Mastodon Málaga y sus historias: Las bombas de la guerra civil

jueves, 7 de noviembre de 2019

Las bombas de la guerra civil

Cuatro niños mueren el 23 de junio  de 1943 al estallarles una bomba con la que jugaban. El accidente se produjo en la zona próxima a Torremolinos conocida como Higueral del Pozuelo.

Existen todavía muchos proyectiles sin detonar de la guerra civil.

Los niños, con edades comprendidas entre los siete y diez años, se detuvieron a descansar de regreso de buscar leña en los alrededores y se introdujeron en un pozo ciego. Allí comenzaron a trastear con un objeto metálico, que en realidad era una bomba, hasta que éste explosionó.

La metralla acabó de inmediato con la vida de tres de ellos, y el cuarto falleció horas más tarde en el Hospital Civil. La guerra seguía produciendo víctimas.

Aprovechando este triste suceso parece oportuno hacerse eco de otro capítulo de la reciente Historia de España, que ha sido estudiado por diferentes investigadores, y que tiene relación con numerosos civiles que quisieron contribuir, de una forma u otra, a ayudar a los republicanos evitar que España terminase en manos de los franquistas.

Este es el caso del escritor madrileño Alfonso López García que publicó los resultados de su investigación en su libro Saboteadores y guerrilleros, donde explica las peligrosas acciones que llevaban a cabo ingenieros que arriesgaban su vida para impedir la muerte de los republicanos.

El primer caso que salió a la luz data del 26 de agosto de 1936. La columna de Baleares publicó una pieza en la que resaltaba cómo la mayoría de las bombas lanzadas no explotaban: "Las espoletas no funcionan casi ninguna, seguramente por actos de sabotaje de nuestros camaradas de artillería obligados a luchar por el terror fascista contra sus ideales". 

No solo manipulaban el armamento para impedir que muriera gente, también mandaban mensajes de ánimo a sus compañeros republicanos en pequeños papeles que introducían en el interior de los proyectiles.

El comandante de las milicias de El Socialista Egocheaga encontró dentro del obús un papel en el que se leía lo siguiente: "Las mías, camaradas, no estallan. U.H.P. (Uníos Hermanos Proletarios)".

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