Aparcamiento de la Plaza de la Marina. |
La
apertura del aparcamiento, con la ordenación de la plaza sin
concluir, se hace sin el
tradicional boato
inaugural. Detrás queda una inversión de 1.500 millones, que
doblaba el presupuesto de adjudicación, y el hallazgo de unos restos
arqueológicos que desencadenaron un enfrentamiento entre el
Ayuntamiento
y la Junta
de Andalucía.
Las
discrepancias terminaron en los tribunales tras una crisis en el
socialismo andaluz, toda vez que el PSOE malagueño, con el
secretario regional Carlos Sanjuán al frente, respaldaron al
alcalde de Málaga ante el expediente sancionador iniciado
contra éste por la Consejería de Cultura.
La
muralla nazarí y el lienzo portuario del siglo XVII, que la
administración local decidió destruir tras paralizar las obras ante
la denuncia de dos ciudadanos, fueron el desencadenante.
Finalmente
se optó por la integración de los restos arqueológicos, pero las
denuncias de arqueólogos y sectores culturales de la ciudad, unidas
al descontento social por algunas soluciones estéticas adoptadas en
la plaza, anatematizarían el proyecto más importante de la
administración local hasta ese momento.
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