Mastodon Málaga y sus historias: duelo
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jueves, 26 de mayo de 2022

Un periodista que se batió en duelo

 

Adolfo Suárez de Figueroa y Ortega, nacido en Estepona (Málaga) en 1860, fue un periodista hermano del también periodista Augusto Suárez de Figueroa,que alcanzó fama y renombre en Madrid, donde comenzó su carrera colaborando en 1880 en las páginas de El Imparcial, junto a su hermano. Allí destacó pronto su personalidad y categoría profesional dedicándose a las informaciones parlamentarias. Abandonó El Imparcial para entrar en 1885 en la redacción de El Resumen, órgano del Partido Reformista liderado por el general López Domínguez y que dirigía su hermano Augusto.


Portada de El Resumen.


Allí desarrolló sus labores periodísticas hasta que en 1893 Canalejas le ofreció a Augusto la dirección de El Heraldo de Madrid, quedando entonces Adolfo al frente de El Resumen. En 1895 se produjo un duro enfrentamiento entre López Domínguez y Adolfo Suárez, quien lo atacó directamente en un artículo del 26 de marzo de 1895.

Su situación se hizo insostenible en el periódico, lo que produjo su abandono y con él la mayoría de los redactores, que pasaron de la prensa liberal a la conservadora, desapareciendo El Resumen el 7 de abril de 1895. Romero Robledo lo llamó entonces para dirigir El Nacional hasta su desaparición en 1907.

En los primeros años del periódico, El Nacional mantuvo numerosos ataques contra Silvela y contra su órgano de difusión El Tiempo, dirigido por Guillermo Rancés. Los problemas acabaron en un duelo entre ambos directores que, aunque amigos personales, no dudaron en batirse sin graves consecuencias. Fue también colaborador habitual de La Correspondencia de España y del Diario Universal, que dirigía su hermano Augusto desde 1902.

Adolfo Suárez también desarrolló una carrera política, fue teniente alcalde de Madrid y diputado a Cortes durante varios años por la provincia de Málaga, así como senador por la provincia de León, aunque se negó siempre a aceptar cualquier cargo retribuido. Falleció en Madrid el 22 de noviembre de 1910 como consecuencia de una afección cerebral y fue enterrado en la capital de España. Su localidad natal, Estepona, le recuerda con una calle que lleva su nombre


Fuente documental: Adolfo Suárez de Figueroa y Ortega. Amparo Quiles Faz. Real Academia de la Historia.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

La espada que mató a un periodista

 

Muere en Málaga, el día 1 de enero de 1904, como consecuencia de las heridas sufridas en un duelo a sable, después de ser desafiado por el hijo del general burgalés Manuel de Salamanca Negrete, Augusto Suárez de Figueroa y Ortega, periodista y político y considerado el pionero de los diseñadores de prensa en España.


Augusto Suárez de Figueroa.

Nacido en Estepona en 1852, periodista y director de los principales periódicos madrileños, siguió en su juventud la carrera militar, tomando parte en las campañas del norte contra los carlistas, combatiendo en el bando liberal. Durante su carrera política fue elegido diputado a Cortes y concejal del Ayuntamiento de Madrid.


Augusto Suárez de Figueroa, que falleció a consecuencia de las heridas infligidas en duelo por el hijo del general Salamanca, fue el último periodista muerto en España en tales lances. El desafío, celebrado en Málaga a espada, surgió por los comentarios de Figueroa sobre la actuación del general cuando éste era capitán general de Cuba, en 1890.


El director del Diario Universal era un veterano de guerras y revoluciones, habituales en el siglo XIX, de las que siempre había salido ileso, pero no pudo sobrevivir al periodismo, que en aquellos tiempos, como ahora, era un oficio peligroso para los informadores independientes.


Los periódicos fueron pudorosos a la hora de informar del duelo y de la muerte de Figueroa. Ninguno dio detalles, aunque dejaron caer píldoras para el lector más inteligente. El Diario Universal, que ese mismo 2 de enero de 1804 cumplía un año de existencia, achacaba la muerte a un “oscuro azar” y utilizó dos veces la palabra “duelo” para describir el dolor de sus periodistas. Por su parte, El Liberal terminaba la nota necrológica así: “Se ha roto como una noble espada de Toledo”.


Retar a un periodista a batirse en el campo del honor era como el actual derecho de réplica. Tantas llegaron a ser las réplicas de los ofendidos que apenas si existía redacción donde no se guardase un juego de pistolas, una pareja de sables o un par de buenas espadas con punta, filo y contrafilo. Era corriente el aprendizaje del arte de la esgrima, utilizándose las amplias salas de redacción para que en ellas los presuntos duelistas recibieran adiestramiento.


Como ya se ha reseñado, Suárez de Figueroa falleció en Málaga el 1 de enero de 1904 y recibió sepultura el 4 del mismo mes, asistiendo a las honras fúnebres personalidades como el conde de Romanones, el gobernador Cano y Cueto, así como diputados y compañeros de la prensa.