El PER estuvo rodeado de polémicas. |
No
obstante, un año antes, la lucha contra este tipo de fraude origina
un primer decreto de prisión contra cuatro empresarios, un
matrimonio de Antequera, un vecino de Moclinejo y el ex
alcalde de esta última localidad y concejal del Ayuntamiento de
Rincón de la Victoria, Enrique Muñoz, quien negó en el
juicio que hubiera firmado 300.000 peonadas falsas. La fiscalía lo
acusó de provocar un fraude a la Seguridad Social superior a
los 700 millones de pesetas.
Meses
antes, en abril del mismo año 1993 se
había descubierto un fraude
al subsidio agrario dentro del PER
cometido en la
localidad granadina de Pinos
Puente entre 1987 y
1990 que podía
ascender a más de
1.000 millones de pesetas, según estimaciones de la fiscalía del
Tribunal Superior de
Justicia de Andalucía (TSJA).
En
sus conclusiones provisionales solicitó
penas de entre uno y 11 años de prisión para los principales
implicados, el ex alcalde, un concejal y varios funcionarios. La
fiscalía, tras efectuar una depuración a fondo de todas las
personas relacionadas con la estafa a la
Seguridad Social,
decidió
excluir a la mayoría de los habitantes del pueblo, que percibían
habitualmente el subsidio por desempleo agrario, y acusar únicamente
a los funcionarios implicados en la firma de falsas peonadas y a
aquellas personas que, teniendo suficientes medios de vida, cobraban
el paro.
Según
las conclusiones de la fiscalía entonces, el fraude podría rondar
los 1.000 millones de pesetas, teniendo en cuenta los ingresos que se
realizaron como cotización al régimen especial agrario, el salario
mínimo interprofesional fijado y la cantidad de días que se
hicieron constar en las falsas peonadas.
La
Fiscalía acusó
en su escrito a 15 implicados, entre quienes destacan el ex alcalde
del pueblo, el socialista
Juan Ferrandis; el
secretario de la corporación, Rafael
H. G. ; el
concejal, José H.
N. ; el alcalde
pedáneo del anejo de Casanueva,
Juan de Dios T. B.,
y un empleado de ese Ayuntamiento, José
M. O.
Todos
ellos fueron acusados
del delito de falsedad, en tanto que dos vecinos de Pinos Puente,
Isabel G. R. y
Francisco G. D.,
como perceptores, lo fueron
del delito de estafa. Otro implicado,
Antonio R. V.,
secretario en esa época de CC
OO del Campo y que,
a pesar de tener un automóvil BMW y un inmueble de su propiedad,
cobró el subsidio entre 1985 y 1989. El fiscal del TSJA
solició
penas de entre seis y ocho años de prisión para los acusados del
delito de falsedad.
Estas
primeras irregularidades detectadas iniciaron una larga polémica
sobre la propia figura del Plan de Empleo Rural que se
extiende hasta nuestros días aunque desde 1996 pasó a denominarse
Plan de Fomento del Empleo Agrario (PROFEA).
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