La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial no significó que los malagueños no tomasen partido por uno de los dos bandos en combate. Mientras que los grupos de izquierdas apoyaban al bloque aliado (Inglaterra, Francia, Rusia y Serbia, entre otros países), los de derechas se inclinaron hacia las llamadas potencias centrales (Alemania, el imperio austrohúngaro, el otomano y Bulgaria).
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Trinchera durante la I Guerra Mundial. |
A medida que el tiempo discurrió, el enconamiento entre aliadófilos y germanófilos aumentó. Las posturas eran irreconciliables. El momento de mayor tensión se produjo en la primavera de 1917 con la disputa entre los que respaldaban el 'Álbum para la amistad hispano-germana' y los inscritos en la Liga Antigermanófilos, como los republicanos malagueños Pedro Gómez Chaix, Pedro Armansa, J. Cintora y E. Baeza.
La prensa de la época también mantuvo una actitud partidista. Los medios germanófilos atacaron a los países aliados, por entender que el bando alemán favorecía más a los intereses comerciales de Málaga. Por su parte, los aliadófilos consideraban que, en caso de que España rompiese su neutralidad, debería lucharse junto a Francia e Inglaterra. En las páginas de 'El Popular' se insistía en el argumento republicano de que en la guerra se enfrentaban «los ideales de la reacción contra los de la libertad».
Detrás de ambas posturas había motivos económicos de distinto tipo. Los aliadófilos defendían las relaciones comerciales con franceses e ingleses que venían de antiguo. Los germanófilos apostaban por los negocios especulativos. La división en la sociedad malagueña se prolongó hasta que terminó la guerra. La conflagración mundial repercutió en la economía malagueña. De ese modo, se vieron muy afectadas las exportaciones, que eran la base principal del comercio de la ciudad.
Fuente documental: La Gran Guerra dividió a los malagueños. Ángel Escalera. Diario Sur, 16 de noviembre de 2014
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