En sus ‘Efemérides malagueñas’ Díaz Escovar se hace eco de una noticia que fecha el 15 de septiembre de 1856 que informaba del regreso a Málaga de un anciano que durante muchos años había estado en poder de los rifeños.
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Mapa del Protectorado español. |
Según la citada información, este hombre había marchado a Melilla dejando en su pueblo mujer e hijos. Al caer en poder de los moros estos le vendieron por treinta reales y su amo lo revendió por sesenta. Según el relato de los hechos, el malagueño consiguió escapar al interior del país y luego viajó al litoral donde un día ‘cierto sujeto’ que visitaba la zona escuchó hablar español y preguntó al anciano por su historia, dando la casualidad de que conocía a sus hijos.
Al regresar a España comunicó a su familia lo que le había sucedido. Sus descendientes no dudaron en viajar a África para, de acuerdo con un patrón de barco, traerse a su padre que allí había contraído matrimonio con una esclava del mismo amo a quien servía.
Este suceso se produjo en un periodo en el que las las relaciones entre España y las tribus del Rif, en el norte de Marruecos, estuvieron marcadas por conflictos y tensiones. Las incursiones y enfrentamientos eran frecuentes, especialmente en las zonas cercanas a Melilla y Ceuta. Estas tensiones culminaron en la Guerra de África (1859-1860), en la que España buscaba afirmar su influencia en la región. Por su parte, los rifeños, conocidos por su resistencia y organización tribal, a menudo realizaban incursiones en territorios controlados por España, lo que provocaba represalias y escaladas de violencia.
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