Mastodon Málaga y sus historias: Luis Cernuda y Málaga

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jueves, 1 de septiembre de 2022

Luis Cernuda y Málaga

 

Para el poeta Luis Cernuda, nacido en Sevilla el 21 de septiembre de 1902, la ciudad y la provincia de Málaga fueron lugares muy especiales donde conoció la felicidad y la amistad.

Al morir la madre de Cernuda en el verano de 1928, el poeta se sintió libre de abandonar Sevilla. Camino de Madrid, pasó unos días en Málaga con los responsables de la imprenta Sur, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre, quienes un año antes habían publicado el libro del poeta Perfil del aire, como un suplemento de la revista Litoral. Ésta fue la primera vez que Cernuda vio el mar y el espectáculo le impresionó tantoque incluyó una recreación de la costa malagueña en el relato El indolente, escrito en 1929, en donde el poeta recreó nítidamente la costa malagueña aunque sin citarla por su nombre, pero el paisaje, las costumbres, la flora, la presencia borrosa de las montañas africanas en el horizonte remiten, sin duda, al litoral malacitano.


Luis Cernuda en una playa de Torre del Mar.


Conoce también en esta corta estancia a José María Hinojosa, quien le mostrará distintos puntos de la provincia, como Ronda, el pantano de El Chorro y Campillos, pueblo natal de Hinojosa. Este primer encuentro con el grupo malagueño de poetas y con el mar se dejaría sentir en su obra.

Después de Madrid viajó a París y a Tolouse para ocupar el puesto de lector de español. En cuanto experimento con el automatismo propuesto por los surrealistas durante su estancia en París, sus poemas recogidos en el libro Un río, un amor representaron un paso decisivo en la carrera del poeta.

Unos años más tarde, Cernuda estuvo en Málaga de agosto a septiembre del 33, en compañía de Emilio Prados, Bernabé Fernández-Canivell, impresor con el que desde entonces le uniría una gran amistad, hasta el punto de dedicarle el poema titulado Los fantasmas del deseo, de su libro Donde habite el olvido, y con los hermanos Carmona, el pintor Darío y Gerardo, con quien mantendría una relación amorosa muy feliz.

Son días nuevamente de gozosas excursiones al mar, ya sea en las playas de la capital o en las de Torremolinos. En poemas como El joven marino, A un muchacho andaluz o Soliloquio del farero el mar y el paisaje andaluz aparecen mitificados. Pero será en el poema Elegía anticipada, incluido en Como quien espera el alba, de 1947, donde Cernuda evocará aquellos días dichosos en la costa malagueña, que califica como cima de su vida. En este texto se adivinan, como recordaría Vicente Aleixandre en el homenaje que el Grupo del 27 y la revista Cántico dedicarán al poeta sevillano, el primero que se le haría en España, rincones de la ciudad malagueña, como el Cementerio Inglés y las orillas del mar. Y se alude asimismo a esa breve pero intensa relación con Gerardo Carmona en versos bañados por una luz paradisíaca.

Volverá Cernuda a la provincia y a la capital malagueña un año después, en 1934, en esta ocasión gracias a su trabajo en las misiones pedagógicas de la II República española. Se conservan algunas fotografías de su paso por Marbella, Torre del Mar, Vélez y Málaga, en compañía de nuevo de Prados y Bernabé. A raíz de esas estancias, confesará en noviembre de ese año su “sensación de insistir en algo que ya nos dio todo lo que tenía que darnos. Y Málaga me dio tanto... Parecía como si, muerto, visitase los lugares donde viví”.

Mucho más tarde, ya en el exilio, Cernuda seguiría pensando de forma emocionada en Málaga, como puede comprobarse en el texto El estío del libro Ocnos. En febrero de 1938 sale de España para nunca más regresar. En el domicilio de la también escritora y exiliada Concha Méndez, en el amanecer del 5 de noviembre de 1963, fallece repentinamente de un ataque al corazón. Fue enterrado en el Panteón Jardín de la ciudad de México. Una plaza de Málaga lleva el nombre del poeta.

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