Mastodon Málaga y sus historias: Larios
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jueves, 23 de octubre de 2025

La azucarera de Nerja

 

La fábrica azucarera “San José / San José del Chaparril” en Nerja se construyó en el paraje del Chaparil, junto al río Chíllar. Aunque ciertos documentos sitúan su puesta en marcha en 1870, investigaciones más recientes han cambiado esa fecha a 1864 como año fundacional. La fábrica fue promovida inicialmente por los hermanos Vicente y Antonio Rodríguez Manescau y Manuel Rodríguez Navas.


Antigua Azucarera de El Chaparil.


En 1872–1873 la familia Larios adquirió la fábrica, convirtiéndola en la más importante de la localidad y aplicaron mejoras tecnológicas como maquinaria moderna de origen francés y británico, ampliaciones, modernización del proceso para optimizar la producción azucarera.
A lo largo del tiempo, la empresa Larios consolidó su hegemonía en la zona comprando otras fábricas azucareras de Nerja y cerró algunas para evitar competencia y concentró la producción en San José.

La fábrica procesaba caña de azúcar cultivada en Nerja, Maro y zonas agrícolas colindantes, especialmente en la vega del Chíllar. En Maro existía el ingenio San Joaquín, que era el destino del azúcar de esa zona y funcionaba en paralelo; con el tiempo los Larios compraron esa fábrica y la cerró para consolidar la producción en San José. Durante la crisis del sector azucarero en el siglo XX, la rentabilidad cayó. En 1968 la fábrica dejó de funcionar como ingenio azucarero.

La fábrica San José es considerada un buen ejemplo de arquitectura industrial del siglo XIX en Málaga. En 1985 comenzó su reutilización, parte de las instalaciones se adaptaron para albergar el Instituto de Educación Secundaria “El Chaparil”. Hoy en día su antigua chimenea sigue en pie como vestigio industrial visible. El edificio fue incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz en 2007.

jueves, 9 de enero de 2025

Asesinato en calle Martínez

 

Si hay un hecho misterioso relacionado con la vida del IV marqués de Larios y del que ha sido muy difícil encontrar información, ya que extrañamente no existen noticias en la prensa de la época y sí confusos relatos verbales, es el del asesinato de una joven doncella, Águeda Escalante Ortega, natural de Teba (Málaga) con 31 años de edad y dicen que de extraordinaria belleza, que trabajaba al servicio de la Casa Larios, entonces enclavada en la calle Martínez número cinco de Málaga. Desde el triste suceso hasta la fecha, una mano negra se ha encargado de echar tierra encima del asunto.


Calle Martínez en el siglo pasado.


Según la investigación, Águeda Escalante Ortega era novia de otro trabajador de los Larios -la familia tenía a su servicio cerca de 20 empleados domésticos-, concretamente de Tomás Martínez González, un botones (recadero), que al parecer en ocasiones hacía las veces de mozo de comedor.

El marqués de Larios, José Antonio Larios Franco, que tenía fama de ser lo que en lenguaje vulgar se denomina un pichabrava y que otros definen como un bandolero del amor, se encaprichó con la joven y guapa doncella, lo que ocasionó los celos del novio que la mató a puñaladas con un estilete el día 14 de marzo de 1944. Según la autopsia, las heridas sufridas causaron una gran hemorragia que determinó el fallecimiento de la víctima.

Según las fuentes, el asesinato se cometió en el conocido como cuarto de las maletas, en el que se ubicaban los termos del agua caliente, y que estaba contiguo al vestidor de la marquesa y en donde, tras el trágico suceso, Pilar Príes ordenó colocar en la pared un crucifijo, que se mantuvo hasta el cierre de la casa. Desde entonces quedó prohibido mantener relaciones entre el personal de servicio, aunque siempre las hubo pero se llevaban en secreto.

El presunto autor de los hechos fue detenido de inmediato, tras el griterío del personal del servicio, al parecer, después de que el marqués descubriera el cuerpo sin vida de la doncella que estaba escondido en un armario del que goteaba sangre, ya que vio fluir un líquido verde, en lugar de rojo. José Antonio Larios era daltónico. Tomás trató de quitarse la vida, intentando saltar al vacío desde la terraza de la casa, adonde se había encaramado durante la confusión.

Tomás Martínez González fue juzgado por la Audiencia Provincial de Málaga el 9 de diciembre de 1947 y condenado, en la sentencia número 371, por delito de asesinato a la pena de 20 años y un día de reclusión mayor, accesorias y al pago de 15.000 pesetas a los herederos de Águeda Escalante. Según las fuentes, fue agraciado con el premio gordo de la lotería de Navidad durante su estancia en prisión. Añadir que el sumario de la causa número 64/1944 del Juzgado de Instrucción n.º1 de Málaga no ha podido ser localizado.


Fuente documental: La herencia envenenada del marqués de Larios. Ramón Triviño. Amazon. Enlace de compra: https://acortar.link/ziyi3f


(Entrada publicada en este mismo blog el día 6 de noviembre de 2018)

martes, 19 de noviembre de 2024

La mejor coctelería

 

A mi llegada a Málaga en 1989 uno de los locales de ocio que más me llamó la atención fue el Café Bar Ricardo, donde servían exquisitos Dry Martinis que se consumían en la barra de un local que evocaba a los más famosos de La Habana (Cuba) y que, según algunas fuentes, sus cócteles sedujeron a la mismísima Ava Gardner cuando visitó la capital malagueña en 1955.


Café Bar Ricardo.


Instalado en un portal de la calle Larios, en la actualidad el número 1, fue parada obligada para degustar el aperitivo antes de almorzar o cenar en alguno de los celebres restaurantes de la zona.


Portal, en la actualidad, donde se ubicaba Ricardo.


