José Ruiz-Borrego y Vilches, fue un actor y maestro de artistas nacido en Málaga en 1849, que se formó a través de la lectura de los grandes clásicos de la literatura y que desde muy joven demostró su capacidad como actor de teatro y como docente en el arte de la declamación.
José Ruiz Borrego. |
Desde muy niño representó pequeñas piezas teatrales para el círculo familiar y de sus amigos. En 1868 debuta, con la obra Lanuza y con un gran éxito, en el Teatro Principe Alfonso, situado donde está hoy el Teatro Cervantes. Borrego, que permaneció soltero y dedicó todo su tiempo al teatro, fundó varias sociedades benéficas relacionadas con su actividad y que organizaron muchas representaciones. También fue el empresario del Teatro Cervantes de Málaga en el que invirtió y perdió todos sus ahorros, lo que le llevaría a una precaria situación económica
Hay que resaltar que Borrego tenía un amplio un repertorio que abarcaba todos los géneros, desde la interpretación de la tragedia a la del sainete y fueron muchos los dramaturgos que le pidieron que estrenase sus obras. También es destacable en su biografía que Borrego siempre se negó a actuar fuera de Málaga, a pesar de las numerosas ofertas que recibió de compañías de reconocido prestigio.
Es en el año 1886 cuando en compañía del erudito malagueño Narciso Díaz Escovar ponen en marcha la que sería famosa Academia de Declamación, una institución de carácter gratuito que fue el centro de grandes actores malagueños, entre otros muchos Rosario Pino, Ana Adamuz o Anita Delgado.
La citada Academia de Declamación tuvo varias sedes en la capital malagueña y a pesar de impartir sus enseñanzas con carácter gratuito, pudo salir adelante gracias, por una parte a sus socios protectores, entre los que se encontraban María Guerrero y José Santiago, otro actor malagueño y de otra, los ingresos procedentes de las representaciones anuales que los alumnos realizaban a beneficio de la Academia en los teatros Cervantes y Principal. También el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación Provincial subvencionaron el centro, así como la Casa Real, por lo que pasó a denominarse Real Academia de Declamación.
Tras la muerte inesperada, en 1920, de José Ruiz Borrego, las actividades de la Academia siguieron adelante bajo la dirección de Narciso Díaz Escovar, hasta que llegó la Guerra Civil, que interrumpió su funcionamiento, que no se recuperó después por la creación del Conservatorio de Música que incluyó una sección de Declamación.
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