Durante el siglo XIX, la industria jabonera en Málaga
experimentó un notable crecimiento y desarrollo. La provincia de
Málaga, con su acceso a materias primas como el aceite
vegetal y el sebo animal, se convirtió en un centro importante para
la fabricación de jabón.
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| Trabajadores fabricando jabón. Foto: Arenas. |
La producción de
jabón en esa época se basaba principalmente en métodos
tradicionales, utilizando ingredientes naturales como aceites
vegetales, grasas animales y sosa cáustica. Estos ingredientes eran
abundantes en la provincia, lo que impulsó el florecimiento de
fábricas de jabón. Resaltar que la sosa, hasta finales del XVIII,
se fabricaba a partir de una planta mediterránea denominada
barrilla y desde 1820 se obtiene con sal común y ácido
sulfúrico.
Las fábricas de
jabón eran el principal subsector de la industria química. Su
moderna tecnología colocó a Málaga como primera productora
nacional a mediados del XIX. Abastecían el mercado nacional e
iberoamericano. En 1830 había 18 fábricas de jabón fabricado con
barrilla en la capital malagueña. La mitad de ellas eran propiedad
de destacadas familias como los Reboul, Heredia,
Giró y Larios.
La exportación de
los jabones a otros países contribuyó significativamente a la
economía local y al desarrollo industrial de la región y el auge de
esa industria jabonera no solo trajo beneficios económicos, sino que
también generó empleo. Esta industria continuó evolucionando a lo
largo del siglo XIX, adaptándose a cambios en la demanda y la
tecnología disponible en esa época.
Por citar un sólo
ejemplo, Manuel Agustín Heredia compró en 1830 a Guillermo
Reboul su fábrica de la calle Cuarteles, convirtiéndose
más tarde en el mayor fabricante de jabón de España, y
Málaga en la primera provincia productora.
Pero el sector
sufrió una profunda crisis a finales del XIX, debida
fundamentalmente a la competencia del jabón de Marsella, más
barato y de mejor calidad que el malagueño, lo que provocó el
cierre en cascada de empresas hasta los primeros años del siglo
pasado.
Como dato más que
anecdótico señalar que, la abundante producción de jabón y su
bajo costo supuso una reducción significativa de la tasa de
mortalidad en el XIX.