Atendido por Ricardo, su magnífico barman, al que todavía se puede ver paseando por Larios, los clientes se situaban en unas altas y elegantes banquetas de madera. En torno a la barra era habitual ver congregados a destacados integrantes del mundo de la cultura de la época. También se cuenta que allí se hicieron sabrosos negocios.

lunes, 26 de febrero de 2024

Antigua Azucarera de El Tarajal

 

Tras el declive del esplendoroso desarrollo industrial experimentado por Málaga a finales del siglo XIX, se dio paso a una recuperación parcial durante el primer tercio del siglo XX. Entre las empresas industriales de nueva creación se hallaban las fábricas de azúcar adaptadas tanto a la transformación de la caña como de remolacha. Una de ellas fue El Tarajal, promovida por destacados miembros de la oligarquía empresarial y política malagueña.


Azucarera de El Tarajal.


La antigua azucarera de El Tarajal, obra del arquitecto Manuel Rivera Vera, también conocida como Fábrica de Azúcar Nuestra Señora de la Victoria, es un edificio industrial situado en Málaga. Se trata de una fábrica de azúcar construida en 1930 por la familia Larios, en la vega del Guadalhorce, en el actual distrito de Campanillas. El edificio está considerado como uno de los edificios de mayor relevancia arquitectónica del pasado industrial de la ciudad y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura industrial andaluza.

Fue construida en ladrillo visto y tiene planta en forma de H. Las fachadas están rematadas con frontones triangulares y los vanos son de medio punto, lo que le confiere un aspecto clasicista. El conjunto lo completan una chimenea y un depósito de agua de hormigón. La chimenea tiene 90 metros de altura y fue fabricada en Fráncfort.

En la actualidad el conjunto está formado por los siguientes elementos: el edificio de la fábrica, la chimenea, el depósito de agua, la casa de dirección, la casa de oficiales, los almacenes y el edificio de control de acceso.

martes, 16 de enero de 2024

La Azucarera Zamarrilla

 

Según recoge en sus Efemérides Malagueñas Díaz Escovar, en el año 1863 se fundó la Azucarera de Zamarilla ubicada en la actual calle Alonso de Palencia de Málaga capital, a espaldas de la ermita de Zamarrilla. Formaba una gran manzana en el extremo del barrio de la Trinidad, casi totalmente rodeada de huertas.


Azucarera Zamarrilla.


Esta zona caracterizó por las numerosas chimeneas que desde finales del siglo XIX fueron consolidando este espacio en un área industrial centrado en la caña de azúcar. Cultivo introducido en España durante la Edad Media por los árabes y que languideció al trasladarse las plantaciones al recién descubierto continente americano.

Fue creada en 1863 por J.S. Smith y Compañía y, tras permanecer unos años en manos de la sociedad Viuda de Frutos, Portal y Cía, fue adquirida en 1880 por la Compañía Azucarera Malagueña formada por miembros de la familia Larios.

La marcha de la firma estaba lastrada por las deudas adquiridas por los anteriores propietarios, por lo que en 1887 se declaró en quiebra y en 1890 se integró en la Sociedad Azucarera Larios, creada para gestionar todas las azucareras de la costa oriental. Por entonces ya trabajaba con caña de la vega malagueña y fue modernizada, dando empleo a principios del siglo XX a 300 trabajadores. Entre 1906 y 1932, año en que comenzó a funcionar la Azucarera Hispania, fue la única azucarera de la capital.

lunes, 1 de noviembre de 2021

La creación de la Azucarera Larios

 

El 2 de julio de 1890, hace ya más de 130 años, se constituyó la sociedad Azucarera Larios, que agrupó a todas las azucareras de Málaga capital, la costa oriental malagueña y Motril, y que llegó a tener 14 fábricas de azúcar y más de 10.000 hectáreas de cultivo de caña.


Azucarera Larios en La Malagueta.


El embrión de lo que posteriormente fue Sociedad Azucarera Larios, que hoy pertenece al Grupo Mazacruz, fue fundado por Manuel Domingo Larios y Larios, segundo marqués de Larios, gerente y representante legal de la entonces sociedad Hijos de Martín Larios, y por Enrique Crooke y Larios, marqués de Genal.


Fue creada con un capital social de 10 millones de pesetas, representados por los bienes que otorgaron los fundadores. En las escrituras de fundación consta que la sociedad "destinará su capital, por ser estos sus fines mercantiles a la explotación de la industria azucarera en todos sus ramos y la de alcoholes que de ella se derivan, así como toda clase de cultivos agrícolas y venta de todos los productos; el desempeño de los actos mercantiles e industriales que sean convenientes en cualquier punto para la realización de los expresados objetos y además cualquier otra industria o negocio que estime procedente emprender en lo sucesivo, así como la compra y venta de fincas y las construcciones que sean oportunas".


Esta actividad cesó con la venta de la última fábrica en 1976. A partir de esa fecha, la compañía se fue transformando poco a poco y se orientó a la promoción inmobiliaria en los terrenos de su propiedad que poseía fundamentalmente en la costa oriental de Málaga y que ascendían a más de 1.500 hectáreas.

viernes, 16 de abril de 2021

Los Larios huyen de Málaga

 

Estamos en septiembre de 1868, el mes en la que la llamada la Gloriosa o Revolución de Septiembre o la Septembrina, una sublevación militar con elementos civiles que tuvo lugar en toda España, supone el destronamiento y exilio de la reina Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático (1868-1874).


Martín Larios.


Este movimiento también triunfa en Málaga, donde existía un enorme malestar entre la clase trabajadora por sus pésimas condiciones laborales. El 20 de octubre los obreros de las empresas textiles, Industria Malagueña y La Aurora, marcharon hacia el palacete de los Larios.


