Mastodon Málaga y sus historias: Leyendas urbanas sobre los Larios (I)

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jueves, 4 de marzo de 2021

Leyendas urbanas sobre los Larios (I)

 

La dilatada historia de la relación de la familia Larios con Málaga también ha dado lugar al surgimiento de lo que hoy llamamos leyendas urbanas, que pueden tener una base de verdad, por pequeña que sea, y bastante más de fabulación, quizá y sobre todo motivadas por la discreción y muchas veces el secretismo que ha rodeado los avatares de la aristocrática familia malagueña.


Cortijo Jurado.


En el centro de esta leyenda está el Cortijo Jurado, que muestra su estilo señorial dominando el paisaje en el hoy distrito de Campanillas de la capital malagueña. De estilo ecléctico y neogótico, sus 2.500 metros cuadrados se articulaban en torno a un patio central, con capilla y torre mirador incluida. Más la friolera de 365 habitaciones con sus correspondientes ventanas, una por cada día del año.


No faltaban unos amplios establos, además de sótanos de los que al parecer partían pasadizos secretos que comunicaban la hacienda con el Cortijo Colmenares, actual sede del Club de Golf Guadalhorce, propiedad por aquel entonces de los Larios. Las distintas obras que se han ejecutado en el entorno de Campanillas no los han sacado a la luz, con lo que siguen formando parte de una leyenda popular que no para de crecer porque ni se confirma ni se desmiente su existencia. Lo cierto es que el paisaje de la zona ha cambiado mucho en los últimos años, tras la construcción de las autovías, canalizaciones y nuevas construcciones. Nadie se ha topado con los supuestos túneles.


La hacienda fue construida por encargo de la familia Heredia, otra de las grandes fortunas de la época a mediados del siglo XIX, aunque no se sabe con exactitud la fecha del año de inauguración ya que nunca se han encontrado las licencias de obra de un caserón en el que los Heredia pasaban sus días de recreo. El Cortijo Jurado también contaba con una extensa explotación agraria y ganadera. Su denominación actual no llegaría hasta 1975, cuando la familia Vega Jurado compra las instalaciones.


Los Larios compraron la finca a los Heredia en 1925, tras llevarles la filoxera y sus enormes gastos familiares a la bancarrota. Después llegarían a sus dependencias los Quesada e incluso un médico adinerado de Valladolid.


Con el paso del tiempo, el Cortijo Jurado se convirtió en lugar de peregrinación de investigadores del universo paranormal. La presunta presencia de luces y sombras en la noche así como los ruidos extraños que allí se producían atrajeron a curiosos y periodistas especializados en parasicología.


Próxima entrega: Leyendas urbanas sobre los Larios (y II)


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