La esclavitud ha existido en todas las épocas y culturas, pero cuando se habla de ella en España mucha gente piensa en los esclavos de la antigüedad o en los negros del sur de los Estados Unidos durante la época de la guerra de Secesión.
Esclavos moriscos. |
Repasando las efemérides malagueñas del siglo XVII encuentras una noticia fechada el día 24 de septiembre de 1690 que informa del entierro “en el Sagrario del cuerpo de Jaime Francisco, esclavo de D. Jaime Blanco, a quien mataron”. Una información que sirve de pretexto para conocer la existencia en Málaga de la esclavitud.
En el trabajo de Carmen Urbaneja Caffarena, técnico de Archivos y Bibliotecas en el Ayuntamiento de Málaga, titulado La esclavitud en Málaga en el siglo XVI se explica de forma pormenorizada la existencia, especialmente en el sur de España, de la esclavitud.
En 1568 se inicia la rebelión de los moriscos del reino de Granada que estuvo motivada, por un lado, por la explotación económica a que estaba sometida la población morisca por parte de los cristianos viejos. Por otra parte, por la Pragmática Sanción de 1567 que supuso una agudización de la imposición a los moriscos de la cultura cristiana a expensas de su propia cultura.
Como consecuencia se produce el levantamiento de las Alpujarras y la consiguiente deportación y esclavización de los moriscos sometidos. Estas esclavizaciones, produjeron un fuerte debate en las altas instancias políticas y eclesiásticas de la corona.
La esclavitud de guerra era una medida reservada a los infieles y los moriscos que eran, desde 1500, cristianos. Sin embargo, ya en marzo de 1569 el monarca decidió, tras consultar a teólogos, que la población morisca podía ser esclavizada al haber cometido un delito de “lesa magestad divina y humana”, es decir, haberse sublevado contra la corona y contra Dios, por tanto podían ser considerados apóstatas.
La única limitación fue la de establecer que lo niños menores de 10 años y medio y las niñas menores de 9 años y medio no podrían ser considerados esclavos, sino que pasarían a la administración de cristianos viejos para ser educados en la fe y cultura castellanas quedando libres de todo vínculo al cumplir los 20 años.
La intención básica de esta orden era la integración de la población morisca en la omunidad cristiana-vieja a través del adoctrinamiento religioso para, finalmente, adquirir la libertad jurídica que los convertiría en miembros de la sociedad civil. En el caso concreto de Málaga, como consecuencia del levantamiento de las Alpujarras, fueron capturados en Frigiliana 3.000 moriscos que fueron vendidos en Málaga como esclavos. La corona ordenó que los dueños de menores debían registrarlos, asegurándolos que se los cederían en administración hasta la edad límite de 20 años para los varones y 19 para las hembras. Quedaban obligados a mantenerlos y educarlos y, a cambio, podrían emplear su servicio hasta haber cumplido la edad en la que debían darle la libertad.
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