Mastodon Málaga y sus historias: conciertos
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lunes, 12 de septiembre de 2022

La pianista olvidada

 

Julia Parody, una pianista con reconocimiento internacional, fue otra de las mujeres marginadas por la Historia, a pesar de su relevante trayectoria. Nacida en Málaga en enero del año 1891, en el seno de una familia de clase media, hija de Enrique Parody y de Julia Abad, se iniciará y concluirá la casi totalidad de su carrera en el malagueño Conservatorio María Cristina, llegando a actuar a la temprana edad de 10 años para la propia infanta regente María Cristina, durante su visita a Málaga el 11 de noviembre de 1901, bajo la dirección del profesor Barranco Borch, cuyo nombre acuñó uno de los concursos pianísticos más famosos de la época, el Premio Barranco.


Julia Parody.


Siendo muy joven es pensionada por el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación Provincial para perfeccionar sus estudios en el Conservatorio de Madrid, de la mano del maestro José Tragó. Allí obtendía el primer reconocimiento de su vida artística, recibiendo el primer premio y un piano Erard con el que se le galardonaba en el concurso extraordinario.

Considerada niña prodigio por los cronistas del momento, Parody fue becada para trasladarse a París, donde viajó acompañada de sus padres, compitiendo, entre más de doscientos aspirantes, por una plaza como alumna numeraria del Conservatorio de la capital francesa. Tras el reñido ingreso, logra conseguir acceder a la clase con el célebre Marmontel. La joven comienza a destacar por su gran capacidad musical, exhibida en prestigiosas salas parisinas de conciertos, y en pocos meses, tras el fallecimiento de Marmontel, recibe el magisterio de Alfred Cortot, bajo cuya tutela obtiene el segundo premio extraordinario Girard.

Posteriormente viaja a Berlín, ingresando en la Real Escuela de Música donde consiguió el certificado de aptitud y de perfeccionamiento, siendo la primera pianista española en alcanzar esta relevante titulación. A partir de entonces despliega una intensa vida como concertista con giras internacionales de recitales en Munich, Hamburgo, Praga, Stuttgart, Suiza, Italia y otros países y ciudades europeas. En España participó en las principales sociedades filarmónicas del país, en el Gran Casino de San Sebastián, en el Ateneo de Madrid, en la Sociedad Nacional de Música, Círculo madrileño de Bellas Artes, Círculo Francés, cautivando tanto al público como a la crítica experta.

En el curso académico de 1931-32 concursó para el desempeño de una cátedra de Piano junto a dos aspirantes más, José Balsa y Enrique Aroca. Julia había quedado en primer lugar, sin embargo le es negada la plaza. Un año más tarde, la malagueña opta nuevamente a la oposición para la cátedra de Piano vacante en el Conservatorio de Madrid. En esta ocasión todos los solicitantes son eliminados excepto Aroca y Parody que quedan empatados. El director, Miguel Salvador, se vio obligado a desigualar el resultado a favor de Aroca. A pesar de ello en 1934 se anunciaron nuevas oposiciones, esta vez de acceso restringido. El Consejo Nacional de Cultura emite un dictamen en contra del fallo del tribunal para proveer entre supernumerarios la cátedra de Piano vacante, que había sido asignada a Parody y reasignada a Purificación Lago, otra pianista de grandes dotes. En contestación a este informe, se reúne una comisión en el Conservatorio para elevar un escrito donde consta la preferencia por Julia sobre Purificación Lago, comentando los méritos de la malagueña. El 4 de agosto de 1934 es cuando obtendrá su plaza como numeraria de Piano.

El 12 de junio de 1936, por motivos que se desconocen, se destapa nuevamente el caso que envuelve los extraños acontecimientos vividos por la intérprete, relacionados con su acceso a la cátedra de Piano. Todo este proceso quedará silenciado por la llegada de la Guerra Civil. El 15 de abril de 1939, fue sometida a un interrogatorio policial, donde se le preguntó por los sucesos acaecidos el día 18 de julio de 1936, así como si había pertenecido o había tenido algún tipo de adhesión al gobierno marxista. También sospechan de su vinculación con la masonería, pero ella aseguró no pertenecer a ninguna logia, aunque su tío, el famoso médico de Málaga, Luis Parody López, sí había pertenecido a la orden. Tras años de ser investigada, trata de exiliarse a través de la Embajada de Panamá, aunque sus intentos resultaron en balde. Posteriormente, Julia Parody fue galardonada con la Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII.


Fuente documental: Julia Parody: un camino hacia la igualdad. Paula Coronas. Diario Málaga Hoy, marzo 2020.

lunes, 18 de abril de 2022

La Sociedad Filarmónica

 

El 14 de marzo de 1868 se constituye en Málaga la Sociedad de Conciertos Clásicos, que al año siguiente se transforma en la Sociedad Filarmónica de Málaga que es la institución de este tipo más antigua de la Península y que sentaría las bases del Real Conservatorio de Música María Cristina.


Sala de conciertos.


