Amalie Eugenie von Wittelsbach, más conocida por todos como la emperatriz Sissi, desembarcó en el puerto de Málaga a bordo del yate real 'Miramar' el 2 de enero de 1893 oculta bajo la identidad de la condesa de Homs.
El capitán del barco en el que la emperatriz realizaba un crucero por el Mediterráneo ya había avisado a las autoridades locales de que la aristócrata no quería ningún tipo de recibimiento con honores y que su visita era de carácter privado, pero medios de la época como La Unión Mercantil dejaron constancia en sus crónicas de que Sissi pasó dos días en Málaga disfrutando de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Ayer visitó los principales establecimientos de nuestra población S.M. la Emperatriz de Austria, acompañada del comandante del yate Miramar, y otras personas de su comitiva, publicaba La Unión Mercantil, que explicaba en su crónica que la regia viajera guardó “el incógnito más riguroso”.
En aquella jornada la aristócrata europea estuvo visitando las bodegas de José Ramos Power y los jardines de San José y de la Concepción. La crónica de la época señalaba que la duquesa de Baviera, hija de Maximiliano de Baviera, llegó hasta estos lugares a pie y seguida por un carruaje del Hotel de Roma que llevaba los abrigos de la comitiva imperial.
La revista Época sacó a la luz más detalles días después, haciendo hincapié en el gusto de la soberana por pasear a pie, al tiempo que revelaba el itinerario urbano por la calle de la Victoria, el Camino Nuevo y la carretera del Colmenar, llegando hasta la mitad de la Cuesta de la Reina.
La emperatriz fallecería cinco años después de aquella visita. El 10 de septiembre de 1898 encontró la muerte mientras paseaba por el lago Lemán de Ginebra con una de sus damas de compañía, la condesa Irma Sztaray. Fue atacada por un anarquista italiano, Luigi Lucheni, que fingió tropezarse con ellas y aprovechó el desconcierto para clavarle un estilete en el corazón.
La soberana no fue consciente de lo que había sucedido, pero al subir al barco que las estaba esperando comenzó a sentirse mal y a marearse. Se desvaneció, su dama de compañía avisó al capitán del barco de la identidad de la dama y regresaron al puerto.
Cuando se desabrochó el vestido para respirar mejor se percató de una pequeña mancha de sangre sobre el pecho. El estilete había provocado una mínima pérdida de sangre sobre el miocardio que fue suficiente para causar la muerte.
Disfruto de nuestra acogida ,es muy triste la historia de esta mujer, sus complejos y las circunstancias de su vida.
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