El Mar de Alborán, que baña las costas de Málaga, es una zona con muchas fallas activas. En los siglos XVIII y XIX se documentaron varios temblores sentidos con claridad en la ciudad. Málaga ha sido escenario de más de 20 terremotos relevantes desde el siglo XVI, aunque la mayoría no causaron daños graves.
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Daños del terremoto de 1884 en Alcaucín. |
Es destacable el terremoto de Málaga de 1860 que tuvo lugar el día 9 de octubre en la provincia. El seísmo tuvo su epicentro en la Sierra de Aguas, entre los actuales términos municipales de Álora y Carratraca y tuvo una intensidad de 9 en una escala de 10. El temblor se sintió en la ciudad de Málaga a las 7.15 horas de la mañana. Según un informe detallado enviado al rey Carlos II , la Catedral fue el único edificio de la ciudad que no sufrió daños. Las víctimas mortales estuvieron en torno a las 70 personas y otras cien resultaron heridas. El temblor también se sintió en el mar, ya que fue sucedido por un maremoto.
Otro movimiento importante fue el de Arenas del Rey (Granada) ocurrido el 25 de diciembre de 1884, con epicentro en la citada localidad de la comarca de Alhama de Granada. El temblor tuvo una magnitud de entre 6,2 y 6,5 en la escala de Richter, y duró aproximadamente 10 segundos con un hipocentro de entre 10 y 20 kilómetros, causando entre 1.050 y 1.200 víctimas, y alrededor del doble de heridos. Destruyó unas 4.400 casas y originó daños en otras 13. 000. Las zonas más afectada en la provincia malagueña fueron las comarcas de la Axarquía y la de Antequera.
En el de 1755, conocido como el terremoto de Lisboa, que tuvo numerosas réplicas durante todo el mes de noviembre, fue preciso cerrar al tráfico de carretas varias calles malagueñas —Granada, Beatas y calle Nueva, entre otras—, por el peligro de derrumbe de edificios ante las escasas vibraciones que pudieran producir los carruajes a su paso.
El informe del Alcalde Mayor de la ciudad fechado el 1 de diciembre de 1755, recogía el siguiente texto: «… se ha notado que muchas casas que entonces se presentaban ilesas y sin daño alguno manifestaron de allí ha tiempo hallarse ofendidas y algunas de ellas en estado de demolerse enteramente o la mayor parte, como se ha ido ejecutando y apuntalando otras para precaver los perjuicios al común».
Especialmente curioso en este seísmo fue que, algunos vecinos, corrieron la voz por toda la ciudad de que «el mar se salía de madre», con lo que los malagueños atemorizados abandonaron por completo sus casas. El gobernador se vio obligado a sacar las tropas para evitar que los ‘amigos de lo ajeno’ hicieran su ‘agosto’ en el mes de noviembre. Situó además una guardia en la Puerta del Mar que daría el aviso, si es que las aguas invadían la ciudad, haciendo sonar la ‘campana de Espantaperros’.
También hay que incluir la serie sísmica de Torremolinos (1910), una serie de sismos moderados entre enero y marzo de 1910 que sacudió la zona de Torremolinos y Benalmádena. No causaron grandes daños, pero alarmaron a la población y dejaron constancia de la actividad sísmica en la Costa del Sol.
Aunque no lo parezca a simple vista, Málaga y la costa sur de España están en una zona sísmicamente activa. Esto se debe a que se encuentran cerca del límite entre las placas tectónicas Euroasiática y Africana.
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