La familia Larios vivía en la Alameda Principal de Málaga, números 1 y 3, en lo que se llamó la Casa de los Larios, popularmente conocida por el apelativo de la gallina papanatas, por las tres bolas en forma de huevo que culminaban el edificio.


La asaltaron y persiguieron a familiares y personal de servicio. Las mujeres huyeron por el tejado; el I marqués de Larios, Martín Larios y Herreros, su hijo Manuel Domingo y su sobrino, Ricardo Larios y Tassara, fueron retenidos por la muchedumbre para después ser rescatados por la milicia.


Bajo la protección del gobernador militar, la familia Larios, que entonces manifestaron no ser conscientes del malestar acumulado entre sus trabajadores y que decidieron incrementar en un 20 por ciento sus salarios, se dirigen al puerto de Málaga, bajo protección, para embarcar rumbo a Gibraltar, desde donde viajaron a Londres y después a París, donde se establecieron durante años.


Martín Larios no volvió nunca a Málaga salvo cuando regresó de incógnito para visitar sus posesiones en Torre del Mar (Málaga), sin pasar por la capital. Entonces, un grupo de obreros de la compañía pidieron disculpas por los acontecimientos ocurridos años atrás y, a pesar de que las aceptó, el marqués regresó a Francia.


Estos hechos los refleja la prensa de la época que recoge el 19 de marzo de 1869, un suelto en el que da cuenta de la contestación del marqués de Larios a una misiva que le habían dirigido los obreros de sus fábricas en Málaga. El texto de la información rezaba, “Don Martín Larios contestó desde Torre del Mar a la carta que le dirigieron sus obreros, perdonando la agresión y excusándose de volver hasta que pasara más tiempo”.


En otros medios de prensa también existe constancia de la mencionada visita de los obreros a Martín Larios. Concretamente el 29 de enero de 1870, se publica la siguiente información, “enterados los obreros de la fábrica La Industria Malagueña, de que el patrono don Martín Larios, había vuelto a Málaga, de la que se ausentó cuando los sucesos del 20 de octubre de 1868, se presentaron en su casa y con ruegos y lágrimas le pidieron visitara la fábrica y les perdonara, pues ellos fueron instrumentos de algunos intrusos interesados”.


El fallecimiento del I marqués de Larios se produjo en la capital francesa a los 75 años de edad, después de una larga enfermedad, el día 19 de diciembre de 1873, en su domicilio de la Plaza de Eylan, número 7, en el “distrito diez y seis” de París, quedando inscrita su defunción en el Registro Civil de ese distrito.


El día 20 de enero de 1875, poco más de un año después de haber fallecido, su cadáver, acompañado en todo momento por el cura de la parroquia parisina de Saint Honoré, fue trasladado desde el puerto de Marsella, a bordo del vapor Numancia, al de Málaga, donde las distintas corporaciones locales le tributaron honores. Sus restos, según la prensa de la época, estuvieron dos días expuestos en la Catedral de Málaga donde se celebró un solemne funeral.


Luego, tras un recorrido por las calles de la ciudad, acompañado por una gran muchedumbre, sus restos mortales fueron inhumados y depositados bajo una sencilla lápida en la cripta del asilo de las Hermanitas de los Pobres de la Explanada de la Estación, regido por la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Un centro que en 1868 había mandado construir el marqués a sus expensas y que había entregado a esa orden religiosa para que lo regentara.


La inhumación de Martín Larios quedó inscrita “en virtud de mandamiento del Sr. Provisor y Vicario General del Obispado (Málaga) con fecha ocho de junio de mil ochocientos setenta y seis” en la parroquia del Sagrario, y en el Registro Central de España lo fue con fecha de primero de agosto de 1912.



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viernes, 5 de marzo de 2021

Leyendas urbanas sobre los Larios (y II)

 

Es cierto que, según distintas fuentes, en Málaga ocurrieron una serie de asesinatos, entre los años 1890 y 1920, cinco mujeres de edades comprendidas entre los 18 y los 21 años fueron encontradas asesinadas en la orilla del río cercano a la casa del Cortijo Jurado, pero no existen casos de desapariciones sistemáticas en los archivos policiales de la época. Los cuerpos mencionados aparecían tras varios días de desaparición, sin constancia de que tuviesen algún tipo de signo de rituales satánicos o abusos sexuales.


Foto reciente del Cortijo Jurado.


También es verdad que algunos enlazaban estos hechos con los fusilamientos que tuvieron lugar en su entorno durante la Guerra Civil, en la que la construcción ejerció como hospital además de convertir sus sótanos en calabozos, pero es evidente que no coinciden las fechas con los asesinatos de los que se tiene constancia.


Pero la leyenda popular sigue manteniendo que, en una fecha indeterminada, todavía en el XIX, comenzaron a ocurrir en Málaga una serie de extrañas desapariciones de niñas que sistemáticamente fueron asesinadas tras ser objeto de las más diversas vejaciones y de rituales de índole satánico.


La familia Heredia no tardó en ser el punto de mira de las acusaciones de estos presuntos asesinatos, ya que se les suponía pertenecientes a la masonería -una vez más los masones como cabeza de turco-, que, presuntamente, prácticas satánicas que habrían importado de sus amistades en Francia y en Inglaterra.


Como se ha escrito, los cuerpos de estas niñas aparecieron en la ribera del río que corría cercano a la finca y que los mismos integrantes de la familia habrían llevado hasta allí por los túneles secretos que comunicaban el cortijo con el río. En los sótanos, habría máquinas de tortura que eran usadas en dichos rituales.


