Julia Parody, una pianista con reconocimiento internacional,
fue otra de las mujeres marginadas por la Historia, a pesar de
su relevante trayectoria. Nacida en Málaga en enero del año
1891, en el seno de una familia de clase media, hija de Enrique
Parody y de Julia Abad, se iniciará y concluirá la casi
totalidad de su carrera en el malagueño Conservatorio María
Cristina, llegando a actuar a la temprana edad de 10 años para
la propia infanta regente María Cristina, durante su visita a
Málaga el 11 de noviembre de 1901, bajo la dirección del
profesor Barranco Borch, cuyo nombre acuñó uno de los
concursos pianísticos más famosos de la época, el Premio
Barranco.
 |
Julia Parody. |
Siendo muy joven es
pensionada por el Ayuntamiento de Málaga y la
Diputación Provincial para perfeccionar sus
estudios en el Conservatorio de Madrid, de la mano del maestro
José Tragó. Allí obtendía el primer reconocimiento de su
vida artística, recibiendo el primer
premio
y un piano Erard con el que se le galardonaba en el concurso
extraordinario.
Considerada niña
prodigio por los cronistas del momento, Parody fue becada para
trasladarse a París, donde viajó acompañada de sus padres,
compitiendo, entre más de doscientos aspirantes, por una plaza como
alumna numeraria del Conservatorio de la capital francesa.
Tras el reñido ingreso, logra conseguir acceder a la clase con el
célebre Marmontel. La joven comienza a destacar por su gran
capacidad musical, exhibida en prestigiosas salas parisinas de
conciertos, y en pocos meses, tras el fallecimiento de Marmontel,
recibe el magisterio de Alfred Cortot, bajo cuya tutela
obtiene el segundo premio extraordinario Girard.
Posteriormente viaja
a Berlín, ingresando en la Real Escuela de Música
donde consiguió el certificado de aptitud y de perfeccionamiento,
siendo la primera pianista española en alcanzar esta relevante
titulación. A partir de entonces despliega una intensa vida como
concertista con giras internacionales de recitales en Munich,
Hamburgo, Praga, Stuttgart, Suiza, Italia
y otros países y ciudades europeas. En España participó
en las principales sociedades filarmónicas del país, en el Gran
Casino de San Sebastián, en el Ateneo de Madrid, en la
Sociedad Nacional de Música, Círculo madrileño de Bellas
Artes, Círculo Francés, cautivando tanto al público
como a la crítica experta.
En el curso
académico de 1931-32 concursó para el desempeño de una cátedra de
Piano junto a dos aspirantes más, José Balsa y
Enrique Aroca. Julia había quedado en primer lugar,
sin embargo le es negada la plaza. Un año más tarde, la malagueña
opta nuevamente a la oposición para la cátedra de Piano
vacante en el Conservatorio de Madrid. En esta ocasión todos
los solicitantes son eliminados excepto Aroca y Parody
que quedan empatados. El director, Miguel Salvador, se vio
obligado a desigualar el resultado a favor de Aroca. A pesar
de ello en 1934 se anunciaron nuevas oposiciones, esta vez de acceso
restringido. El Consejo Nacional de Cultura emite un dictamen
en contra del fallo del tribunal para proveer entre supernumerarios
la cátedra de Piano vacante, que había sido asignada
a Parody y reasignada a Purificación Lago, otra
pianista de grandes dotes. En contestación a este informe, se reúne
una comisión en el Conservatorio para elevar un escrito donde
consta la preferencia por Julia sobre Purificación Lago,
comentando los méritos de la malagueña. El 4 de agosto de 1934 es
cuando obtendrá su plaza como numeraria de Piano.
El 12 de junio de
1936, por motivos que se desconocen, se destapa nuevamente el caso
que envuelve los extraños acontecimientos vividos por la intérprete,
relacionados con su acceso a la cátedra de Piano. Todo
este proceso quedará silenciado por la llegada de la Guerra
Civil. El 15 de abril de 1939, fue sometida a un interrogatorio
policial, donde se le preguntó por los sucesos acaecidos el día 18
de julio de 1936, así como si había pertenecido o había tenido
algún tipo de adhesión al gobierno marxista. También sospechan de
su vinculación con la masonería, pero ella aseguró no pertenecer a
ninguna logia, aunque su tío, el famoso médico de Málaga,
Luis Parody López, sí había pertenecido a la orden. Tras
años de ser investigada, trata de exiliarse a través de la Embajada
de Panamá, aunque sus intentos resultaron en balde.
Posteriormente, Julia Parody fue galardonada con la Cruz de
la Orden Civil de Alfonso XII.
Fuente
documental: Julia Parody: un camino hacia la igualdad.
Paula Coronas. Diario Málaga Hoy, marzo 2020.