Mastodon Málaga y sus historias: El Perchel
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miércoles, 29 de octubre de 2025

Jabonería de Reboul

 

En 1830 se contabilizan 18 fábricas de jabón en la capital, y Málaga aparece como primera productora nacional a mediados del XIX, con tecnología moderna apoyada por la industria química local, como las de sosa y ácido sulfúrico.


Interior de la fábrica (Archivo Arenas).


La Jabonería de Reboul, propiedad de Pedro y Guillermo Reboul, estaba enclavada en la confluencia entre Cuarteles y Salitre, activa, al menos desde 1820 y que fue reconstruida tras un incendio que se produjo el 7 de junio de 1856; la compañía tenía despacho de sus productos en la Alameda de Colón.

Guillermo Reboul también era propietario de la Fábrica de jabones “San Antonio”, fundada en 1864 en Huerta del Buey (hoy Roger de Flor).

Manuel Agustín Heredia compra una de las fábricas de Reboul en 1830, la Fábrica de jabón de Heredia y abre otras dos en la misma calle Cuarteles; llega a ser el mayor fabricante de jabón de España a mediados del XIX. La fábrica cierra en 1880.

De hecho, se produce una concentración jabonera en El Perchel, concretamente en la calle Jaboneros, lo que explica el origen del nombre de la vía.

lunes, 16 de junio de 2025

La Conservera Santa Rosa

 

La fábrica conservera Santa Rosa, ubicada en el barrio de El Perchel en Málaga, fue una de las industrias más emblemáticas de la ciudad durante el siglo XX. Fundada por Diego Martín Caballero, esta empresa se destacó por ser pionera en la comercialización de boquerones manojados envasados al vacío en latas de hojalata, lo que representó una innovación significativa en la industria alimentaria local .


Interior de la conservera Santa Rosa (Arenas).


Situada cerca del Pasillo de Santo Domingo, la fábrica Santa Rosa desempeñó un papel crucial en la economía del barrio, proporcionando empleo a numerosas mujeres y abasteciendo no sólo a Málaga, sino también a gran parte de la región y otros mercados provinciales de España. Su presencia impregnaba el entorno con los aromas característicos de la industria conservera, recordando los orígenes pesqueros de El Perchel.

El barrio de El Perchel, cuyo nombre proviene de las perchas utilizadas para secar el pescado, fue históricamente una zona industrial y pesquera. Durante el siglo XIX y principios del XX, experimentó un auge industrial significativo, con la instalación de diversas fábricas, incluyendo conserveras, bodegas y otras industrias relacionadas . Sin embargo, a partir de mediados del siglo XX, el barrio sufrió una transformación urbana que conllevó la demolición de muchas de sus estructuras originales

la memoria de la fábrica Santa Rosa y del antiguo Perchel perdura en fotografías históricas y en los recuerdos de quienes vivieron esa época. El Archivo Fotográfico Histórico de la Universidad de Málaga conserva imágenes de la fábrica tomadas en mayo de 1955, ofreciendo un valioso testimonio visual de su existencia.

martes, 15 de abril de 2025

La Torre de Fonseca

 La Torre de Fonseca, de época almohade, estaba situada en los arrabales de El Perchel, junto al convento de San Andrés de los Carmelitas descalzos, que tomó ese nombre debido a que al pie de la misma se levantó el campamento de las tropas de Antonio de Fonseca, natural de Toro (Zamora), contador mayor, caballero de Santiago, alcaide de Ronda y capitán de las tropas que acompañaron a los Reyes Católicos en la conquista de la ciudad de Málaga en 1487.


Excavaciones en la Torre de Fonseca.


La Torre de Fonseca, por su altura y tipo constructivo, fue durante muchos años punto de referencia de los límites a poniente de la ciudad malagueña. A lo largo de siglos, fue usada para varios cometidos militares, incluso lo fue como hospital durante una de las primeras epidemias que azotaron Málaga tras ser conquistada. Igualmente, desde su atalaya, la Torre de Fonseca contempló el crecimiento de castizo e histórico barrio de El Perchel. Con el paso del tiempo, el deterioro de esta torre defensiva fue tal que las autoridades municipales ordenaron su total derribo el 27 de mayo de 1870.