En las publicaciones especializadas y más tarde en las redes sociales comienzan a circular fotografías de supuestos espíritus en sus ventanas, orbes y figuras que toman forma en los vapores de las noches frías, más tarde, las sesiones de güija de supuestos adolescentes atrevidos confirman e incluso dan nombre y apellidos de las pobres criaturas que allí fueron presuntamente asesinadas, señalando en algunos casos el lugar exacto del patio donde están enterradas.


Parapsicólogos de reputación graban psicofonías, algunas de ellas estremecedoras, y algunos médiums salen sin respiración del cortijo tras sentir en sus entrañas la terrible presión de los hechos que allí acontecieron.


La realidad es que no existe ningún dato que implique a ninguna de las dos familias. Larios y Heredia, en los presuntos asesinatos ni constancia real de la existencia de los túneles mencionados que relacione a algunos de los Heredia con los terribles asesinos. Las fotografías que se pueden encontrar en la red, de supuestas figuras y luces, no tienen la claridad suficiente para poder tomarlas como prueba. Lo que hace pensar que nada oscuro ocurrió allí.


Los extraños ruidos y luces que observan los vecinos de la zona no son difíciles de explicar, pues el cortijo, antes de estar la entrada prohibida y vigilada, era un centro de peregrinación de los jóvenes malagueños en busca de aventura y de muchísimos grupos de investigación paranormal.


El grupo Mirador se hizo de la hacienda para construir un lujoso hotel de 200 habitaciones en 2002. Solo se pusieron en esos años las estructuras de hierro para evitar más desplomes ya que se trata de una construcción protegida. Después el cortijo pasó a manos de la promotora Promociones Pantie, envuelta en varios litigios judiciales.


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jueves, 4 de marzo de 2021

Leyendas urbanas sobre los Larios (I)

 

La dilatada historia de la relación de la familia Larios con Málaga también ha dado lugar al surgimiento de lo que hoy llamamos leyendas urbanas, que pueden tener una base de verdad, por pequeña que sea, y bastante más de fabulación, quizá y sobre todo motivadas por la discreción y muchas veces el secretismo que ha rodeado los avatares de la aristocrática familia malagueña.


Cortijo Jurado.


En el centro de esta leyenda está el Cortijo Jurado, que muestra su estilo señorial dominando el paisaje en el hoy distrito de Campanillas de la capital malagueña. De estilo ecléctico y neogótico, sus 2.500 metros cuadrados se articulaban en torno a un patio central, con capilla y torre mirador incluida. Más la friolera de 365 habitaciones con sus correspondientes ventanas, una por cada día del año.


No faltaban unos amplios establos, además de sótanos de los que al parecer partían pasadizos secretos que comunicaban la hacienda con el Cortijo Colmenares, actual sede del Club de Golf Guadalhorce, propiedad por aquel entonces de los Larios. Las distintas obras que se han ejecutado en el entorno de Campanillas no los han sacado a la luz, con lo que siguen formando parte de una leyenda popular que no para de crecer porque ni se confirma ni se desmiente su existencia. Lo cierto es que el paisaje de la zona ha cambiado mucho en los últimos años, tras la construcción de las autovías, canalizaciones y nuevas construcciones. Nadie se ha topado con los supuestos túneles.


La hacienda fue construida por encargo de la familia Heredia, otra de las grandes fortunas de la época a mediados del siglo XIX, aunque no se sabe con exactitud la fecha del año de inauguración ya que nunca se han encontrado las licencias de obra de un caserón en el que los Heredia pasaban sus días de recreo. El Cortijo Jurado también contaba con una extensa explotación agraria y ganadera. Su denominación actual no llegaría hasta 1975, cuando la familia Vega Jurado compra las instalaciones.


Los Larios compraron la finca a los Heredia en 1925, tras llevarles la filoxera y sus enormes gastos familiares a la bancarrota. Después llegarían a sus dependencias los Quesada e incluso un médico adinerado de Valladolid.


Con el paso del tiempo, el Cortijo Jurado se convirtió en lugar de peregrinación de investigadores del universo paranormal. La presunta presencia de luces y sombras en la noche así como los ruidos extraños que allí se producían atrajeron a curiosos y periodistas especializados en parasicología.


Próxima entrega: Leyendas urbanas sobre los Larios (y II)


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martes, 2 de marzo de 2021

La huelga de las mujeres de 1890 (y II)

 

Las tejedoras de Industria Malagueña, no estaban suficientemente organizadas para un conflicto laboral mucho más largo. El 28 de julio se celebra una manifestación por la ciudad, a la que acuden 8.000 trabajadores de ambos sexos bajo el lema “Los obreros de Industria Malagueña buscan la protección del pueblo malagueño. La unión es la fuerza”, recibida con vivas al llegar a la Alameda donde la imponente manifestación se disolvió de forma pacífica. A principios de agosto las negociaciones con los Larios siguen estancadas y el gobernador civil les comunica que “los Larios, antes de ceder, prefieren vender o traspasar la fábrica a una empresa catalana con quien ya está en trato”.


Palacio de los Larios.


El 6 de agosto los hombres acuden en bloque a la fábrica para trabajar esperando la incorporación de algunas de las mujeres para poder encender las máquinas y comenzar a producir. Se aseguraba que “si un número regular de tejedoras se acercaba al jefe indicando su deseo de trabajar se daría comienzo a la producción”.


La situación empuja a muchas tejedoras a abandonar definitivamente la fábrica para buscar empleo como criadas o jornaleras del campo. Entonces, el gobernador civil detiene a tres hombres que habían luchado en la huelga imponiéndoles 3.000 pesetas de fianza, a lo que le sigue la retirada del permiso de reunión y la carga represiva contra las mujeres que acuden a hablar con el gobernador para que liberara a los detenidos, represión gubernamental definida por el periódico Unión Mercantil como “censurable atropello”, para añadir que “hoy en día, nuestras instituciones apoyan al capital y no al pueblo trabajador, criminalizan la protesta y mantienen en vigor la ley mordaza”.


