Eugenio Gross Huertas fue un aviador militar que durante la Guerra Civil había combatido en el bando franquista pilotando aviones trimotores. Había nacido en 1910 y su padre, del mismo nombre, era propietario de la finca Carambuco, en Churriana. Murió cuando el avión civil que pilotaba fue abatido en el Estrecho de Gibraltar el 18 de diciembre de 1939, cuando la II Guerra Mundial acababa de desatarse.
La mañana del lunes 18 de diciembre de 1939, el Estrecho de Gibraltar estaba azotado por una fuerte tormenta. Entre las nubes que cubrían el mar volaba un avión Junker Ju-52 con matrícula M-CABA. El aparato, llamado Sanjurjo, pertenecía a la compañía Iberia y cubría la línea Tetuán-Sevilla. Pilotado por Eugenio Gross, había despegado a las ocho de la mañana del aeródromo africano y catorce minutos después, tras sobrevolar Ceuta, su tripulación anunciaba por radio que iba a colocar la antena colgante.
Sería su última comunicación, un minuto más tarde un patrullero inglés veía caer al JU-52 envuelto en llamas hasta que se estrelló contra las olas. No hubo supervivientes y aún hoy se discute si el avión fue derribado por fuego inglés o por un sabotaje alemán. Otras tesis apuntan a una misión secreta de reconocimiento aéreo sobre Gibraltar, aprovechando un vuelo civil.
Eugenio Gross era un experto piloto al que acompañaban como tripulantes otros dos veteranos de la recién terminada Guerra Civil, el radio Ruperto González Fernández y el mecánico José Chacón Mellado. Entre los tres superaban más de un millar de misiones en aquel conflicto. Con ellos murieron los seis pasajeros que se habían embarcado en Tetuán.
El fallecimiento de Eugenio Gross produjo una gran consternación en Málaga, no sólo por su juventud, estaba a punto de cumplir los 30 años, sino por ser muy conocido en la ciudad. Eugenio Gross, aunque había nacido en Buenos Aires (Argentina) era hijo de una conocida familia malagueña formada por el matrimonio Eugenio Gross Scholtz y Julia Huertas Reyes, junto con sus hermanas Amalia y Julia, fallecida en 1927, y nieto de Eduardo Gross Gayen y de Amalia Scholtz Larios.
Muy interesante y didáctico ,desconocía esta historia
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