Mastodon Málaga y sus historias: Lola Flores
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jueves, 26 de noviembre de 2020

Lola Flores y Manolo Caracol en el Albéniz

 

El 9 de abril de 1948 la jerezana María Dolores Flores Ruiz "Lola Flores" y el cantaor sevillano Manuel Ortega Juárez, "Manolo Caracol", presentan, con gran éxito, en el Teatro Albéniz de Málaga el espectáculo "Zambra".


Lola Flores y Manolo Caracol.


En 1943, con el amparo del empresario Adolfo Arenaza, Lola Flores puso en marcha el espectáculo Zambra, junto a Manolo Caracol, que entonces era ya un cantaor de prestigio, al que el empresario había contratado por 500 pesetas diarias.


El montaje se estrenó en Valencia a finales de 1943 y en Madrid se presentó el 18 de febrero de 1944, en el teatro de la Zarzuela. Con pequeñas variaciones el espectáculo se mantendría varios años con gran éxito.


Zambra fue decisivo para la carrera de Lola Flores, un gran acontecimiento teatral y musical, copla y flamenco, fundamentalmente, muy cuidado en todos sus elementos, para el que escogieron al trío de compositores y poetas Quintero, León y Quiroga, y que tenía su número culminante en La niña de Fuego, y del que salió también La zarzamora, una de las canciones más asociadas a Lola Flores.


El éxito y la originalidad de este espectáculo venía de la combinación y superposición de diferentes mundos teatrales. El modelo técnico de producción se basaba en las representaciones de Concha Piquer al estilo estadounidense de Broadway, los contenidos musicales eran heredados de la ópera flamenca aportados por el propio Caracol, una escenografía creada por el pintor onubense José Caballero, relativamente inspirada en la pintura simbolista de Julio Romero de Torres, y sobre todo, la garra teatral de sus protagonistas, que desta toda la crítica.


La colaboración de la pareja, que mantenían una relación más allá de lo profesional, hecho que se veía reflejado sobre los escenarios, fue muy exitosa, lo que les llevó a convertirse en sus propios empresarios. Hicieron juntos también dos películas Embrujo (1947) y La niña de la venta (1951). En 1951, se inició la separación artística y sentimental de la pareja, que comenzaron a trabajar por separado.

lunes, 23 de marzo de 2020

La tumultuosa boda de la hija de Lola Flores

La boda de Dolores González Flores, Lolita, y el argentino Guillermo Furiase tuvo que celebrarse el 25 de agosto de 1983, en la sacristía de la iglesia de la Encarnación de Marbella, ante la imposibilidad de hacerlo en el templo, invadido por varios miles de personas. Lola Flores, madrina y madre de la novia, increpó a gritos al público, mientras Lolita lloraba apenada en una esquina. El padrino, Manuel Benítez, El Cordobés, decidió, por su parte, dar vivas a la novia y a él mismo.

Un momento de la tumultuosa ceremonia.
Fue, en la que la prensa del corazón calificó como “la boda más famosa de España”, cuando Lola Flores pronunció la célebre frase “si me queréis, irse”. Lo cierto es que la responsable de aquel espectáculo trágico-cómico, fue la propia hija de la cantante. “Toda la gente que realmente quiera a Lolita, puede entrar en la iglesia. Estáis todos invitados.” Así respondió Lolita a José María Iñigo, mientras la entrevistaba en Estudio Abierto el 25 de mayo de 1983. Para nada podía imaginar que su tan generosa invitación, digna de una buena folclórica, se iba a convertir tres meses más tarde en la ceremonia más caótica de su vida.

Los novios fueron puntuales a la llegada al templo de la Encarnación, en contra de la tradición gitana, que considera el retraso como una manera de alargar y asegurar la felicidad del nuevo matrimonio. A las 7.30 horas de la tarde comenzó la misa, previa a la ceremonia, que fue suspendida tres minutos después de haber comenzado por decisión del sacerdote navarro Francisco Echamendi, quien ofició la ceremonia.

Desde ese momento, en la nave principal de la iglesia se organizó un auténtico tumulto debido a la acumulación de gente, que rebasaba la capacidad del templo. Micrófono en mano, el párroco rogó al público que dejara libre el altar para poder continuar la misa y celebrar la ceremonia de la boda, pero sus insistentes ruegos no dieron ningún resultado.
Pasó el tiempo y Lola Flores estalló finalmente: "¡Iros. Esto es una vergüenza; qué asco de pueblo!", gritó con toda sus fuerzas una y otra vez. Nadie se movió y hubieron de intervenir miembros de la Policía Nacional y Municipal, avisados por el párroco, que acudieron al templo con la intención de que continuase la ceremonia, objetivo que tampoco consiguieron. Eran ya las 8.30 horas cuando los contrayentes decidieron terminar la ceremonia en la sacristía, a puerta cerrada. No se permitió la entrada al despacho del párroco ni a la televisión ni a los 60 fotógrafos que le habían desplazado hasta Marbella.

Como consecuencia del gran alboroto, los invitados pasaron prácticamente inadvertidos. No obstante, entre el público se pudo ver a La Polaca, Carmen Sevilla, Massiel, Paquita Rico, Pitita Ridruejo y Carmina Ordóñez, que perdió una cadena de oro entre los empujones. Terminada la boda, que duró apenas tres minutos, y con los ánimos más calmados, él nuevo matrimonio, y más de 600 invitados se fueron a celebrarlo al restaurante libanés Montazah Al Salemiah, la última moda en Marbella.

El menú consistió en un buffet frío, parrillada argentina y especialidades libanesas. No podía faltar la tarta nupcial, un monumental rectángulo de dos pisos, cuya confección duró 10 días, de diferentes sabores y colores, culminada por dos palomas, que llevaban los anillos entrelazados. Atendían a los invitados 50 camareros y 12 cocineros. El ballet Hollywood 83 amenizaba, en los jardines del restaurante, la velada.

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