Mastodon Málaga y sus historias: tumulto
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lunes, 23 de marzo de 2020

La tumultuosa boda de la hija de Lola Flores

La boda de Dolores González Flores, Lolita, y el argentino Guillermo Furiase tuvo que celebrarse el 25 de agosto de 1983, en la sacristía de la iglesia de la Encarnación de Marbella, ante la imposibilidad de hacerlo en el templo, invadido por varios miles de personas. Lola Flores, madrina y madre de la novia, increpó a gritos al público, mientras Lolita lloraba apenada en una esquina. El padrino, Manuel Benítez, El Cordobés, decidió, por su parte, dar vivas a la novia y a él mismo.

Un momento de la tumultuosa ceremonia.
Fue, en la que la prensa del corazón calificó como “la boda más famosa de España”, cuando Lola Flores pronunció la célebre frase “si me queréis, irse”. Lo cierto es que la responsable de aquel espectáculo trágico-cómico, fue la propia hija de la cantante. “Toda la gente que realmente quiera a Lolita, puede entrar en la iglesia. Estáis todos invitados.” Así respondió Lolita a José María Iñigo, mientras la entrevistaba en Estudio Abierto el 25 de mayo de 1983. Para nada podía imaginar que su tan generosa invitación, digna de una buena folclórica, se iba a convertir tres meses más tarde en la ceremonia más caótica de su vida.

Los novios fueron puntuales a la llegada al templo de la Encarnación, en contra de la tradición gitana, que considera el retraso como una manera de alargar y asegurar la felicidad del nuevo matrimonio. A las 7.30 horas de la tarde comenzó la misa, previa a la ceremonia, que fue suspendida tres minutos después de haber comenzado por decisión del sacerdote navarro Francisco Echamendi, quien ofició la ceremonia.

Desde ese momento, en la nave principal de la iglesia se organizó un auténtico tumulto debido a la acumulación de gente, que rebasaba la capacidad del templo. Micrófono en mano, el párroco rogó al público que dejara libre el altar para poder continuar la misa y celebrar la ceremonia de la boda, pero sus insistentes ruegos no dieron ningún resultado.
Pasó el tiempo y Lola Flores estalló finalmente: "¡Iros. Esto es una vergüenza; qué asco de pueblo!", gritó con toda sus fuerzas una y otra vez. Nadie se movió y hubieron de intervenir miembros de la Policía Nacional y Municipal, avisados por el párroco, que acudieron al templo con la intención de que continuase la ceremonia, objetivo que tampoco consiguieron. Eran ya las 8.30 horas cuando los contrayentes decidieron terminar la ceremonia en la sacristía, a puerta cerrada. No se permitió la entrada al despacho del párroco ni a la televisión ni a los 60 fotógrafos que le habían desplazado hasta Marbella.

Como consecuencia del gran alboroto, los invitados pasaron prácticamente inadvertidos. No obstante, entre el público se pudo ver a La Polaca, Carmen Sevilla, Massiel, Paquita Rico, Pitita Ridruejo y Carmina Ordóñez, que perdió una cadena de oro entre los empujones. Terminada la boda, que duró apenas tres minutos, y con los ánimos más calmados, él nuevo matrimonio, y más de 600 invitados se fueron a celebrarlo al restaurante libanés Montazah Al Salemiah, la última moda en Marbella.

El menú consistió en un buffet frío, parrillada argentina y especialidades libanesas. No podía faltar la tarta nupcial, un monumental rectángulo de dos pisos, cuya confección duró 10 días, de diferentes sabores y colores, culminada por dos palomas, que llevaban los anillos entrelazados. Atendían a los invitados 50 camareros y 12 cocineros. El ballet Hollywood 83 amenizaba, en los jardines del restaurante, la velada.

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