La
guerra que España
mantenía en el Rif
(Marruecos)
fue que lo originó
la necesidad de crear un campamento en Málaga.
El proyecto contemplaba que ese recinto militar acogiese a tropas de
reserva del Ejército
de África.
El Ayuntamiento
fue
uno de los impulsores de la iniciativa. En un pleno que se desarrolló
en julio de 1924 se aprobó comprar a Guillermo
Heredia
la viña del Cortijo
de Velarde.
Entrada al desaparecido Campamento Benítez. |
Los
terrenos fueron cedidos al Ministerio
de la Guerra.
Se hizo la salvedad de que si dejaba de tener uso militar, ese
espacio volviese a ser de la ciudad. No obstante, en 1925, el
Ayuntamiento,
a petición del ministerio, acordó que la cesión fuese en pleno
dominio y sin causa de reversión alguna.
El
campamento fue inaugurado, como se ha dicho, en octubre de 1928. Las
primeras tropas que recibió fueron las del Batallón de Cazadores
número 5, que llegaron a la capital malagueña desde Ceuta.
En los primeros tiempos, el cuartel tuvo capacidad para albergar a
200 hombres. Las dependencias, instaladas en unos terrenos de 28
hectáreas, se fueron ampliando progresivamente hasta llegar, en sus
años de mayor apogeo, a contar con una dotación de unos 1.400
militares.
El
acuartelamiento recibió el nombre un comandante malagueño muerto
heroicamente el 20 julio de 1921 en la posición de
Igueriben (desastre
de Annual).
Era Julio
Benítez y Benítez,
nacido el 17 de agosto de 1878 en El
Burgo,
pueblo de la Sierra
de las Nieves.
A lo largo de los años, decenas de miles de soldados hicieron el
servicio militar obligatorio en el Benítez.
En el acuartelamiento un elevado número de malagueños cumplieron su
etapa castrense como voluntarios, lo que les permitía hacer la mili
en Málaga.
De
todos los regimientos habidos en el campamento, el Aragón 17
fue el que permaneció más tiempo y alcanzó mayor solera. Se
mantuvo en Málaga hasta 1978, en que se marchó a Almería
a formar parte de la Brigada de Infantería de Reserva.
Anteriormente,
estuvo el Regimiento Victoria 8. El Aragón 17, a cuyo
mando estaba un coronel, contó con hasta 1.400 hombres, repartidos
en dos batallones, integrados cada uno por tres compañías de
fusileros y una de armas de apoyo, a las que hay que sumar otra
llamada plana mayor administrativa.
El
Benítez, en su periodo más glorioso, tuvo capacidad para
diez compañías y contó con cocina, mantenimiento, edificio de
Mayoría, polvorín, dos piscinas y residencia para mandos.
En
1966 se trasladó al cuartel la plana mayor del Regimiento Melilla
52, que era heredero del Regimiento Fijo de Málaga. El
Melilla 52 al completo se instaló en el Benítez en
1978, donde permaneció hasta 1985, en que regresó a Melilla.
También
sentaron plaza en el Benítez la plana mayor reducida del
Regimiento Ceuta 54, la Compañía de Operaciones
Especiales (COE 92)
y el Mando de La Legión (MALEG). Las fuerzas
legionarias fueron las últimas que estuvieron en el campamento, que
se cerró en abril de 1995. El subteniente Esteban Alcántara
fue el encargado de arriar por última vez la bandera del Benítez,
junto a Cristóbal García Sánchez, un soldado de la
Agrupación Mixta de Cañones Contracarros, que hizo el
servicio militar en el campamento malagueño en 1948.
No hay comentarios:
Publicar un comentario