Finalmente y ante la imposibilidad de continuar la huelga a riesgo de ser expulsadas de la fábrica, represaliadas, heridas o incluso asesinadas, las obreras son derrotadas y enviadas de vuelta al trabajo. El 13 de agosto un tercio de las tejedoras había vuelto a la fábrica y el 14 de agosto ya trabajaban unas 2.000 obreras en 1.200 telares. Unos días después el gobierno civil liberará a los trabajadores presos.

lunes, 1 de marzo de 2021

La huelga de las mujeres de 1890 (I)

 

El día 20 de junio de 1890 la dirección de Industria Malagueña S.A. decide rebajar el jornal de algunas de sus trabajadoras en un cuartillo menos por cada pieza tejida a pesar que realizaban jornadas superiores a las 14 horas diarias, lo que motivó la llamada a la huelga..


Industria Malagueña.


Se produce una primera manifestación y posterior concentración frente a la casa de los Larios en la Alameda, donde los representantes de la familia les comunican que la empresa se encuentra en una mala situación económica y que su demanda es imposible de satisfacer. Un comité formado por algunas de las trabajadoras se dirige a la redacción del periódico Unión Mercantil para denunciar la nueva bajada de los salarios y dando comienzo así a la huelga.


Los días sucesivos se producen piquetes contra las mujeres que acuden a la fábrica y los operarios mecánicos se ven obligados a parar las máquinas, uniéndose a las mujeres en sus reivindicaciones. En una segunda reunión con el comité de huelguistas, mientras dos mil mujeres aguardan en el exterior, la casa Larios asegura que la fábrica no se había cerrado ya porque era el sostén de muchas familias aunque ya no producía beneficios.


A los obreros mecánicos contrarios a la huelga se les dijo que si querían volver a trabajar tendrían que convencer a las mujeres de que se reincorporasen y que “si tenían hambre se comieran a las mujeres responsables de la huelga”, palabras que encienden la indignación del conjunto de los trabajadores malagueños.


Durante los días siguientes las mujeres marchan en bloque para entrevistarse con el gobernador civil recibiendo cada vez una negativa pero, al conseguir más apoyo por parte de la prensa y de la clase obrera malagueña, algunas tejedoras ya prefieren morir de hambre a volver a la fábrica. “Vivir de esta manera no es vivir”, proclamaban, entre reuniones en su cuartel general de calle Jaboneros, discutiendo las líneas de acción a seguir y repartiendo lo recaudado solidariamente para resistir durante las jornadas de la huelga


Próxima entrega: La huelga de las mujeres de 1890 (I)

viernes, 8 de enero de 2021

Las andanzas del marqués de Salamanca y su relación con los Larios (y II)

Palacio del marqués de Salamanca en Madrid.


Tras la ingente inversión en el barrio de Salamanca, la situación económica de José de Salamanca empezó a decaer. Había dilapidado su fortuna de cerca de 400 millones de reales con la construcción del nuevo barrio y se vio obligado a vender gran parte de su colección de cuadros, entre los que había obras de Velázquez y Goya. En 1876 tuvo que deshacerse de algunas de sus propiedades inmobiliarias y de algunas de sus acciones ferroviarias. La situación cada vez era más crítica y su ruina ya era inminente.


Respecto a su relación con la familia Larios decir que se realiza a través de la finca Dehesa de Los Llanos. A mediados del siglo XIX, con la desamortización de los bienes eclesiásticos, la finca es adquirida por José de Salamanca y Mayol. Casualidades de la vida, o no, la magnífica finca, le fue embargada por un banco al marqués de Salamanca cuando su buena estrella se había apagado para ser adquirida después en subasta, en 1893, por el III marqués de Larios, José Aurelio Larios y Larios, hijo de Martín Larios, sobrino de Manuel Domingo Larios, que murió sin descendencia


Desde entonces, la Dehesa de Los Llanos se ha mantenido como propiedad familiar de los Larios y luego de los marqueses de Paul, a través de la herencia del IV marqués de Larios, José Antonio Larios Franco. Finca que en 1974 entró a formar parte de la sociedad La Humosa SA que agrupaba todas las actividades agrícolas de la familia y que en 1993 se integra en el Grupo Mazacruz, al que aún pertenece hoy.


En relación con Los Llanos existe otra leyenda que se atribuye al escritor y periodista Florentino Hernández Girbal, biógrafo de José de Salamanca y Mayol, y que señala que las primeras gestiones del marqués de Salamanca para hacerse con la propiedad las data allá por 1855, año en el que trajo el ferrocarril a la ciudad de Albacete.


En su relato, fabula con que el marqués de Salamanca, huyendo de Madrid, llegó a Albacete en una locomotora, vagando después por los trigales hasta tropezar con los restos de una ermita antigua, que no era otra que la ermita de la Virgen de Los Llanos.


Compró, según la versión del también periodista Joaquín Roa y Erostarbe, “dos leguas de lomas para ganados y producción del esparto; plantó 800.000 vides, de escogida calidad, para las que edificó grandes bodegas; y, por último, formó la posesión de Los Llanos, campestre mansión de un príncipe, con montes, estanques y alamedas, un caprichoso coto de liebres y un cercado para corzos, cocheras, caballerizas y jaulas para la cría de potros de silla y tiro; un inmenso palomar; y el palacio de la finca, edificio antiguo restaurado y ornado con rico mobiliario florentino, por cuyas habitaciones pasaron hombres de gobierno de todos los partidos españoles, notabilidades de las letras, la milicia y nobleza”.


