Mastodon Málaga y sus historias: confitería
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lunes, 3 de febrero de 2025

La confitería ‘La Exquisita’

 

La Confitería "La Exquisita" es un emblemático establecimiento de Málaga, fundado en 1934 en la calle Cister. Durante más de 80 años, ha deleitado a los malagueños con una variedad de dulces artesanales, destacando especialidades como los roscos de vino, dulces de hojaldre y torrijas.


La Exquisita en la avenida Carlos Haya.


En 2014, debido al encarecimiento del alquiler, la confitería cerró su local matriz en la calle Cister. Sin embargo, para mantener viva la tradición y seguir ofreciendo sus productos, "La Exquisita" había expandido previamente su presencia en la ciudad con otros establecimientos, como el de la Avenida Carlos Haya, 145, el enclavado en Echeverría (El Palo) o en calle Reding, 3 (La Malagueta).

A lo largo de su historia, "La Exquisita" se ha consolidado como un referente en la repostería malagueña, siendo especialmente concurrida durante festividades como la Semana Santa y la Feria de Málaga. Su compromiso con la calidad y la tradición ha permitido que, a pesar del cierre de su local original, la confitería siga presente en la vida de los malagueños a través de sus otros establecimientos.

Además, "La Exquisita" ha sido reconocida por la calidad de sus productos, como el roscón de Reyes, siendo destacada entre las confiterías más antiguas y apreciadas de la provincia.

lunes, 9 de mayo de 2022

La confitería María Manín

 

Tres generaciones de pasteleros mantuvieron abierta una de las más famosas confiterías de Málaga, Casa María Manín, que abrió sus puertas en 1894 y que cerró en el año 1966. Una pastelería que llegó a ser proveedora de la Casa Real.


Calle Granada en 1930.


Ubicada primero en el número 35 de la calle Granada, después, por la necesidad de ampliar su obrador ante la elevada demanda, en el número 20 de la misma calle, sus borrachuelos, roscos y sus tortas eran exportados a diferentes puntos de la geografía española, para atender el deseo de aquellos malagueños que residiendo fuera de Málaga añoraban los famosos dulces de la Casa de María Manín. En la memoria de los malagueños con mayor edad todavía queda en su recuerdo el olor de los dulces que al salir del horno inundaban calle Granada.

Según algunas fuentes, las colas que se formaban ante la confitería llegaban a requerir la presencia de la Policía Local, para intentar poner orden entre la ansiosa clientela, lo que obligó también a limitar a medio kilo la cantidad máxima a adquirir en cada compra.

Con el paso del tiempo la Casa María Manín fue modernizando sus instalaciones y ampliando su plantilla, pero sin perder nunca las características y propiedades de sus productos, elaborados siempre con las mejores materias primas.

El contacto con la Casa Real se inició tras la visita a la confitería de parte de la familia real, algunos de los infantes, que degustaron los dulces, muestra de la una tradición malagueña, y que a partir de aquel momento eran solicitados desde Madrid, casi siempre coincidiendo con las fiestas navideñas.