Mastodon Málaga y sus historias: La epidemia de peste de 1583

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jueves, 25 de marzo de 2021

La epidemia de peste de 1583

 

La ciudad de Málaga sufrió un gran número de epidemias durante todo el siglo XVI pero entre los años 1582 y 1583 padeció uno de los más importantes brotes epidémicos de la centuria, afectando no sólo a la ciudad sino también a muchos pueblos, incidiendo dramáticamente en su población y provocando un gran quebranto económico. Algunos autores consideran que la peste se encontraba instalada en Málaga desde el verano de 1581, disminuyendo el número de enfermos durante los meses de invierno y alcanzando su máxima intensidad en marzo de 1583.


El cabildo catedralicio tuvo un papel destacado contra la edpidemia.


Esta periodicidad se puede comprobar con los acuerdos adoptados por el cabildo catedralicio el día 12 de septiembre de 1582, cuando se pone de manifiesto que se había determinado hacer un hospital para curar a los enfermos con tumoraciones, quedando patente que la enfermedad se encontraba activa en la ciudad desde ese momento.


Las Actas Capitulares son una fuente excelente para ilustrar las graves circunstancias que vivieron los malagueños y sus autoridades que intentaron detener la propagación de la enfermedad. Una larga serie de medidas intentaron mejorar las condiciones de los ciudadanos, pero no impidieron que, ante la falta de eficacia de tratamientos médicos, las victimas ascendieran en gran número.


La avalancha de gastos motivados por la epidemia hará que el Ayuntamiento de Málaga se viera obligado a solicitar socorro de la Corona para poder costear las numerosas deudas ocasionadas por el mantenimiento de los hospitales. Según el concejo, los gastos ascendían a más de 5.000 ducados, entre los pagos al boticario y los salarios de cirujanos, médicos, barberos y personas que habían asistido a los enfermos durante el contagio.


Tras casi dos años de enfermedad y cerca de 12.000 personas afectadas entre muertos y enfermos, la ciudad vuelve a recuperar la salud y su actividad con un balance de graves consecuencias tanto personales como económicas.


La pérdida de población, cargos públicos vacantes, endeudamiento del concejo, interrupción de la actividad económica con la consecuente crisis de abastecimiento en Málaga y todos los pueblos de su jurisdicción, serían las consecuencias del azote de la plaga.


El brote epidémico se consideró concluido el 14 de agosto de 1583, cuando el portero de la ciudad llama a cabildo por orden del corregidor para informar a todos los caballeros del buen estado de salud que había y tratar de las fiestas que se debían hacer para dar gracias a Dios por el fin de la epidemia. Acordándose igualmente informar al Obispo para que, a su vez, diera las órdenes oportunas para realizar una procesión el día de San Roque. Unos meses después, el 18 de enero de 1584, el cabildo malagueño acordó celebrar fiesta el día de San Sebastián en conmemoración de la salud de la ciudad y la liberación de la peste.

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