Volviendo a la figura del marqués de Salamanca añadir que después de haber conseguido casi todo en la vida, murió el 23 de enero de 1883 arruinado en su Palacio de Vista Alegre en Madrid con una deuda de más de seis millones de reales.


Hay que decir, como hecho anecdótico, que el marqués de Salamanca murió dos veces. La primera en 1834 en una epidemia de peste, durante la cual cayó enfermo, dándolo por muerto. Pero Salamanca se despertó justo instantes antes de ser enterrado. Había sufrido un episodio de catalepsia. Su segunda muerte se produciría, como se ha dicho, en 1883 y esta vez sería la definitiva. 

martes, 1 de septiembre de 2020

Cierre de La Aurora


Definitivamente el 6 de octubre de 1910 (1*) cierra sus puertas La Aurora, fábrica especializada en los tejidos e hilados de algodón, además de lino y cáñamo. Contaba con 350 telares y 7.000 husos movidos por dos maquinas a vapor. Llegaron a trabajar allí hasta 800 personas.

La Aurora (Archivo de Luis Francisco Requena).
Enclavada , en el Arroyo del Cuarto, a la altura de la explanada de la estación, junto a los callejones del Perchel constituía el principal centro de trabajo de vecinos del Barrio de La Trinidad, quienes diariamente atravesaban terrenos de huertas para dirigirse a sus instalaciones. Esta circunstancia terminaría ocasionando la mudanza de los obreros a un nuevo barrio, más cercano a su trabajo, que fue llamado "La Pelusa", levantado en la antigua huerta del Álamo, al norte del Paseo de Los
Tilos.

Conocida como "fábrica chica", en contraste con Industria Malagueña que era la locomotora industrial de la familia Larios, había sido absorbida por ésta tras la muerte de Carlos Larios en 1895. Su mercado estaba en Andalucía, Argelia, Cuba, y los puertos de Tánger y Tetuán en Marruecos.

Sin embargo, la pérdida del mercado antillano en 1898, y más tarde la crisis del mercado interior, llevaron a los Larios a tratar de mejorar su cuenta de resultados desprendiéndose de unas instalaciones que, adquiridas por el Ayuntamiento, serían utilizadas como hospital durante la guerra de África y posteriormente por las Bodegas Larios, además de como campo de concentración tras la guerra civil.

Tras la demolición del edificio en 1992, se remodeló la zona para acomodar un gran centro comercial, denominado Centro Comercial Larios, que fue inaugurado en 1996 y remodelado en el año 2019.

(1*) Tanto los profesores Antonio Nadal como José Antonio Lacomba fechan el cierre de La Aurora en el año 1905, aunque informaciones periodísticas de la época se hacen eco del cierre de la citada compañía en octubre de 1910, lo que hace pensar que en el año 1905 La Aurora cesó su producción, pero no cerró sus instalaciones hasta 1910.


martes, 4 de agosto de 2020

Asesinatos en la Casa Larios

Dentro de los hechos trágicos que han marcado la trayectoria de los Larios, cabe reseñar que su apoderado general, Antonio Jiménez Astorga, nacido en Torrox (Málaga), recibió doce puñaladas, a plena luz del día 18 de marzo de 1905, frente a las oficinas de la Luz Eléctrica, en la calle Larios, cuando contaba con 68 años de edad, a manos del presunto anarquista Salvador Martín Criado.

Multitudinario entierro de Jiménez Astorga.

Como es sabido ningún miembro de la familia asistió a los grandes fastos organizados en Málaga como consecuencia de la apertura oficial de la calle Larios en 1891. Solo estuvo presente, precisamente, el apoderado de la Casa Larios, en aquel tiempo, Antonio Jiménez Astorga, que representó al conjunto de la familia.

Jiménez Astorga muere el día 22 y su entierro, celebrado en la tarde del día 23, fue calificado de suntuoso por la prensa de la época. Todos los establecimientos se cerraron y durante el paso del cortejo se suspendió la circulación de tranvías. Presidieron el duelo el obispo, el gobernador, el alcalde, los presidentes de la Audiencia, de la Diputación, Cámaras de Comercio y Agrícola, el marqués de Castrillo, en representación de la familia Larios, y otras personalidades.

Salvador Martín Criado fue detenido, juzgado y condenado a la pena de muerte. Durante la noche del viernes 18 de septiembre de 1906 descargó sobre Málaga una fuerte tormenta. Los trenes quedaron detenidos, las líneas telegráficas cortadas y aprovechando el temporal, se escaparon de la cárcel, limando los barrotes de una ventana y descolgándose por cuerda hasta la calle, seis presos que ocupaban el dormitorio número 4. Entre ellos se fugó Salvador Martín Criado. El suceso produjo una gran conmoción en la capital malagueña. El 2 de octubre El País (diario republicano), informaba en su portada de la captura de Martín Criado, que en lugar de huir se había refugiado en la casa de su madrastra en la misma ciudad de Málaga.

Otro asesinato, relacionado con la Casa Larios tuvo lugar el 9 de agosto de 1904 Un obrero apuñaló al ingeniero de la Casa, sr. Germain, cuando paseaba por La Alameda.

Si está interesado en conocer más hechos luctuosos relacionados con la Casa Larios puede hacerlo en los libros/reporteje “La herencia envenenada del marqués de Larios” y “Asesinato, masonería y franquismo” del periodista Ramón Triviño y que se pueden adquirir en el siguiente enlace: https://amzn.to/2PVjEzb

miércoles, 15 de julio de 2020

El conflicto de los colonos de Maro

El anuncio del Gobierno central, a principios de diciembre de 1996, dando a conocer que no se modificaría la Ley de Arrendamientos Rústicos Históricos, recrudece el prolongado conflicto entre los colonos de Maro y la empresa Azucarera Larios, propietaria de la finca Las Mercedes.

