Mastodon Málaga y sus historias: aliados
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lunes, 14 de abril de 2025

Málaga y la I Guerra Mundial

 

La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial no significó que los malagueños no tomasen partido por uno de los dos bandos en combate. Mientras que los grupos de izquierdas apoyaban al bloque aliado (Inglaterra, Francia, Rusia y Serbia, entre otros países), los de derechas se inclinaron hacia las llamadas potencias centrales (Alemania, el imperio austrohúngaro, el otomano y Bulgaria).


Trinchera durante la I Guerra Mundial.


A medida que el tiempo discurrió, el enconamiento entre aliadófilos y germanófilos aumentó. Las posturas eran irreconciliables. El momento de mayor tensión se produjo en la primavera de 1917 con la disputa entre los que respaldaban el 'Álbum para la amistad hispano-germana' y los inscritos en la Liga Antigermanófilos, como los republicanos malagueños Pedro Gómez Chaix, Pedro Armansa, J. Cintora y E. Baeza.

La prensa de la época también mantuvo una actitud partidista. Los medios germanófilos atacaron a los países aliados, por entender que el bando alemán favorecía más a los intereses comerciales de Málaga. Por su parte, los aliadófilos consideraban que, en caso de que España rompiese su neutralidad, debería lucharse junto a Francia e Inglaterra. En las páginas de 'El Popular' se insistía en el argumento republicano de que en la guerra se enfrentaban «los ideales de la reacción contra los de la libertad».

Detrás de ambas posturas había motivos económicos de distinto tipo. Los aliadófilos defendían las relaciones comerciales con franceses e ingleses que venían de antiguo. Los germanófilos apostaban por los negocios especulativos. La división en la sociedad malagueña se prolongó hasta que terminó la guerra. La conflagración mundial repercutió en la economía malagueña. De ese modo, se vieron muy afectadas las exportaciones, que eran la base principal del comercio de la ciudad.

Fuente documental: La Gran Guerra dividió a los malagueños. Ángel Escalera. Diario Sur, 16 de noviembre de 2014

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lunes, 9 de diciembre de 2024

El Colegio Alemán de Málaga

 

El Colegio Alemán de Málaga cuenta ya con más de 125 años de historia. Un camino que no ha sido fácil, con dos guerras mundiales y una guerra civil que condicionaron en gran medida su desarrollo e incluso abrieron un paréntesis de dos décadas de inactividad tras la derrota de la Alemania nazi.


Colegio Alemán en El Limonar.


Pero la colonia alemana en la Costa del Sol, formada por empresarios, comerciantes y profesionales liberales, han sido un ejemplo de constancia y empeño por sacar adelante sus proyectos, consiguió retomar con más fuerza esta segunda etapa, tras el paréntesis entre 1945 y 1966.

En mayo de 1945 los alumnos del Colegio Alemán en Málaga fueron al colegio como cada día y lo encontraron cerrado. “Alemania había perdido la guerra y cerraron todos los colegios alemanes en España”, recuerda una de sus antiguas alumnas.

En 1933, el colegio había tenido que adoptar el espíritu del nacionalsocialismo y desde entonces la bandera del Tercer Reich, con la cruz gamada en el centro, ondeaba sobre su balcón principal.

Tras finalizar la contienda mundial, los aliados pidieron la repatriación de funcionarios y agentes alemanes para su interrogatorio y desnazificación: la administración franquista protegió a los que podían dar testimonio del oculto pasado colaboracionista español con el Eje.

Entre ellos se encontraban diversos profesores y miembros de la Junta de Gobierno del Colegio alemán de Málaga, entre los que se encontraba su director, Walter Johann Zahlingen, aunque finalmente no todos fueron deportados.

El 8 de mayo de 1945, decidida ya la Segunda Guerra Mundial, la escuela se cerró y se precintó con un escueto cartel: “Inmueble incautado por los gobiernos de los Países Aliados”.

El Colegio Alemán se creó con el fin de que los descendientes de los alemanes que se habían instalado en la ciudad mantuviesen el contacto con la lengua y la tradición germanas. Poco a poco el colegio fue creciendo y con él la oferta educativa.

El Colegio Alemán se situaba en el Limonar, en una casa grande al final de la calle dedicada al escritor y político alemán Wolfgang Goethe y destacaba entonces por admitir a niños y niñas, hecho bastante infrecuente en la época, así como por contar con sala de cine, biblioteca, aparatos de gimnasia y una enfermería con cámara de rayos X.

La enseñanza se podría considerar bastante avanzada, ya que en preescolar se contaba con una profesora especializada en los métodos Froebel y Montessori, y en los cursos superiores se daba clase al aire libre cuando el tiempo lo permitía. El alumnado recibía formación en cuatro idiomas, e incluso había un servicio de transporte escolar.

En la actualidad, este centro este centro está ubicado en la la localidad de Ojén en Málaga.