La
cantante ítalo-americana llegó acompañada de un equipo de 60
personas para grabar durante
seis días escenas
del citado
videoclip para
el
tema Bedtime
stories.
La presencia de Madonna
en
Ronda,
cuyos detalles fueron
guardados
con absoluto mutismo, provocó
el lógico revuelo en la ciudad, donde la sex symbol ya había
sido centro de una polémica, aunque esta vez no provocada
directamente por ella.
La cantante Madonna. |
Madonna
pretendía grabar las escenas centrales de su videoclip, una historia
que rememoraba
el mito de Carmen,
en la plaza de toros de Ronda,
pero se encontró
con el rechazo de la Real
Maestranza de Caballería,
cuyos miembros consideraron
poco menos que una profanación que el bicentenario coso fuera
escenario de las provocativas actuaciones de la cantante.
En
principio, la negativa a la cesión de la plaza se atribuyó en la
ciudad a las altas exigencias económicas del empresario que la
explotaba,
el ex matador de toros Antonio
Ordóñez,
quien reclamaba el pago de unos 17 millones de pesetas.
Sin
embargo, después se supo que la cuestión obedecía a criterios
moralistas de los maestrantes. Un portavoz de la hermandad quiso
poner la pelota en el tejado de los medios de comunicación, a los
que acusó de "exagerar y hacer publicidad gratuita a esa
señora".
La
negativa de la Maestranza
suscitó
una
fuerte contestación en la ciudad, ya que en distintos sectores
políticos y empresariales consideraron
que el videoclip podía
ser una excelente promoción para la ciudad. Varias escenas del vídeo
se rodaron
en el palacio del marqués de Salvatierra.
Las
escenas taurinas se rodaron
finalmente en la plaza de toros de Antequera,
en la que el matador trianero
Emilio Muñoz
lidió
tres toros, pero sin la suerte de matar. Unos 200 extras acompañaron
a Madonna
en
los tendidos.
La
cantante interpretó
el típico papel de mujer enamorada de un torero, aunque al final
comprenderá que la verdadera pasión de su amado son los toros y no
ella. Según se
supo,
Emilio
Muñoz,
triunfador de la Feria
de Abril de
aquel año,
recibió
siete
millones de pesetas por su participación en el rodaje.
El
viaje de Madonna
a España
estuvo
rodeado de un absoluto secreto.
La cantante llegó al aeropuerto de Málaga
ocho horas antes de lo anunciado, y se alojó en la Posada
Real de Ronda,
un pequeño hotel de 10 habitaciones en el casco histórico, desde el
que horas más tarde se trasladó al parador nacional de turismo, que
quedó cerrado a cal y canto.
En
los aledaños del establecimiento, escoltado por varios guardias de
seguridad, se fue concentrando una multitud de curiosos, paparazzi y
fans para ver de cerca a la polémica cantante, que, según la
apreciación de un privilegiado policía local que estuvo a tres
metros de ella, "desmerece mucho al natural".
No hay comentarios:
Publicar un comentario