Estamos
en septiembre de 1868, el mes en la que la llamada la
Gloriosa o Revolución de Septiembre o la Septembrina,
una sublevación militar con elementos civiles que tuvo lugar en toda
España, supone el destronamiento y exilio de la reina Isabel
II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático
(1868-1874).
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| Martín Larios. |
Este
movimiento también triunfa en Málaga, donde existía un
enorme malestar entre la clase trabajadora por sus pésimas
condiciones laborales. El 20 de octubre los obreros de las empresas
textiles, Industria Malagueña y La Aurora, marcharon
hacia el palacete de los Larios.
La
familia Larios vivía en la Alameda Principal de Málaga,
números 1 y 3, en lo que se llamó la Casa de los Larios,
popularmente conocida por el apelativo de la gallina papanatas,
por las tres bolas en forma de huevo que culminaban el edificio.
La
asaltaron y persiguieron a familiares y personal de servicio. Las
mujeres huyeron por el tejado; el I marqués de Larios, Martín
Larios y Herreros, su hijo Manuel Domingo y su sobrino,
Ricardo Larios y Tassara, fueron retenidos por la muchedumbre
para después ser rescatados por la milicia.
Bajo
la protección del gobernador militar, la familia Larios, que
entonces manifestaron no ser conscientes del malestar acumulado entre
sus trabajadores y que decidieron incrementar en un 20 por ciento sus
salarios, se dirigen al puerto de Málaga, bajo protección,
para embarcar rumbo a Gibraltar, desde donde viajaron a
Londres y después a París, donde se establecieron
durante años.
Martín
Larios no volvió nunca a Málaga salvo cuando regresó de
incógnito para visitar sus posesiones en Torre del Mar
(Málaga), sin pasar por la capital. Entonces, un grupo de
obreros de la compañía pidieron disculpas por los acontecimientos
ocurridos años atrás y, a pesar de que las aceptó, el marqués
regresó a Francia.
Estos
hechos los refleja la prensa de la época que recoge el 19 de marzo
de 1869, un suelto en el que da cuenta de la contestación del
marqués de Larios a una misiva que le habían dirigido los
obreros de sus fábricas en Málaga. El texto de la
información rezaba, “Don Martín Larios contestó desde
Torre del Mar a la carta que le dirigieron sus obreros,
perdonando la agresión y excusándose de volver hasta que pasara más
tiempo”.
En
otros medios de prensa también existe constancia de la mencionada
visita de los obreros a Martín Larios. Concretamente el 29 de
enero de 1870, se publica la siguiente información, “enterados los
obreros de la fábrica La Industria Malagueña, de que el
patrono don Martín Larios, había vuelto a Málaga, de
la que se ausentó cuando los sucesos del 20 de octubre de 1868, se
presentaron en su casa y con ruegos y lágrimas le pidieron visitara
la fábrica y les perdonara, pues ellos fueron instrumentos de
algunos intrusos interesados”.
El
fallecimiento del I marqués de Larios se produjo en la
capital francesa a los 75 años de edad, después de una larga
enfermedad, el día 19 de diciembre de 1873, en su domicilio de la
Plaza de Eylan, número 7, en el “distrito diez y seis” de
París, quedando inscrita su defunción en el Registro
Civil de ese distrito.
El
día 20 de enero de 1875, poco más de un año después de haber
fallecido, su cadáver, acompañado en todo momento por el cura de la
parroquia parisina de Saint Honoré, fue trasladado desde el
puerto de Marsella, a bordo del vapor Numancia, al de
Málaga, donde las distintas corporaciones locales le
tributaron honores. Sus restos, según la prensa de la época,
estuvieron dos días expuestos en la Catedral de Málaga
donde se celebró un solemne funeral.
Luego,
tras un recorrido por las calles de la ciudad, acompañado por una
gran muchedumbre, sus restos mortales fueron inhumados y depositados
bajo una sencilla lápida en la cripta del asilo de las Hermanitas
de los Pobres de la Explanada de la Estación, regido por
la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paúl. Un centro que en 1868 había mandado
construir el marqués a sus expensas y que había entregado a esa
orden religiosa para que lo regentara.
La
inhumación de Martín Larios quedó inscrita “en virtud de
mandamiento del Sr. Provisor y Vicario General del Obispado
(Málaga) con fecha ocho de junio de mil ochocientos setenta y
seis” en la parroquia del Sagrario, y en el Registro
Central de España lo fue con fecha de primero de agosto de 1912.
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