La figura del fotógrafo veleño Adolfo Fernández Casamayor es fundamental para conocer la historia de la fotografía en la provincia. Un personaje que fue impulsor del Registro Fotográfico de Málaga, vinculado al Archivo Municipal de la capital y que ha sido estudiado en profundidad por el periodista Jesús Hurtado.
Adolfo Fernández Casamayor. |
Adolfo Fernández que había nacido en Vélez-Málaga el 28 de agosto de 1905, desde muy joven se interesó por lo novedoso del retrato. Su padre de posición muy respetada en la ciudad, ya que trabajaba en el Registro de la Propiedad, es el que le ayuda al sueño de ser retratista. Y así, tras cursar sus estudios en el colegio de San Francisco, a los diecisiete años, comienza a tomar conocimientos de óptica, de química, carpintería, así como de un largo etcétera propios de personajes de mente inquieta y múltiples habilidades.
Sus primeros maestros serían A. Durante, Strachan y Aguilera, éste último un excelente fotógrafo taurino de la época. Su carrera comenzó con algunos retratos familiares, de paisajes y calles populares de la capital axárquica. Conventos, imágenes representativas de la Semana Santa y todo aquello relacionado con lo artístico. También destacan las diferentes torres vigías de la costa oriental malagueña y, en pequeña medida, también realizó por encargo, algunos retratos de los primeros equipos de fútbol.
Con el tiempo se hizo un gran habilidoso de la denominada cámara de cajón y de su peculiar sistema de obturador, que le daba mayores posibilidades, dimensión y limpieza a aquellas fotos que buscaban el lado artístico.
En Torre del Mar, Adolfo Fernández fue el encargado de retratar junto a una jábega, al poeta Luis Cernuda, también en Málaga entra en el entorno del pintor Pablo Ruiz Picasso o cubre reportajes de militares como el general Primo de Rivera en su visita de 1925 a la capital, o en más de una ocasión a los marqueses de Larios.
Fuera de Málaga, Fernández estuvo en la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla, ciudad a la que también retrató. Por esas fechas conoce a su paisano, el cantaor flamenco Juan Breva al que retrata en una actuación en el Café del Burrero, como en la Plaza de Toros de la Maestranza a los toreros, Gitanillo de Triana y Manolo Bienvenida. Su amigo Juan Temboury desde los años 30 viajó con Fernández Casamayor a cientos de lugares en la provincia de Málaga.
Como la fotografía, a principios del siglo pasado, no daba el dinero suficiente para vivir, Adolfo Fernández oposita a administrativo en la Red de Ferrocarriles Andaluces, consiguiendo plaza en Málaga. Pese a ello siguió con la fotografía en sus ratos libres. Es de a partir de ahí que con su gran colección de imágenes colabore en el nacimiento, tras la Guerra Civil, del Registro Fotográfico vinculado al Archivo Municipal de Málaga.
Hoy Málaga puede presumir de un importante legado fotográfico, el de Juan Temboury Álvarez, en el que una gran parte de su contenido pertenece a fotos de Adolfo Fernández, así como de otros fotógrafos malagueños como Strachan, Guerrero, Zubillaga y José Pérez Murillas.
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