La Sociedad de Conciertos Clásicos, dirigida por Antonio Capa, cobraba a sus miembros 40 céntimos por concierto. En el año 1869, la entidad creada por el maestro Capa dio paso a la Sociedad Filarmónica limitándose el mencionado músico a la dirección facultativa, ocupando la presidencia Antonio Palacios y ya con una Junta Directiva. En sus primeros tiempos los conciertos corrían a cargo en su mayoría por señoritas y caballeros de la ciudad. La institución tomó tanta relevancia que le ofrecieron la dirección facultativa al insigne músico Eduardo Ocón Rivas, que puso como condición la obligación impartir clases de solfeo entre los socios. Se creó además una clase de violín a cargo de Regino Martínez Basso.

En 1880 se consigue fundar el Conservatorio de Música con la ayuda del Ayuntamiento y la Diputación. Es entonces cuando la Sociedad llega una época de gran esplendor y por sus salones pasan Rubinstein, Albeniz, Gayarre y otros intérpretes.

Después de pasar por diferentes sedes, como locales o almacenes, la sociedad arrienda la planta alta del edificio del Liceo, antiguo convento de San Francisco, que ya para entonces era una entidad en declive, por lo que termina por ubicarse en la totalidad del inmueble que ocupaba el Liceo.

Al fallecer Eduardo Ocón Rivas se separan las direcciones facultativas de la Sociedad y del Real Conservatorio, aunque nunca dejaron de colaborar con el desarrollo de la cultura musical de Málaga.

Desde Liszt a Wilhem Kempf, desde Sarasate a Szeryng, por Málaga han desfilado, gracias a la Sociedad Filarmónica, grandes virtuosos, llegando a su más alto esplendor en los años de la Segunda Guerra Mundial y años posteriores, siendo en aquel momento su presidente Miguel Ángel Ortiz Tallo. A su fallecimiento le sucedieron Miguel Martín García-Varo y Ernesto Lasso de la Vega, pero las nuevas generaciones parece ser que perdieron algo de interés por la música y se inicia un ligero declive propiciado por diferentes causas como fue el traslado del Conservatorio a El Ejido.

El fantástico edificio, que data de 1871, sufrió entonces un gran abandono y llegó a correr el rumor que sería demolido. Un hecho que no llegó a producirse gracias s la intervención del presidente de la Caja de Ahorros de Ronda, Juan de la Rosa, que recuperó el inmueble para el uso ciudadano.

Hoy la Fundación Unicaja, a cuya obra social pertenece, lo conserva perfectamente y lo pone al servicio de la sociedad malagueña. En la actualidad la Sociedad Filarmónica, que cuenta con más de 200 socios, desarrolla unos 20 conciertos por temporada con una notable asistencia. Por sus salones pasan prestigiosos conjuntos de cámara además de solistas y agrupaciones corales. La sala, de una belleza extraordinaria, está reconocida en los ámbitos musicales de toda Europa como una de la mejor acústica.

miércoles, 24 de marzo de 2021

El pianista Manuel Carra

 

El pianista Manuel Carra Fernández nació en Málaga en 1931. Después de estudiar en el Conservatorio de la capital andaluza con las profesoras María Luisa Soriano y Julia Torras, obteniendo las más altas calificaciones, se trasladó a Madrid, en 1947, para ampliar sus estudios en la cátedra de virtuosismo del Real Conservatorio, regentada por José Cubiles. Igualmente obtuvo en Madrid los más importantes galardones, como el premio extraordinario de piano y el premio de virtuosismo. Su perfeccionamiento lo realiza en París con Lazare Lévy en piano y con Olivier Messiaen en análisis. Amplía estudios de música contemporánea en Darmstadt (Alemania) y más tarde estudia clave con Ruggero Gerlin en Siena (Italia).


Manuel Carra.


Manuel Carra empezó su carrera de concertista sin impaciencias, ya que dedicó casi todo su tiempo al estudio, pero con gran seguridad y brillantez, actuando solo y con las orquestas Nacional, Filarmónica, de Radio Nacional de España, en Madrid, y con la Municipal de Barcelona.


En 1954 estrenó con la Orquesta Nacional el Concierto para piano del joven compositor madrileño Cristóbal Halffter, que repitió en Barcelona. Igualmente estrenó obras de Manuel Castillo. También actuó el mismo año en el Festival Internacional de Granada.


Es a partir de 1952 cuando desarrolla una gran actividad de conciertos por toda España y otros países de Europa, África y América en recitales y como solista con orquestas. Tras muchos años como ayudante de José Cubiles obtiene cátedra de piano en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.


Profesor en cursos internacionales, especialista en técnicas de interpretación y escuelas españolas de piano, tiene publicados diversos trabajos al respecto. Fue nombrado profesor honorario de piano del Conservatorio de Málaga en 1949 y el Ayuntamiento de malagueño le concedió el premio a la mejor labor musical. En 1998 fue elegido académico de número de la sección de Música de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En Málaga se encuentra el Conservatorio de Enseñanzas Profesionales que lleva su nombre.