Cuando estudias la Historia de Málaga, en algunas ocasiones, encuentras noticias en la prensa que conducen a encontrar personajes poco conocidos, como es el caso de Quirico López Marín, uno de los más destacados exportadores de vino de Málaga. Su empresa Quirico López e hijos, fundada en 1850, se encontraba entre las firmas exportadoras más conocidas de la provincia malagueña.
Publicidad del Coñac Pelícano. |
En esa época se tiene constancia de la existencia en el sector vitivinícola para la exportación de 37 empresarios, 92 alambiques y alrededor de 100 lagares. Entre las firmas exportadoras más conocidas figuraban Barceló y Torres, Bevan y Cª, Garret y Cª, Pedro Gomez, Gross y Cª, Hijos de F. Carcer, Huelin Sanz y Gonzalez del Nido, Eduardo Loring, Quirico López, Nagel Disdier hermanos, Pries y Cª, Rittwagen y Cª, Sholtz hermanos y Jimenez y Lamothe, entre otras.
Según la publicidad de la época la compañía Quirico López e hijos, tenía su escritorio y sus almacenes en la desparecida calle don Iñigo, al sur del barrio de El Perchel donde tuvo también su primera factoría, desde 1928, Cerveza Victoria.
Según la misma fuente la firma era la fabricante del ‘privilegiado’ Aguardiente de Ojén, del Anís Kiriko, del Coñac Pelícano, del vermouth español Kiriko y del denominado Vino de Kola Titán en cuya contraetiqueta se afirmaba que ayudaba eficazmente a la digestión e incluía un facsímil de la firma del propietario de la bodega como garantía frente a las imitaciones.
De la importancia de este empresario, que fue el quinto presidente en la historia de la Cámara de Comercio de Málaga, entre 1896 y 1898, puede dar una idea la información aparecida en prensa cuando en septiembre de 1907 Málaga sufrió una inundación catastrófica que marcó la memoria de todos sus habitantes.
La ayuda de diversos países americanos, en especial Argentina, fue inmediata y se materializó en el envío de donativos que permitieron, en un primer momento, el auxilio humanitario y, más tarde, la construcción de viviendas para los damnificados por la riada.
Como se ha dicho, el eco en los medios de comunicación de entonces permite conocer ahora cómo se gestaron estos socorros y enlaza con la memoria de la solidaridad que todavía se conserva en la ciudad de Málaga.
El comercio de Málaga fue uno de los protagonistas en la canalización de ayudas desde América. El malagueño José Ariza telegrafió desde Buenos Aires a Quirico López Marín, pidiéndole que repartiese 5.000 kilos de pan entre los damnificados distribuyendo, además, 5.000 papeletas de ayuda entre el gobernador civil, la Diputación Provincial, el alcalde, los párrocos de San Juan, San Pedro, Santo Domingo, San Pablo, San Felipe y Mártires, y los periódicos locales .
Quirico López falleció el 26 de noviembre de 1910 y está enterrado en el panteón familiar del Cementerio de San Miguel en Málaga.
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