En 2015, durante los estudios arqueológicos realizados en el subsuelo del convento de San Andrés, se descubrieron restos de las denominadas Torres de Fonseca. Estos hallazgos incluyeron partes del alzado del muro de tapial de las torres islámicas, utilizadas en la vigilancia y defensa de la ciudad. Además, se constató que estos restos fueron reutilizados como cimentación del convento. 

martes, 26 de noviembre de 2024

Los corralones de Málaga

 

La Trinidad y El Perchel eran dos barrios extramuros de gente humilde. El primero fue asentamiento de Isabel la Católica durante el asedio a Málaga y el segundo nació de la industria del secado de pescado, pero no fue hasta el siglo XIX cuando se popularizaron. Cuando en 1989 la gran riada se llevó todo por delante, las administraciones intentaron buscar una solución de urgencia y recuperaron los corralones. que en realidad son viviendas sociales que emulan esa estructura arquitectónica a la que se añaden más espacio y las comodidades propias de nuestro siglo.


Corralón en La Trinidad. Archivo UMA.


Cuando en Málaga surgieron experiencias que emulaban a la Corrala Utopía sevillana, un vecino de La Trinidad de toda la vida escuchó la palabra “corrala” y dijo: “¿Qué es eso de corrala, ni corrala? Aquí, en Málaga, nunca se les ha llamado corralas. Aquí son corralones”. Reivindicaba para La Trinidad, El Perchel y su arquitectura una identidad propia resumida en unos edificios rectangulares de varias viviendas, que dan a una galería voladiza con patio central, en la que solía haber una fuente o un pozo comunitario y otros servicios comunes.

Se puede citar como ejemplo, el Corralón de Santa Sofía, un hermoso corralón del siglo XIX, en donde anualmente tiene lugar la Semana Popular de los corralones de La Trinidad y El Perchel. Allí, la mayoría de los vecinos viven solos y suelen permanecer en la vivienda hasta su fallecimiento. Una vecina explicaba que «antes esto era terrizo, había un pozo común» y que tiene entendido que «era de una señora rica, que cuando se iba a morir dijo que no quería que se hicieran pisos, y que quería que se quedara así». Y así se quedó, mientras fuera la ciudad cambiaba.


Fuente documental: La historia de los corralones de Málaga, identidad trinitaria y perchelera. Néstor Cenizo. elDiario.es. 4 de junio de 2017

lunes, 5 de febrero de 2024

Café de la Maestra

 

En abril del año 1951 cierra sus puertas el Café de la Maestra, un histórico local que había comenzado a funcionar, al parecer, en 1880, que estaba enclavado en los números 18 y 20 de la calle Tomás Heredia, antes calle Pescadería y que durante su andadura se anunciaba en la prensa local resaltando sus excelentes tapas y los vinos finos.


Café de la Maestra.


Era un café típico y de los más concurridos de Málaga que por su cercanía a El Perchel y su ambiente de barrio marinero creado por los pescadores que allí acudían a tomar café o a apurar una copa, además de cocheros, tratantes, los de paso hacia el barrio y juerguistas trasnochadores, por la madrugada, a terminar las borracheras.

Según escribía el historiador local Antonio Ruiz, fue una moda del señorito flamenco acabar allí las juergas de La Caleta llevando a las mujeres y cantaores al Café de la Maestra, a beber aguardiente y llenar el coche de pescado y verduras, o comprar un rabo de toro para guisarlo en una venta.

jueves, 16 de noviembre de 2023

La dieta de los malagueños en el siglo XVIII

 

La dieta de la clase alta malagueña durante el siglo XVIII estaba basada principalmente en la carne, mientras que la dieta de las clases populares tenía un claro componente vegetal. Las verduras y las legumbres se consideraban el alimento básico para los campesinos y personas pobres.


Mercado en el Pasillo de Santa Isabel (1908). Archivo UMA.


El alimento más deseado por su valor nutricional era la carne, se pensaba que además de sustentar daba fuerza y vitalidad. Era considerado el alimento de los ricos, nobles y poderosos, su consumo era signo de riqueza por lo que pocos ciudadanos podían acceder a dicho producto en gran cantidad, en la comida y en la cena. En las clases pudientes era normal comer una ración de carne diaria.

El pueblo llano solo comía carne esporádicamente, en escasa cuantía y de baja calidad. La carne que más se consumía era la de carnero. La carne más apreciada era la carne de corral o de caza, considerada más tierna y sabrosa y estaba reservada para las mesas de las clases más adineradas. Se solía comer en los días de fiesta y darla a las personas enfermas.

Por otra parte, el aceite en el siglo XVIII era muy apreciado, estaba reservado para los días de abstinencia, en el que no se podía consumir el tocino. También se utilizaba el aceite en la elaboración del pescado.