Asamblea de los colonos de Maro.
El 14 de diciembre, medio centenar de ellos deciden conducir sus protestas a un encierro en la Cueva de Nerja. Los cuatro partidos representados en el Parlamento de Andalucía presentan una proposición no de ley para instar al Gobierno a solucionar el conflicto, aunque éste no responde. La Sociedad Azucarera Larios, sin embargo, se compromete a iniciar negociaciones sobre las rentas y los contratos de arrendamiento a partir de enero.

Un conflicto, que se explica con detalle en el libro La herencia envenenada del marquues de Larios, que venía de lejos, que se prolongó durante más de 20 años y que vivió sus momentos álgidos en la década de los 90 del siglo pasado después de que al inicio de la citada centuria Larios cediera en arrendamiento a más de medio millar de colonos terrenos que tenía repartidos en los municipios malagueños de Nerja, Vélez-Málaga, Algarrobo y Torrox, después de que la Ley de Arrendamientos Rústicos Históricos reconociera el derecho de esos agricultores a acceder a la propiedad a precios sensiblemente más bajos que los de mercado, aunque para ello debían probar que eran históricos.

Larios argumentó que la mayoría no ostentaba esa condición, mientras que los colonos mantenían que la empresa renovó los contratos de manera que no quedaran antecedentes de su historicidad. El largo conflicto, en el que otros colectivos reclamaban indemnizaciones por las mejoras introducidas en las diferentes explotaciones, plagado de protestas en las calles y encierros de colonos y familiares, entre ellos el que tuvo como escenario el ya citado de la Cueva de Nerja, se fue resolviendo, por lo general, mediante sentencias judiciales y acuerdos bilaterales que lograron desactivar una situación social explosiva, que obligó en distintas ocasiones a la intervención del Parlamento de Andalucía.

Aunque años más tarde, en el transcurso del 2010, se vivió una reedición del conflicto, cuando cerca de 100 pequeños propietarios, que en su mayoría explotaban invernaderos hortofrutícolas en Torrox Costa (Málaga), se pusieron en pie de guerra contra la aprobación inicial de un proyecto urbanístico de 700.000 metros cuadrados, diseñado y promovido por Salsa, la antigua azucarera Larios, que poseía alrededor del 40 por ciento de los terrenos involucrados.

Una situación similar a la vivida en Vélez-Málaga, en donde se aprobó inicialmente otra recalificación, en base a otro proyecto gestionado por Salsa, que iba a afectar a un millón de metros y que tuvo que reducirse, al menos, a la quinta parte.


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miércoles, 29 de enero de 2020

Cierra Industria Malagueña

Los 130 años de existencia de Industria Malagueña concluyen el 3 de octubre de 1970, día en que cierra sus puertas de manera definitiva.

Industria Malagueña.
Además de auténtico hito en la historia de la industria textil española, Industria Malagueña se convirtió muy pronto en uno de los símbolos más emblemáticos de la actividad económica de la ciudad de Málaga.

Aunque finalizada la coyuntura favorable de la I Guerra Mundial, el  abandono de sus instalaciones, que cayeron en una total obsolescencia, hizo que dejara de ser competitiva frente a las fábricas catalanas, lo que provocó la primera crisis en 1968. Antes de esos años, mantiene una producción casi simbólica hasta su cierre en octubre de 1970, trabajando en sus últimos años con algodón procedente de Estados Unidos, de la India, de Jerez de la Frontera y de la Colonia de San Pedro de Alcántara, en donde se estaba cultivando desde 1912.

Hay que reseñar que en 1949 se consideraba entre las mejores de España, con una producción de 750.000 kilogramos de hilados y 8.000.000 de metros de tejidos, con un total de 1.100 obreros.
Industria Malagueña,  fue una empresa textil fundada en 1846 por las familias Heredia y Larios.

La fábrica estaba situada en el camino de Churriana, en el actual barrio de Huelin, y estaba destinada a la fabricación de hilados y tejidos de algodón, lino y cáñamo. En sus instalaciones disponía de talleres con telares mecánicos y husos de selfactina, oficinas, almacenes e incluso viviendas para los empleados en sus proximidades.


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jueves, 12 de diciembre de 2019

Las idas y venidas del marqués de Larios

El monumento al marqués de Larios es un conjunto escultórico urbano dedicado a Manuel Domingo Larios y Larios, II marqués de Larios, en la ciudad de Málaga. La escultura realizada por Mariano Benlliure, la más relevante de la ciudad, se encuentra situada en la intersección entre la Alameda Principal y la calle Larios, un lugar emblemático de la capital andaluza.

La escultura recientemente restaurada.
El 16 de agosto de 1895, el Ayuntamiento de Málaga y su alcalde, Ramón María Pérez de Torres, tomaba cuenta de la iniciativa lanzada por el periodista Nicolás Muñoz Cerissola, directores de periódicos y distintos ediles, proponiendo la realización de la estatua en homenaje al segundo marqués de Larios, constituyéndose la comisión encargada de analizar las gestiones y recaudar los fondos mediante suscripción pública, que decidiría entre las propuestas realizadas por los escultores Antonio Susillo, Agustín Querol, y el que finalmente se realizaría, el proyecto escultórico del valenciano Mariano Benlliure.

El 1 de enero de 1899 a las dos de la tarde tuvo lugar la inauguración del monumento, coincidiendo con la entrega a la Diputación Provincial del edificio anexo al Hospital Provincial construido por donación filantrópica de la familia Larios a la ciudad.

