El palacio de los marqueses de
Sotomayor, en
Pizarra, es el
escenario de la conferencia sobre la contienda de
Marruecos que se celebra los
días 4, 5 y 6 de febrero de 1922.
 |
Asistentes a la conferencia de Pizarra. |
Asisten el presidente del Gobierno, Antonio Maura; los
ministros del Estado, Manuel González Hontoria; de Marina, marqués de Cortina,
y el de Guerra, Juan de la Cierva; el alto comisario en Marruecos, Dámaso
Berenguer Fusté; el jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Buhigas, y el
jefe de la escuadra de Africa, almirante Aznar, entre otros jefes militares.
El motivo de la reunión era la necesidad de afrontar una
solución para Marruecos en donde meses antes se había producido el desastre de
Annual y diseñar la operación militar en
la zona de Alhucemas.
Según publicaba el 31 de enero de 2013 el blog Pizarra en el
Recuerdo, el ánimo de la citada conferencia era deliberar y resolver la grave crisis militar que incendiaba el
Protectorado de España instituido por la Conferencia Internacional de Algeciras
sobre Marruecos septentrional en 1906.
El desastre de Annual sufrido en 1921 había infligido una
herida abierta en las entrañas de la nación. Era preciso proceder sin demora
mediante la delineación de una nueva estrategia acorde a las adversas
circunstancias así rigurosamente bélicas como meramente económicas del
protectorado, y a tal fin fue convocada una conferencia política y militar por
el nuevo gabinete de Maura.
 |
Palacio de los marqueses en 1922. |
Según el mismo blog la sede elegida, el palacio de los marqueses de Sotomayor de la villa de Pizarra, elegante edificio erigido a
principios de siglo con arreglo a las prescripciones estilísticas del arte
neomudéjar en auge, fue propuesta por Juan de la Cierva Peñafiel, a la sazón
ministro de la Guerra, quien había experimentado una grata impresión durante su
visita junto al rey Alfonso XIII en calidad de ministro de Fomento el
día 21 de mayo de 1921 con ocasión de la inauguración oficial del embalse del
Conde del Guadalhorce. Su proximidad de las costas africanas propiciaba además
el pronto desplazamiento de los máximos jerarcas militares españoles destinados
en Marruecos.