Mastodon Málaga y sus historias: El fraile que se negó a ser rey

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viernes, 29 de octubre de 2021

El fraile que se negó a ser rey

 

Alonso Enríquez de Guzmán y de Orozco , nacido en Vélez-Málaga, el 9 de junio de 1631, más conocido como fray Alonso de Santo Tomás, fue un prelado y noble del siglo XVII, que ostentó los obispados de Osma, Plasencia y Málaga. Disfrutó de los títulos nobiliarios de conde de Castronuevo y marqués de Quintana.


Convento de Santo Domingo.


Oficialmente era hijo legítimo y natural de José Enríquez de Guzmán y de Porres, gentilhombre de cámara del rey y de Constanza de Ribera y Orozco, dama de honor de la reina Isabel de Borbón. La realidad era otra, el niño era fruto de los amores del rey Felipe IV con la citada dama. Su padre legal se vio obligado a casarse con Constanza a toda prisa, por lo que fue recompensado por el monarca.


Alonso quedó huérfano de padre a los tres años, siendo criado por sus abuelos paternos en Madrid hasta la muerte de estos. Entonces pasó a la tutela de su tío paterno, Antonio Enríquez de Guzmán y de Porres, obispo de Málaga y después virrey de Aragón, que cuidó de su educación.


En 1646 falleció Baltasar Carlos, príncipe de Asturias. Desolado, el monarca hizo intentos por legitimar a Alonso y recibirlo en la Corte. El joven se negó y decidió ingresar en la Orden de Santo Domingo, donde profesó sus votos el 29 de abril de 1648. Ingresó en el Real Convento de Santo Domingo de Guzmán de Málaga y tomó el nombre de fray Alonso de Santo Tomás.


El joven dominico completó sus estudios en Alcalá la Real (Jaén), Salamanca, Granada y Sevilla. Volvió al convento en 1656 como regente prior y en 1658 obtuvo el cargo de provincial de la orden en Andalucía. En 1661, el rey lo nombra obispo de Osma, en 1663 de Plasencia y finalmente, es nombrado obispo de Málaga, entrando como tal en la ciudad el 24 de diciembre de 1664. En 1669 mandó construir el retiro de Santo Tomás del Monte en la zona de Churriana para su reposo y el de otros personajes notables.


Fray Alonso realizó una gran labor asistencial, también tras el posterior terremoto que asoló la ciudad, el 9 de octubre de 1680. Destacó como teólogo, filósofo y orador. Publicó varios ensayos, entre ellos Catholica Querimonia, editado en Málaga y Madrid en 1686. Fue protector de las artes, ya que ayudó a artistas como el escultor Pedro de Mena, que realizó diversos trabajos en la catedral, o Alonso Cano, con quien mantuvo una relación personal. Su Virgen del Rosario fue un encargo de fray Alonso, así como diversos retratos del obispo.


Falleció en 1692, siendo enterrado en el Convento de Santo Domingo. Tiene una calle dedicada en Málaga, en la zona de Monte Dorado.

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