El 14 de abril de 1931, con la proclamación de la Segunda República, turbas de incontrolados derribaron la escultura del marqués, que fue arrastrada por las calles de la ciudad y finalmente arrojada al mar en el puerto. Durante las primeras horas de la jornada se izó una bandera republicana, y posteriormente se colocó en el pedestal la estatua de la Alegoría del Trabajo, que se encontraba en la parte trasera baja del monumento, ocupando el lugar de la del empresario.

Después de la guerra civil, la estatua del marqués de Larios fue recuperada de la dársena del puerto donde había sido arrojada y reubicada en su situación original, y en 1951 el monumento fue restaurado, recuperando su esplendor original. No obstante, faltaban algunas de las partes originales que completaban este monumento, como las guirnaldas floridas, el escudo de Málaga, y las cuatro figuras femeninas que había en las esquinas. Una de estas se conserva en el Museo del Patrimonio Municipal.

El monumento al marqués de Larios fue trasladado en 2019 unos metros hacia la calle Larios según el proyecto de semipeatonalización de la Alameda Principal, que ha servido para dejar el carril central al tráfico rodado, eliminando la rotonda, mientras que los laterales se peatonalizaron. El monumento se sitúa ahora en el lateral norte, apenas unos metros de donde se encontraba anteriormente y presidiendo la entrada a la calle Larios.

Antes  se procedió a una nueva restauración del monumento aprovechando el traslado. Para este cometido, se retiró primeramente la estatua de la Alegoría del Trabajo el 6 de septiembre de 2018, ​ mientras que la estatua del marqués fue retirada el 2 de octubre y el pedestal fue restaurado en la misma calle. El conjunto en su totalidad volvió a colocarse en la Alameda Principal el 8 de mayo de 2019.

martes, 6 de noviembre de 2018

Asesinato en calle Martínez de Málaga

Si hay un hecho misterioso relacionado con la vida del IV marqués de Larios y del que ha sido muy difícil encontrar información, ya que extrañamente no existen noticias en la prensa de la época y sí confusos relatos verbales, es el del asesinato de una joven doncella, Águeda Escalante Ortega, natural de Teba (Málaga) con 31 años de edad y dicen que de extraordinaria belleza, que trabajaba al servicio de la Casa Larios, entonces enclavada en la calle Martínez número cinco de Málaga. Desde el triste suceso hasta la fecha, una mano negra se ha encargado de echar tierra encima del asunto.

Calle Martínez en el pasado siglo.

Según la investigación, Águeda Escalante Ortega era novia de otro trabajador de los Larios -la familia tenía a su servicio cerca de 20 empleados domésticos-, concretamente de Tomás Martínez González, un botones (recadero), que al parecer en ocasiones hacía las veces de mozo de comedor.

El marqués de Larios, José Antonio Larios Franco, que tenía fama de ser lo que en lenguaje vulgar se denomina un pichabrava y que otros definen como un bandolero del amor, se encaprichó con la joven y guapa doncella, lo que ocasionó los celos del novio que la mató a puñaladas con un estilete el día 14 de marzo de 1944. Según la autopsia, las heridas sufridas causaron una gran hemorragia que determinó el fallecimiento de la víctima.

Según las fuentes, el asesinato se cometió en el conocido como cuarto de las maletas, en el que se ubicaban los termos del agua caliente, y que estaba contiguo al vestidor de la marquesa y en donde, tras el trágico suceso, Pilar Príes ordenó colocar en la pared un crucifijo, que se mantuvo hasta el cierre de la casa. Desde entonces quedó prohibido mantener relaciones entre el personal de servicio, aunque siempre las hubo pero se llevaban en secreto.

El presunto autor de los hechos fue detenido de inmediato, tras el griterío del personal del servicio, al parecer, después de que el marqués descubriera el cuerpo sin vida de la doncella que estaba escondido en un armario del que goteaba sangre, ya que vio fluir un líquido verde, en lugar de rojo. José Antonio Larios era daltónico. Tomás trató de quitarse la vida, intentando saltar al vacío desde la terraza de la casa, adonde se había encaramado durante la confusión.

Tomás Martínez González fue juzgado por la Audiencia Provincial de Málaga el 9 de diciembre de 1947 y condenado, en la sentencia número 371, por delito de asesinato a la pena de 20 años y un día de reclusión mayor, accesorias y al pago de 15.000 pesetas a los herederos de Águeda Escalante. Según las fuentes, fue agraciado con el premio gordo de la lotería de Navidad durante su estancia en prisión. Añadir que el sumario de la causa número 64/1944 del Juzgado de Instrucción nº1 de Málaga no ha podido ser localizado.












lunes, 15 de octubre de 2018

La familia Larios y la beneficencia

Casa de Socorro del Llano de la Trinidad.

La Casa Larios ejerce una gran influencia en la vida económica, política y social de la provincia y zonas limítrofes durante la época de la Restauración, entre las acusaciones de la izquierda por su dureza en las relaciones laborales, y el reconocimiento de sus partidarios por la creación de riqueza y su labor benéfica, que era pródiga. El 25 de julio de 1912, día de Santiago, fue instituido por la propia marquesa para entregar los premios a "la virtud, honradez y el trabajo".

Este año, el acto tiene lugar en la granadina localidad de Loja. La labor benéfica de los Larios se remonta al primer marqués, Martín Larios y Herreros, fundador del asilo de las Hermanitas de los Pobres en 1868. El Hospital Civil fue también en buena parte posible por la financiación de la familia, que costeó el equipamiento de dos quirófanos, los pabellones infantil y psiquiátrico y otras instalaciones.

Bien entrado el siglo XX, concretamente en 1918, se constata otra donación de los Larios, que proporcionan el terreno para la construcción del interesante edificio que ocupó la casa de socorro del Llano de la Trinidad, obra del arquitecto Fernando Guerrero Strachan.