Mastodon Málaga y sus historias: San Telmo
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jueves, 12 de junio de 2025

La enseñanza náutica

 

La historia de la enseñanza náutica en Málaga está estrechamente vinculada al Colegio de San Telmo, una institución emblemática que desempeñó un papel fundamental en la formación de navegantes desde el siglo XVIII.


En este edificio se ubicó el Colegio de San Telmo.


El Real y Militar Colegio Náutico de San Telmo fue fundado, con el impulso de José de Gálvez, por la Corona el 19 de marzo de 1787, en respuesta a la creciente necesidad de formar pilotos y marineros cualificados para la Armada y la marina mercante. Su creación se enmarca en el contexto de las reformas ilustradas que promovían el desarrollo del comercio y la navegación, especialmente tras el decreto de Libre Comercio de 1765 y el Reglamento de libre comercio con América de 1778, que autorizaban el comercio entre España y las colonias americanas a través de puertos como el de Málaga.

El colegio se estableció en el edificio que anteriormente había sido un colegio-noviciado jesuita consagrado a San Sebastián. Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, el edificio fue reutilizado para albergar la nueva institución náutica, adoptando el nombre de San Telmo en honor al patrón de los marineros, San Pedro González Telmo.

En 1847, dentro de un proyecto de reorganización del sistema educativo, el Colegio de San Telmo fue suprimido. Sin embargo, la enseñanza de náutica continuó en Málaga con carácter oficial a través del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza que acabaría por ser instalado en el caserón de San Felipe Neri en 1846.

Posteriormente, en 1859, se fundó la Escuela Profesional de Náutica de Málaga, situada en el colegio de San Telmo. Esta institución continuó la tradición de formación náutica en la ciudad, adaptándose a las necesidades socioeconómicas de la época y a los cambios en el sistema educativo español.

miércoles, 27 de marzo de 2024

La voladura de la Torre de San Telmo

 

Con motivo de la construcción del muelle de Levante en el puerto de Málaga, se estuvo extrayendo roca del cerro donde se hallaba la Torre de San Telmo desde el 22 de septiembre de 1722 hasta julio de 1786. No afectaron a la torre, pero ya se inició el progresivo desmonte que concluiría con la demolición de la misma.


La torre antes de la voladura de 1880. Foto: Biblioteca Cánovas del Castillo.


Aunque se supone que se extraería más roca para otras obras, no se han encontrado más referencias a voladuras en este cerro hasta mayo de 1879, que tenían por objeto, al igual que lo anterior, nuevas obras en el puerto, las cuales necesitaban de piedras de gran tamaño y que no dudaban en sacarse de allí.

El 24 de febrero de 1880 tuvo lugar una voladura de grandes proporciones y tras la detonación de veintiún mil kilos de pólvora se obtuvieron cien mil metros cúbicos de piedra, volviéndose a repetir una nueva voladura el 16 de junio siguiente, quedando la torre herida de muerte.

El 26 de agosto de 1889 se efectuó la quinta voladura en el cerro, hundiéndose definitivamente y cayendo al vacío junto con toneladas de piedras, consumándose así la definitiva desaparición de la torre, testigo mudo del paso del tiempo, la destrucción de un monumento histórico-artístico con, al menos, casi cuatro siglo de vida.

El segundo motivo que da lugar a estas voladuras fue a de la seguridad, pues este cerro, sobre todo en épocas de lluvias, desprendía rocas, a veces de gran tamaño, que caían sobre el camino que iba de Málaga a Vélez-Málaga, suponiendo un riesgo para el tráfico y no fueron pocas las veces que aparecieron noticias en la prensa dando cuenta del peligro y de la necesidad de solucionar el problema, habiéndose dado el caso en una ocasión, de que debido al desprendimiento de un enorme trozo del cerro provocó el corte del camino, debiéndose habilitar uno nuevo por el interior, a través de Cerrado de Calderón.


Fuente documental: Blog Investigaciones Históricas Provinciales Malagueñas, agosto 2020

viernes, 26 de abril de 2019

De cuando se inauguró el Museo de Bellas Artes

En los salones de un inmueble de la calle del Císter, esquina con Pedro de Toledo, cedidos por la Casa Larios con una renta muy discreta, el 17 de agosto de 1916 se inaugura el Museo Provincial de Bellas Artes.

Palacio de la Aduana.
Tras el Real Decreto del 24 de julio de 1913 que establecía la creación de museos provinciales, se iniciaron de inmediato las gestiones del presidente de la Academia de Bellas Artes de San Telmo, Ricardo Gross, marqués de Casa Loring, para que el proyecto de Málaga saliera adelante.

Tres años más tarde así ocurre, si bien sólo con una pequeña subvención y un guardia municipal con labores de conserje cedidos por el municipio.

Los cuadros de la Academia y algunos prestados por el Estado se completan gracias al pintor Muñoz Degrain, que donó óleos propios y otros de su propiedad. Cuatro años después, el 22 de mayo de 1920, este edificio se vende a la Institución Teresiana y la Academia de Bellas Artes de San Telmo accede a la solicitud del Patronato del Museo para albergarlo en su sede.

Tendrán que pasar muchos años y demasiadas vicisitudes para que los fondos del museo encontraran su sede definitiva en el Palacio de la Aduana, construido en el siglo XVIII, que integra por primera vez en la historia dos destacadas colecciones, que permanecieron almacenadas sin centro expositivo durante casi 20 años, desde 1997 hasta la apertura de la nueva sede el 12 de diciembre de 2016.

El Museo de Málaga es hoy un centro expositivo que da cabida a las colecciones de dos instituciones museísticas malacitanas, el Museo de Bellas Artes de Málaga y el Museo Arqueológico Provincial de Málaga, contando con más de 15.000 referencias en arqueología y una amplia colección pictórica de 2.000 obras producidas entre los siglos XIX y XX. Es el quinto museo más grande de España y el mayor de Andalucía.