Sindicato Nacional
de Hostelería y Similares, procurador en Cortes durante
las cuatro primeras legislaturas del franquismo y de 1952 a 1963
consejero de información de la embajada de España en
Washington. Pero además alguien muy comprometido con la
dictadura y un conspirador activo contra el régimen republicano.
 |
Luis Bolín. |
De
una familia de la burguesía malagueña de origen extranjero, que por
entonces residía en Málaga, dedicada al negocio marítimo,
al cultivo de la caña y la exportación de vinos dulces, estudió en
las universidades de Granada y Madrid, ampliando
estudios en Londres. Su tío Manuel Bidwell y Hurtado,
hermano de su madre, entonces era obispo auxiliar de Westminster.
Durante la II República Española fue agregado de prensa en
la embajada de España en Londres, corresponsal de
ABC y miembro de la secretaría de la Sociedad de Naciones.
En
febrero de 1936, Bolín jugó un papel importante en el
alquiler del avión Dragon Rapide que trasladó el 18 de julio
de 1936 al general Franco desde las Islas Canarias
a Tetuán vía Casablanca, y como recompensa fue
nombrado capitán honorífico de la Legión. El contrato del
citado aparato lo realizó por encargo de Juan Ignacio Luca de
Tena, director de ABC, junto con Juan de la Cierva.
A los pocos días del golpe de Estado de 1936, el 21 de julio,
Franco le envió a Roma, junto al citado Juan
Ignacio Luca de Tena, como emisario personal ante Mussolini,
para pedirle su apoyo.
Durante
la Guerra Civil Española fue adscrito a la Oficina de
Prensa y Propaganda de las fuerzas sublevadas en Salamanca,
y fue el encargado de relaciones con los corresponsales extranjeros,
hasta su cese en mayo de 1937. Autorizó una entrevista al general
Franco realizada por un periodista francés que acompañaba al
cámara René Brut, en su presencia y en el patio del
Palacio de los Golfines de Arriba de Cáceres. También
consiguió una entrevista para el periodista-espía Arthur
Koestler, del News Chronicle, con Queipo de Llano
en Radio Sevilla.
Su
familia fue perseguida en Málaga, refugiándose en principio
en el domicilio de sir Peter Chalmers Mitchell, el cónsul
británico en funciones, casa en donde poco más tarde Bolín
arrestaría a Koestler, y después en ‘Villa Maya’,
la casa del cónsul de México, Porfirio Smerdou,
casado con Concha Altolaguirre Bolín, hermana del poeta de la
Generación del 27, Manuel Altolaguirre Bolín.
Sin
embargo, la personalidad despótica de Bolín, que llegó a
amenazar a muerte a numerosos corresponsales extranjeros, incluso los
que estaban adscritos a medios a favor de Franco, y también
por su empeño en negar el bombardeo de Guernica, hizo que el
marqués del Moral, coordinador de la propaganda franquista en
Londres, fuera a Salamanca personalmente a recomendar a
Franco su cese.
Asimismo,
a pesar de haber acogido a sus familiares en su casa, Bolín
pretendía arrestar a Chalmers-Mitchell por la publicación de
una carta suya en The Times, “denunciando las atrocidades de
los insurgentes” y este, nada más salir de España,
denuncia la detención de Koestler causando un revuelo a nivel
internacional, con el magnate de la prensa William Randolph Hearst
denunciando al arresto como una “violación inaceptable de los
derechos de los periodistas de desempañar su profesión”.
Finalmente,
tras la intervención de numerosos parlamentarios británicos, de H.
G. Wells, de Winston Churchill ante el Foreign Office,
del gobierno de Francia, la Liga de Naciones, la Cruz
Roja e incluso el Vaticano, Koestler fue entregado
a las autoridades británicas, en un intercambio de prisioneros con
la esposa del aviador franquista Carlos Haya, el 14 de mayo de
1937. Ese mismo día, Bolín fue sustituido por Pablo Merry
de Val, y nombrado “enviado especial de la Delegación en
Inglaterra, Países Escandinavos y Estados Unidos” y, después,
jefe del Servicio Nacional de Turismo.
Con
la constitución del primer Gobierno franquista, el 30 de
enero de 1938, fue nombrado director general de Turismo, cargo
en el que permaneció durante quince años. Su sobrino Enrique
Bolín Pérez-Argemí fue alcalde de Benalmádena.