En Andalucía y sobre todo en la Costa del Sol, por ser zona mediterránea y del cultivo del olivo se usaba más este oro líquido. Aunque las grasas más frecuentes en todas las cocinas eran la grasa de cerdo, el tocino y la manteca. Eran utilizadas para freír, asar o guisar los alimentos.

El consumo de pescado en Málaga era muy elevado, ya desde la época fenicia el pescado malagueño y sus salazones tuvieron fama en el Imperio romano. Málaga por tener uno de los mejores puertos de España y poseer unos importantes bancos pesqueros, siempre tuvo excedente de este producto, siendo muy apreciado su pescado en otras ciudades españolas y extranjeras. Incluso hay un barrio en Málaga, el Perchel, donde en esta centuria se secaba el pescado en perchas de ahí el nombre del barrio y en la época de cuaresma era el alimento base de todos los feligreses. El bacalao era un alimento indispensable en esta época y lo traían los comerciantes del norte de Europa, Norteamérica y Groenlandia. Otros alimentos para los días de abstinencia eran los huevos, el queso y también se consumían cereales y hortalizas.


Fuente documental: Sociología de la vivienda publica y privada malagueña en el siglo XVIII. Juan Fernando López Fernández. Universidad de Málaga

lunes, 5 de diciembre de 2022

Las espiritistas de El Perchel

 

Las denominadas mujeres espiritistas de El Perchel, seguidoras de las teorías teosóficas de Madame Blavastky (escritora, ocultista y teósofa rusa) gozaron de una gran popularidad entre los habitantes del barrio malagueño de El Perchel, especialmente durante el transcurso de la Guerra Civil y en los difíciles años de la postguerra, en los que la pérdida de seres queridos y las dificultades económicas hicieron que muchos malagueños acudieran a estas mujeres buscando respuestas desde el más allá.


Barrio de El Perchel.


Junto a las espiritistas existían y todavía existen, las echadoras de cartas, las adivinadoras y las sanadoras o curanderas, que generalmente cobran pequeñas cantidades a cambio de sus servicios.

Los orígenes en El Perchel de saludadores, hechiceras, echadoras de cartas y espiritistas se remontan desde la misma configuración de la tradicional y típica barriada de Málaga, que a lo largo de su historia ha sido sometida a diversas calamidades como, por ejemplo, epidemias e inundaciones, lo que creó el terreno propicio para las actividades citadas.

Lo que parece claro es que estas mujeres, vendedoras de remedios y dispensadoras de oraciones, eran pícaras, astutas y sin ningún convencimiento de poseer actitudes sobrenaturales y sí una mañosa habilidad para engañar a los incautos. Lo que es cierto es que de sus presuntos poderes ‘demoníacos’ hacían un lucrativo negocio

Aunque no se puede decir lo mismo de las espiritistas, como era el caso de Maríala del gato’, una verdadera convencida de estar en posesión de condiciones especiales para la comunicación ultraterrena.

Aunque en realidad no fueron muchas las mujeres que en el barrio se dedicaban a esta actividad y, que según las fuentes, se podían contar con los dedos de una mano. Eran las que se dedicaban con reconocido prestigio y autoridad al espiritismo, a través de la cartomancia, quiromancia y adivinación

Una de las más famosas, que vivía en la calle Peregrino, lo mismo decía la buenaventura que echaba las cartas, vendía amuletos de todo tipo, desde la pata de conejo momificada, hasta el saquito de tierra del cementerio. Esta mujer, María Alcalá, chiquitilla, reseca, negruzca, de ojos pitañosos y nariz afilada, ya andaba cerca de los 70 años cuando salió de la cárcel, cumplida condena, acusada de estafa y malas artes y a la que la tradición popular atribuía pactos con el mismísimo demonio.

Había otras famosas espiritistas, como Teresa, que vivía en la calle Constancia, Fuensanta, en la calle Cerrojo y otras como Maríala viuda’, que vivía en la plaza de Mamely, y que era experta en el remedio llamado ‘de las siete monedas’; y Maríala del gato’, que vivía en la calle Angosta del Carmen y que cuando empezó a frecuentar el centro espiritista de la calle Pozos Dulces, se inició en invocar a los espíritus y adivinar el futuro. Se han documentado llamativos casos al respecto.


Fuente documental: Cosas de Málaga. Recuerdos de El Perchel. Gustavo García-Herrera. Editorial Arguval.

jueves, 12 de mayo de 2022

Las conservas Ubago

 

La actividad conservera de Ubago tiene sus orígenes en Galicia hacia el año 1929 y se establece en Málaga en 1953, está dedicada a la elaboración y comercialización de productos procedentes de la pesca, ahumados, conservas, bacalao y salazones. En la actualidad, el grupo, que ya no está ligado a la familia que la fundó, cuenta con plantas productivas a nivel nacional e internacional y da empleo directo a más de 4.800 personas. En España cuenta con tres plantas productivas en Málaga, La Línea de la Concepción y Barbate que emplean a más de 1.000 trabajadores. Ubago es líder en el mercado español en salmón ahumado, melva y caballa, bacalao y salazones.


Primera fábrica de Ubago en El Perchel.


Jaime Martínez de Ubago, fundador de Conservas Ubago fue un ejemplo de creatividad industrial, y si el nombre no suena más allá de una marca, es porque, según sus familiares, siempre estuvo más volcado en el trabajo que en promocionarse. Sin embargo, son conocidos la concha fina, el langostillo o, a los más veterana, marcas como 'el cangrejo Pepe' o 'Malagueña Salerosa'.

Nacido en Madrid en 1916 en una familia pequeñoburguesa, Jaime Martínez de Ubago recaló en Málaga en 1952, junto a una expedición de empresarios conserveros gallegos que venían atraídos por la sobreabundancia de sardina que en la época había en las costas malagueñas. Ya licenciado en Derecho, Jaime conoció durante una estancia en Galicia a Elisa Escuredo, hija de Eugenio Escuredo, un próspero empresario conservero de O Grove. Tras casarse con Elisa, se inició en el negocio de las conservas junto a su suegro, y antes de independizarse ya había trabajado en innovaciones como la pasta de anchoas y las primeras cámaras de congelación para el atún, o investigado sobre la deshidratación de verduras y las latas autocalentables, inquietud que luego daría lugar a un curioso negocio.

Martínez de Ubago montó, con ayuda de su suegro, la primera fábrica de conservas en El Perchel, en el solar que hoy ocupa el Centro Comercial Larios. La accesibilidad de la materia prima propició el despegue del negocio. El empresario contó con la ayuda inestimable de dos mujeres. Su esposa, Elisa y Carmen, conocida como la Gallega.

Además de sardinas, Ubago introdujo otro producto novedoso, los chipirones rellenos en aceite. Pero a los 10 años, la materia prima empezó a escasear y hubo que reinventarse y así nacieron las conservas de jurel y de aguja.

martes, 8 de junio de 2021

‘La pirula’, la creadora de los tangos de Málaga

 

Dolores Campos Nieto, cantaora gitana, más conocida en la historia del arte del cante flamenco con el nombre artístico de la pirula, nació en en el bario de El Perchel de Málaga en el año de 1915, y murió en su ciudad natal en el año 1948. Hermana del famoso y gran cantaor Manolete y madre de la famosa cantaora la Cañeta, tuvo una muy corta vida artística ya que falleció en plena juventud.


La Pirula.


Su trayectoria artística se centró en su ciudad natal, acompañada a la guitarra generalmente por Cañestro o el Calderero, y se le considera una autentica creadora, especialmente de los tangos de Málaga. Todos los estudiosos del flamenco coinciden en afirmar que esta joven cantaora fue la creadora de los famosos tangos de Málaga que más tarde divulgaría su discípula Enriqueta Reyes Porras, la Repompa de Málaga.


Pero no sólo se dio a conocer por los cafés cantantes malacitanos o las fiestas particulares, cantando sus personales tangos, sino que también, además de gran bailaora, alcanzaron bastantes éxitos sus interpretaciones en palos como los fandangos, las soleares, bulerías y bulerías por soleá.


Pero en Málaga hay mucho más que cantes abandolaos y malagueñas. En algunos barrios populares de la capital tuvieron una gran importancia los estilos festeros, pero por diversos motivos no alcanzaron igual fama que las malagueñas, según los especialistas. Se forjan en los corralones de El Perchel y en las casas de vecinos de la Cruz Verde; se cantan, bailan y tocan en las fiestas de los gitanos o mientras hacen las labores.


La Pirula, a principios del siglo XX, la gran artífice de los tangos percheleros nunca grabó, pero su compás lo heredaron muchos otros. Entre ellos, su discípula la ya citada Enriqueta Reyes 'la Repompa', que recogió el testigo e inmortalizó los cantes percheleros, que han inspirado a cantaores como Camarón de la Isla y versiones de grupos como Ketama y Las Migas.


Hoy la Cañeta, hija de la Pirula, es su digna sucesora, dotada con la genialidad y la inspiración de su madre.

miércoles, 19 de mayo de 2021

La Repompa de Málaga

 

La Repompa de Málaga era el sobrenombre artístico de Enriqueta de la Santísima Trinidad de los Reyes Porras nacida en Málaga el 15 de agosto de 1937, que fue una cantaora gitana que vio la luz en la calle de La Puente del barrio de El Perchel y que murió muy joven en su localidad natal, con tan solo 21 años, en 1959.


La Repompa de Málaga.


Se inició en el cante siendo una niña, cuando se escapaba de casa para cantar por los bares de Málaga para intentar ganar algo de dinero. Discípula directa de La Pirula, la escuchó cantar el guitarrista Niño de Almería y la llevó a formar parte del grupo Los Vargas, en el que estaban La Quica, La Cañeta y Pepito Vargas.


Su fama como cantaora comenzó a crecer cuando comenzó a trabajar en el desaparecido tablao malagueño El Refugio, situado en calle Marquesa de Moya. A los dos meses de iniciar sus actuaciones en la sala de fiestas El Pimpi, recibió un telegrama de Pastora Imperio, solicitándole que se trasladase a Madrid, donde tenía contrato para todo el invierno, y otro para el siguiente verano en San Sebastián.


En 1959, quisieron llevar a La Repompa a El Pardo para actuar ante el general Franco, pero al encontrarse algo enferma no pudo asistir. Se trasladó a Málaga y a los ocho días de estar en cama empeoró notablemente. El 2 de mayo se agudizó la enfermedad y el 6 de mayo falleció, a causa de una fulminante peritonitis.


La Repompa tuvo algo parecido a un funeral de Estado, porque el cortejo fúnebre salió de El Perchel, atravesó la Alameda, recorrió toda calle Larios y mecieron el ataúd en la puerta de El Pimpi. Subió por la calle de la Victoria para ser enterrada en el cementerio de San Miguel.


En 2007, los aficionados flamencos Paco Fernández y Paco Roji recuperaron a esta figura del cante jondo cuando se cumplía el setenta aniversario de su nacimiento, con el documental La Repompa 70, enmarcado en el ciclo Son de Málaga de la Bienal Málaga en Flamenco, y organizado por la Diputación.


La producción se estrenó el 30 de agosto en el Castillo de Gibralfaro, junto con un espectáculo de la familia de la cantaora. El documental, que dura unos veinte minutos, repasa con numerosas imágenes desconocidas y las opiniones y recuerdos de familiares, amigos y artistas, como La Cañeta, Pepito Vargas, Antonio Martín Perea y Carrete, la corta e intensa vida artística de La Repompa.

domingo, 27 de septiembre de 2020

La reina Victoria Eugenia en Málaga

 La reina Victoria Eugenia llega en tren a la ciudad el 25 de febrero de 1927, acompañada por sus hijos, el príncipe de Asturias y las infantas Beatriz y Cristina. En el Hotel Príncipe de Asturias se reunieron con la princesa Beatriz de Battenberg, madre de la reina, alojada allí desde cuatro días antes.


La reina en su visita a El Retiro.


La visita real se produjo por el empeño de Victoria Eugenia, por visitar los barrios populares. La reina, acompañada de su madre, recorrieron las calles de la Trinidad y El Perchel, y se asomaron por la conocida curva de Cuarteles, siempre rodeadas de escolta, protegidas por la opacidad del interior del coche.


Decenas de niños y de mujeres se acercaban a las ruedas, interrumpían el paso y gritaban de júbilo. No se sabe si la reina sintió miedo, si se arrepintió de la excursión, pero a buen seguro que fue una de las pocas ocasiones en la que pudo disfrutar de la aclamación unánime del pueblo, receloso por las insinuaciones que llegaban de palacio, donde era acusada no sólo de ser una beligerante inglesa, sino de haber introducido la hemofilia en la herencia real de los borbones.


En jornadas sucesivas visitaron Nerja, la Hacienda de la Concepción, la finca de El Retiro, el santuario de la Victoria y algunas localidades como Pizarra.


Antes de regresar a Madrid el 8 de marzo, se colocó la primera piedra del Sanatorio Marítimo de Torremolinos, que hasta entonces funcionaba en unos barracones, y se trató de la conveniencia de construir un campo de golf como necesario atractivo turístico.


También en esta visita de la reina a Málaga se inauguró la segunda biblioteca al aire libre de las “Señoras del Parque de Málaga” encaminadas a dotar a la ciudad de un servicio bibliotecario. Allí se instaló un busto en cerámica de la reina Victoria Eugenia.